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Juan Luis Ruiz-Giménez Aguilar, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, Medicina Interna y Experto en Salud Pública. En la actualidad, es Médico de Familia en el Centro de Salud Vicente Soldevilla en Puente de Vallecas.
“Desde hace más de dos años, Esperanza Aguirre fue la encargada de iniciar el desprestigio del Sistema Público de Salud. Con comentarios despreciativos hacia la sanidad pública cada vez que abría la boca, su política se concretó en el anuncio por sorpresa de la concesión, a diferentes empresas privadas, de la gestión de hasta siete hospitales en la región. La táctica ensayada con “éxito” en Valencia con el Hospital de Alzira -considerado una mina por el sistema liberal de salud- implicaba ceder el suelo público para la construcción de dichos hospitales, garantizando un contrato económico por un periodo de 20 años, a las citadas empresas, a cambio de que estas gestionasen los citados centros. Los hospitales se han construido con capital y gestión privada, y están siendo financiados por la Comunidad de Madrid”.
“Es una falacia afirmar que nuestra sanidad es gratuita. La sanidad está financiada con nuestros impuestos y todo lo que implique privatización es regalar a las empresas privadas, a las grandes corporaciones médicas, el esfuerzo en recursos técnicos y la experiencia profesional de decenas de años”.
“Todos estamos de acuerdo en que hay que racionalizar los gastos sanitarios, evitar los despilfarros y rentabilizar al máximo la sanidad, ahora bien, eso no debe hacerse restando recursos públicos, eliminando servicios, reduciendo plantillas y empeorando las prestaciones. El argumento de que lo privado es más eficiente y por tanto más rentable para las arcas públicas no se sostiene. Las experiencias del Hospital de Alzira y de los siete hospitales con gestión privada que ya funcionan en la Comunidad de Madrid, nos reafirman en lo contrario”.
“Es necesario que los ciudadanos pongamos freno a esos desmanes contra lo público, que combatamos el atentado contra nuestros intereses, que impidamos la privatización de nuestros recursos, lo que es igual a permitir que manos privadas se lucren y beneficien de lo que hemos logrado construir con nuestros esfuerzos y dinero”.
“La Sanidad Pública es una gran realidad, con un enorme abanico de recursos de salud que ahora están en peligro por los intentos de privatización de nuevos hospitales y centros de salud en la Comunidad de Madrid, junto al despido de miles de médicos, enfermeros y auxiliares de enfermería”.
“El desmantelamiento de los centros de análisis y su privatización, y el cierre de servicios esenciales como los de cardiología y otras especialidades, son una deriva que pagaremos todos los ciudadanos”.
“Nadie está diciendo que no haya que rentabilizar al máximo el SNS, que haya que mejorar sus servicios, evitando gastos innecesario. Nadie. La pregunta que cabe hacerse es: ¿hacia dónde deben ir dirigidas las transformaciones de nuestro sistema sanitario?” Reducir los costes de las medicinas y de otros recursos sanitarios es posible hacerlo con medidas lógicas y centralizadas. Ya se viene haciendo”.
“Es falso que nuestra sanidad será más rentable, más sostenible, si fuera gestionada por empresas privadas. ¿A qué modelo nos quieren llevar, al modelo americano? Detrás de esta operación de privatización hay todo un modelo ideológico. El modelo de reafirmar al individuo frente a la colectividad, el modelo de que sobreviva el más fuerte, dejando a un lado a la gran mayoría, el modelo neoliberal y de mercado, que favorece la acumulación económica en manos de unos pocos o de corporaciones con el objetivo único del beneficio”.
“La Federación Nacional de Clínicas Privadas afirma que son 2,5% más eficaces que lo público. Es lo lógico, ¿qué van a decir? En su valoración ocultan que sólo atienden a quienes tienen dinero para pagárselo, o gracias a la deriva que se hace hacia la sanidad pública de aquellos enfermos crónicos o con tratamientos más costosos y necesitados de maquinaria y técnicas punteras, y lo hacen con menos personal y con menos enfermos”.
“Durante años, la sanidad privada ha intentado que una gran mayoría de la población formase parte de sociedades médicas (Sanitas, Adeslas…). No lo han logrado. Siguen siendo una minoría frente al Sistema Nacional de Salud”.
“Dicen que lo privado logra mejores resultados que la Sanidad Pública. Si nos fijamos en las experiencias europeas o americanas, la realidad desmiente una y otra vez estas afirmaciones. Un reciente informe del sistema sanitario en Inglaterra revela que la mortalidad es mayor en los centros privados, debido al menor número del personal de limpieza contratado. Datos similares son aplicables a la sanidad americana o de otros países europeos, sin olvidar que en EE.UU. hay al menos 50 millones de americanos al margen de cualquier sistema público de salud y sin prestaciones reconocidas. La realidad viene siendo desmentida igualmente con los resultados de todo el sistema público de Salud. Hospital por hospital de toda la red son la mejor demostración de que poco hay que aprender de la iniciativa privada”.
“Se están cargando a las organizaciones que trabajaban en hospitales y centros de salud por favorecer la participación ciudadana en la sanidad, eso forma parte de su campaña ideológica por la privatización neoliberal. La sostenibilidad sanitaria es una afirmación engañosa por parte del Gobierno. En los tres últimos años hemos pasado de una inversión en sanidad de entre el 6,5 y el 7%, a solamente el 5,1%. De esta manera se siguen aproximando los índices a los costes asumidos por el negocio privado”.
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