El progreso general del relato es claro. Los hijos de Jacob han aumentado de forma milagrosa, de acuerdo con la promesa divina de llegar a ser un pueblo poderosos (Gn 12) sin embargo, un nuevo rey egipcio, que subió al trono sin tener conocimiento de la antigua posición privilegiada de Israel entendió el aumento como una amenaza.
Para controlar la expansión de Israel forjó un plan que comenzaba por la esclavitud obligatoria del pueblo. Cuando este objetivo fracasó, recurrió a la traición secreta, con el objetivo de asesinar a los niños varones y finalmente, despechado, ordenó que la población egipcia ahogase en el rio a todos los niños varones hebreos.
Uno de los temas que da unidad al relato es el contraste en el plan de Dios, que busca el bien de su pueblo.
Una cuestión más seria tiene que ver con la nacionalidad de las comadronas ¿eran hebreas o egipcias? La pequeña variación de las formas gramaticales entre las dos construcciones alternativas de l texto “comadronas hebreas” o “comadronas de los hebreos”, ha seguido ocupando a los comentaristas, por un lado quieren optar por que las comadronas eran hebreas afirman que los hombres de las mujeres eran hebreos y que las egipcias no hubieran sido aceptadas por este delicado trabajo. Por otro lado, quienes optan por su nacionalidad egipcia afirman que el Faraón nunca pudo imaginar que mujeres hebreas traicionaran en secreto a su pueblo de ese modo. Además el hecho de que las comadronas “temiesen a Dios” aparece representado en la narración como una gigantesca sorpresa, un milagro con que el Faraón nunca contó. La fuerza de esta descripción disminuye si las comadronas eran hebreas. Finalmente, la recompensa ofrecida a las comadronas en el v 21 les dio familia parece hallar su mejor sentido en que les dio prosperidad dentro del pueblo de Israel. Sin embargo, el significado del v 21 es demasiado oscuro para aportar luz en este debate.
El relato del Faraón y de las comadronas continua en estilo de cuento, con el rey egipcio instruyendo a las mujeres el verdadero motivo que iba a frustrar el plan. No es porque desafiaran audazmente al rey ni por su lealtad a los hebreos, sino porque “temieron a Dios”
El rey se da cuenta del fracaso de su plan y emplaza a las comadronas usando la forma fija de acusación (Gn 20), las acusa de un crimen. Verdaderamente no hicieron nada, se abstuvieron de hacer una acción. Sin embargo, esta es la manera como el malvado déspota razona: aquel que se niega a obedecerle actúa.
La respuesta de las comadronas es tan inteligente que logra no sólo convencer no sólo al faraón, sino también a un gran número de comentaristas modernos que aceptan su veracidad sin ponerla en duda.
El hecho de que eran dos, no quiere decir que eran las únicas parteras para todos los israelitas, seguramente que eran las dirigentes o representantes de todas las parteras.
Parece ser que Sifrú y Fuá eran estériles , pero dios las recompensó con muchos hijos; todo lo contrario a lo que faraón había planeado para los israelitas.
Nosotros hoy en día no estamos exentos de este tipo de acontecimientos. China tiene un sistema de control de nacimientos al prohibir más de un hijo y eso hace que muchas mujeres se vean obligadas a abortar.
¿Y qué diremos de los países occidentales?
En Estados Unidos desde 1973, ha habido 50 millones de abortos.
Nosotros debemos aprender del ejemplo de estas mujeres y en medio de una cultura de la muerte y secular no debemos aceptarla, ni quedarnos callados, sino que debemos compartir el Evangelio de Jesucristo en su totalidad y sin diluirlo, porque es el evangelio de Jesucristo el único que cambia las vidas
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