jueves, 9 de mayo de 2013
La Infanta Cristina enseña las uñas y contraataca al juez José Castro
El Semanal Digital
Los Duques de Palma no están muy por la labor de la transparencia por la que aboga la Casa Real últimamente y no están dispuestos a entregar tan fácilmente sus últimas diez declaraciones de la renta.
Si Iñaki Urdangarin ya recurrió hace unos días la petición efectuada por el juez José Castro a Hacienda, este jueves le tocaba el turno a su esposa, que iba un poco más lejos y enseñaba las uñas al magistrado.
Y es que la Infanta Cristina considera que la entrega en el juzgado de sus últimas diez declaraciones de la renta implica una "injerencia" en su derecho a la intimidad.
Así consta en el recurso que la defensa de la infanta ha presentado ante el juzgado de instrucción número tres de Palma en el que los abogados de Cristina de Borbón argumentan que una diligencia que afecta tanto a la intimidad sólo puede acordarse "ante la existencia de sólidos y claros indicios de criminalidad en esa persona".
En el recurso, los abogados reprochan al magistrado que no haya argumentado "qué le ha llevado" a solicitar esta prueba. "El instructor accedió de forma inmediata a esta solicitud. Y lo hizo sin ofrecer motivación alguna" reza el escrito, que continúa "no se expone ni una sola razón por la que la diligencia acordada sería oportuna, esto es, necesaria y pertinente".
En este sentido, la defensa de la hija del Rey cree que si una diligencia "no es útil, ni necesaria y es contraria a las leyes" no puede ser acordada. Apuntan que la solicitud de las declaraciones de IRPF de la infanta y su marido relativas a los diez últimos ejercicios es una petición "superflua y de nula utilidad".
En el recurso, la defensa de Cristina de Borbón rechaza también la hipótesis de que la plasmación de las firmas de la Infanta y Urdangarin en las declaraciones de renta se pueda entender como un conocimiento recíproco de las actividades económicas de ambos. Recuerdan que "es público y notorio" que la Infanta y su marido "están sujetos al régimen económico-matrimonial de separación de bienes y efectúan sus declaraciones tributarias por separado".
Sea como fuere el derecho a su intimidad les está valiendo últimamente a los Duques de Palma para cerrar grifos de información abiertos que pueden perjudicarles en el Caso Nóos. Hace unos días, Iñaki Urdangarin logró que una juez prohibiera a siete medios hacerse eco de los emails de Diego Torres que hablen de la "intimidad" del Duque y su esposa y ahora la Infanta se aferra también a ella para no mostrar sus cuentas ante el fisco los últimos diez años.
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El profeta Isaías nos advierte que en los últimos días Dios "trastornará la faz" de la tierra. Él dice: "He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz" (Isaías 24:1).
De acuerdo con esta profecía, un juicio súbito vendrá sobre la tierra, y cambiará todo en una sola hora. En ese pequeño lapso, todo el mundo será testigo de la rápida destrucción que caerá sobre una ciudad y una nación, y el mundo nunca volverá a ser el mismo.
Las personas que están ligadas a las cosas materiales, si aman este mundo y las cosas que en él hay, no querrán escuchar lo que Isaías está profetizando. De hecho, aun a la persona más justa de entre el pueblo de Dios, le podría parecer increíble lo que Isaías dice. Muchos seguramente se preguntarán: "¿Cómo podrá ser que el mundo sea sacudido en una hora?"
Si no creyéramos que la Biblia es la santa Palabra de Dios, pocos de nosotros tomaríamos en serio la profecía de Isaías. Pero la Escritura lo pone en claro: en una sola hora, el mundo cambiará. La iglesia cambiará. Y cada individuo sobre la tierra cambiará.
Destrucción repentina viene cuando la copa de violencia se desborda. Sensualidad, perversión y avaricia corren desenfrenados a través de nuestra sociedad. Así, cuando Dios mandó el diluvio sobre la tierra, fue por una erupción de violencia en todo el mundo: "Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia" (Génesis 6:11).
Ahora mismo, hay varias guerras y levantamientos sangrientos alrededor del mundo. Pero principalmente está en mi mente la violencia que están sufriendo los niños alrededor del mundo:
Pienso acerca de la violencia sexual de los pedófilos. Niños de todo el mundo están siendo violados, secuestrados y forzados en la esclavitud del comercio sexual mundial. Recientemente, a un pedófilo en Estados Unidos se le descubrió creando un sitio de internet en el que aconsejaba a otros pedófilos acerca de los lugares en que más fácilmente pueden recoger niños. No hay una ley vigente que detenga a este hombre.
