El Vaticano ha reforzado las medidas de seguridad a consecuencia de la filtración de documentos.
En concreto, cada empleado tendrá un carné de identidad con un microchip integrado, según comunica The Daily Telegraph.
Las tarjetas con microchip, que permitirán establecer la ubicación de sus propietarios en cualquier lugar del palacio papal, entrarán en vigor desde el 1 de enero de 2013. Además, también facilitará la información sobre la hora de llegada y de salida al trabajo.
El endurecimiento de las medidas se llevará a cabo sobre miles de trabajadores del Vaticano. Un experto en contraespionaje también vigilará el intercambio de documentación en el palacio del Papa.
ech/mo/sm
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