La ordenación desde el
punto de vista bíblico, es sencillamente el reconocimiento de los dones y
ministerios que Dios otorga a una persona (Hechos 6: 1-3; 13: 1-3; 1 Tim. 5:
17; Tito 2:15): “[…] habían recibido ya su comisión de Dios mismo, y la
ceremonia de la imposición de las manos no añadía ninguna gracia o cualidad
virtual.” (WHITE, HAp, 131). En las Escrituras ninguno de los dones, entre los
cuales está el del pastor-maestro, tienen restricción de genero (Ro 12:4-8; 1
Co 2:9-11, 27-28; Efe 4:8, 11-16; Hch 6:1-7; 1Ti 2:1-3; 1 Pe
4:10,11).
La mayoría de las
declaraciones de Elena de White sobre derechos se refieren a derechos básicos.
Ella creía que todos los derechos humanos son dados por Dios y son la herencia
legítima de cada ser humano, hombre o mujer. El deseo de derechos es innato,
refleja un “principio innato que nada puede desarraigar” También
en 1901, Elena G. de White hizo un llamado apasionado para los obreros, y en el
transcurso de su llamado ella dijo que ambos, “hombres y mujeres… hermanos y
hermanas,” son llamados a ser “sacerdotes para el Señor” y “ministros de
nuestro Dios.” Pero, Elena
de White, dice que la Iglesia Católica pervirtió ese concepto de la ordenación
equipándolo con un poder especial que daba jerarquía al clero por encima de
todos los creyentes: “Ulteriormente, el rito de la ordenación por la imposición
de las manos fue grandemente profanado; se le atribuía al acto una importancia
infundada, como si sobre aquellos que recibían esa ordenación descendiera un
poder que los calificaba inmediatamente para todo trabajo ministerial.” (Ibid).
Incluyendo, que la teología católica expulso a las mujeres del ministerio, por
la influencia pagana de los filósofos griegos que jerarquizaron la sociedad,
poniendo a las mujeres en uno de los niveles más bajos (Aristóteles, Politics,
1.5.3-8).
Tiene también razón
Gonzalez Faus cuando afirma lo siguiente : “Cuando en la historia surge alguna
causa que parece traer salvación, se
apuntan inmediatamente todos los que no quieren servir esa causa sino
servirse de ella: inventores fracasados, picapleitos sin éxito etc. el enemigo
más grande de las causas más santas son algunos de sus defensores, toda la
comunidad cristiana tiene derecho a pedir a las mujeres que aspiran al
ministerio, que examinen bien si buscan un sacerdocio pretendiendo un servicio
o “un salto a la fama” esto también sirve para los varones pero entre los varones
no se da hoy este atractivo clásico de lo prohibido que se expresa en aquellas
frases ya viejas: el divorcio es una cosa que solo interesa a los casados
(Lidia Falcón); el matrimonio es una cosa que solo interesa a los curas (Simone
de Beauvoir); y ahora el sacerdocio es una cosa que solo interesa a las mujeres."
Esto quiere decir que el acceso al
ministerio no puede ser defendido para resolver ningún problema personal (ni
siquiera ese sentimiento de culpabilidad machista que nos pode molestar a
muchos varones).
Si algún día nuestra iglesia ordena mujeres sacerdotes
sospecho, que en los comienzos tendrá que hacerlo con cuentagotas y no como
ruptura de presa y esto seguirá suponiendo frustraciones para muchas mujeres que les costara aceptar que su propio rechazo se deba a razones personales y les será más fácil seguir atribuyéndolo a razones
sexistas.”
El sacerdocio de Jesús no necesita de templos, ritos y
sacrificios , ni de especiales intermediarios entre Dios y los hombres; es
distinto y se condensa en el amor que rige y mueve toda su vida, no en otro
tipo de sacrificio externo, violento, oficiado por intermediarios sagrados.
Hay que volver al origen y retomar el Evangelio, porque nos
hemos alejado de él, otorgando el título de sacerdotes, únicamente a una
élite,- la clase clerical-, contrapuesta al laicado y erigida sobre él como una
categoría superior, con poderes que la elevan sobre el resto de los fieles.
Admitir que la Iglesia se compone de dos categorías: una clerical y otra laical, con desigualdad entre ambas, es introducir algo contrario a la condición y dignidad sacerdotal de todo cristiano, fundada en el sacerdocio de Jesús.
Admitir que la Iglesia se compone de dos categorías: una clerical y otra laical, con desigualdad entre ambas, es introducir algo contrario a la condición y dignidad sacerdotal de todo cristiano, fundada en el sacerdocio de Jesús.
Ellos se dedicaron a la enseñanza de los Apóstoles, fieles
a la comunión fraternal, a la fracción del pan y a las oraciones. ” (Hechos
2:42)
– “Día tras día, un solo corazón, asistieron asiduamente al Templo y partían el pan en sus hogares, tomando los alimentos con alegría y sencillez de corazón.” (Hch 2,46)
– “Para vosotros, no os hace falta llamar” maestro “, porque sólo tenéis un maestro y todos ustedes son hermanos. No llaméis a nadie sobre la tierra ” padre “, ya que solamente tenéis uno , el Padre celestial. No hace falta que llaméis a nadie “doctor”, ya que sólo tienes un médico, Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor, quien se exalta a sí mismo será humillado, y quien se humilla será enaltecido. » (Mt 23,8-12).
– “Día tras día, un solo corazón, asistieron asiduamente al Templo y partían el pan en sus hogares, tomando los alimentos con alegría y sencillez de corazón.” (Hch 2,46)
– “Para vosotros, no os hace falta llamar” maestro “, porque sólo tenéis un maestro y todos ustedes son hermanos. No llaméis a nadie sobre la tierra ” padre “, ya que solamente tenéis uno , el Padre celestial. No hace falta que llaméis a nadie “doctor”, ya que sólo tienes un médico, Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor, quien se exalta a sí mismo será humillado, y quien se humilla será enaltecido. » (Mt 23,8-12).
“Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, yo
estoy en medio de ellos. “(Mateo 18:20)
¿Qué es lo que hace que exista una Eucaristía? ¿Es la presencia del sacerdote
o la existencia de una comunidad que, después de Jesús, dice, ‘Esta es mi vida
que yo os doy? No son las palabras de la consagración las que hacen que haya
Eucaristía, y que Dios esté presente. Es el compromiso de la comunidad
suscitado por el Espíritu y por el Evangelio. Por lo tanto, cuando una comunidad se
reúne para hacer memoria de Cristo resucitado – en palabras y también en acciones – de las buenas nuevas de
Jesucristo, ella celebra la Eucaristía, independientemente que un sacerdote ordenado esté
presente o no.
José Carlos Enríquez
José Carlos Enríquez
Conflicto cósmico Elena G. White.
Ellen Gould Harmon de White,
conocida también como Elena G. de White (26
de noviembre de 1827
- 16 de
julio de 1915),
autora cristiana
estadounidense
Ellen G. White promovió el vegetarianismo,
Durante su vida escribió más de 5.000 artículos de
periódicos y 40 libros; actualmente, incluyendo las compilaciones de sus
100.000 páginas de manuscritos, se han publicado cerca de 100 libros, los
cuales han sido traducidos a los principales idiomas del mundo. Algunos de los
más populares son: El camino a Cristo, El deseado de todas
las gentes, El conflicto de los
siglos.
Xabier Pikaza
Nueva Utopía