Miles de niños en África están siendo asesinados en guerras tribales, muertos a machetazos. Jóvenes varones, aun aquellos menores a diez años, son enlistados en las milicias de las tribus y forzados a asesinar hombres en ritos de iniciación.
La iglesia más grande del mundo (Iglesia Católica Romana) ha gastado cientos de millones de dólares para resolver las quejas de aquéllos que fueron abusados por clérigos en su infancia. Dígame, ¿hasta cuándo va a soportar Dios el lamentable clamor de niños que están siendo abusados por aquellos que deberían representar a Cristo?
Un cataclismo repentino golpeará y será el primero de los últimos juicios de Dios. Este gran evento hará que la tierra se tambalee. Isaías dice que cuando ésto suceda, no habrá lugar al que se pueda escapar: "Humilló a la ciudad exaltada (orgullosa)… hasta la tierra; la derribó hasta el polvo" (Isaías 26:5). "Fueron consumidos los habitantes de la tierra" (Isaías 24:6).
Cuando ésto suceda, el caos absoluto estallará. Todas las actividades cívicas se detendrán y la sociedad se dirigirá al desorden masivo. Las agencias gubernamentales serán incapaces de restaurar la ciudad a la normalidad. No habrá tropa del estado, ni guardia nacional, ni ejército que sean capaces de establecer el orden ante semejante levantamiento.
Cuando este juicio caiga, devastará la economía. Mercaderes ricos se levantarán llorando y lamentándose al ver la tormenta y enfrentar la bancarrota. En un instante, toda la riqueza que amasaban será reducida a nada. Juan describe la escena: "Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, y diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad…! Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas" (Apocalipsis 18:15-17).
El ídolo más prominente del mundo es el dinero, y ahora mismo, Europa está enfrentando un monstruoso desastre financiero. Los inversionistas están revueltos en retirar su dinero de fondos de alto riesgo, y las compañías de hipotecas están yendo a la bancarrota. Un reciente artículo sobre finanzas decía así: "¡Abandone el barco!". Todo mundo está vendiendo y nadie está comprando. Muchas familias están en pánico, mientras sus vidas cambian de la noche a la mañana.
La crisis mundial también ha llegado a los ex millonarios de Estados Unidos, quienes viven una particular lucha por mantenerse al día con los pagos de la hipoteca.
Pienso en el presidente de un multibillonario presupuesto, que puso en venta su yate de 43m, y su mansión de 16 habitaciones en Aspen, Colorado. Su presupuesto virtualmente se acabó de la noche a la mañana.
La Florida fue uno de 30 estados de la Unión donde el desempleo subió en enero. El año pasado perdió 303 mil 200 puestos y en ese acápite aparece en segundo lugar a escala federal, después de California.
La Oficina federal de Trabajo y Estadísticas Laborales dijo que el gasto de los ahorros y el límite del subsidio por desempleo determina que la clasificación de nuevos pobres crezca entre quienes integraban la “clase media”, grupo acostumbrado a comodidades y que ahora depende de la caridad pública sin perspectiva inmediata de revertir esa situación.
Otras fuentes aseguran que en EE.UU. 6,3 millones de personas sufren desempleo desde hace seis meses o más, la cifra más alta desde que se comenzó a llevar estadísticas en 1948, situación que expresa la crisis particular en sectores de la construcción y la industria automotor, deprimidas por falta de solvencia de los consumidores.
En el ámbito social crecen denuncias sobre explosiones auspiciadas por una ultraderecha que resurge en forma alarmante, al punto de que el más reciente informe de Southern Poverty Law Centre (SPLC), el grupo de derechos civiles más importante de EEUU, afirma que los extremistas “patrióticos” han aumentado en 244 por ciento, respecto del año 2008.
Pablo le llama a estas advertencias "luz", destellos que dispersan la oscuridad. En pocas palabras, él dice: "Ustedes son hijos de la luz porque conocen lo que sucederá en el futuro. Así que, cuando la destrucción venga y haya pánico en todas partes, ustedes tendrán la calma del Espíritu Santo. Algo dentro de ustedes despertará y les hará recordar: 'Dios me lo advirtió' ". Esta profecía no es un mensaje de ira hacia el pueblo de Dios, sino un llamado a comenzar a prepararse.
"Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él" (1a Tesalonicenses 5:9-10). Pablo está hablando aquí de un tiempo de posible destrucción. "Por lo cual", continua diciendo, "animaos unos a otros y edificaos unos a otros, así como lo hacéis" (5:11).
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