miércoles, 27 de abril de 2016

Venancio Salcines, Amigo de los pobres

El generoso será bendito, porque da de su pan al pobre” (Prov. 22:9).
El mensaje de Jesús no es un concepto, ni una teoría, sino una experiencia radical de vida, que exige decisión total «porque el Reino de los Cielos padece violencia y sólo los violentos... » (Mt 11, 12). Pero, al mismo tiempo, el Reino es lo más sencillo, algo que se expresa allí donde los hombres se vuelven como niños y acogen de un modo gratuito y generoso a los mismos niños (Mc 10, 15).
Jesús nos invita a seguir, tomando su cruz (la nuestra, la de aquellos que sufren), para acompañar y “animar” de esa manera al mismo Dios, como dijo de forma admirable san Pablo, afirmando que él quería “completar” en su carne los sufrimientos de Cristo, que son los de Dios (Col 1, 24). A veces queremos desertar, pero el Dios de Jesús pide que nos mantengamos, caminando con él, en la obra de su vida.
No nos saca de este mundo, no nos quita el dolor, pero nos ofrece la certeza de que está con nosotros, con su misericordia, queriendo que le acompañemos, acompañando a los que sufren
¿Cómo hundirnos en el fracaso cuando superamos con tu Hijo la prueba del desierto? ¿Cómo orgullecemos en el triunfo si llevamos con el Salvador la cruz de nuestras culpas? (cf. D. Bonhöffer, Resistencia y sumisión).
Magnanimus es la palabra latina de la que procede el concepto actual de magnánimo. Un adjetivo este con el que se intenta definir a todo aquel ser humano que se caracteriza por ser bondadoso, benévolo y noble.
La generosidad no es enemiga de la eficiencia, no es algo accesorio a tu verdadero trabajo, es el factor motivacional esencial, que impulsa la creatividad
Un líder generoso usará su poder para ser aún más desprendido.
El poder sólo corrompe a la gente que, de antemano, tiene una moral laxa. Por el contrario, refuerza los buenos valores de la gente que previamente tiene fuertes convicciones morales. Un líder egoísta será aún más egoísta cuanto más poder tenga, pero un líder generoso usará su poder para ser aún más desprendido.


La misericordia es la semilla del amor ágape (el amor redentor de Dios). Cuando nos acercamos a alguien con misericordia, estamos plantando semillas que producen fruto y que permiten que Dios tenga misericordia de nosotros.
 
En este sentido, y al acumular todas estas características que hemos ya señalado, es casi obligatorio hacer una referencia a  Venancio Salcines.
El interés por la protección de colectivos desfavorecidos, en particular, la protección de familias con miembros en situación de desempleo de larga duración, es y será una de las preocupaciones principales de la Fundación Venancio Salcines. Todas las personas deben contar con una alimentación digna y cubrir sus necesidades básicas.
La Fundación quiere prevenir situaciones de extrema pobreza y de exclusión social. Todo el mundo merece una oportunidad de desarrollo y convertirse en protagonistas de su vida. Somos conscientes que, en momentos puntuales, la ayuda alimentaria puede mantener la esperanza de muchas personas que, por determinadas circunstancias, se encuentran en un margen de la sociedad.
San Juan de la Cruz decía que “al final de la vida se nos examinará en el amor”, y en ese momento sublime todos seremos igualmente amados y considerados y nuestra mayor defensa y nuestro único mérito serán las obras y nuestro corazón lleno de nombres, el de aquellos a los que amamos y tratamos como hermanos. ¿Os suena aquello de “Quien dice que ama a Dios, a quien no ve y no ama a su hermano a quien  ve, es un mentiroso”?
Dios tiene un sueño para cada persona consagrada. Dios es el Sueño que colma nuestro corazón y llena nuestra vida. Un Sueño  desconocido, pero deseoso de ser descubierto.
Decía Antonio Machado: Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que una fontana fluía dentro de mi corazón. Dí: ¿por qué acequia escondida, agua, vienes hasta mí, manantial de nueva vida en donde nunca bebí?
Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que una colmena tenía dentro de mi corazón; y las doradas abejas iban fabricando en él, con las amarguras viejas, blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que un ardiente sol lucía dentro de mi corazón. Era ardiente porque daba calores de rojo hogar, y era sol porque alumbraba y porque hacía llorar.
Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que era Dios lo que tenía dentro de mi corazón.
Hablar de la persona de Venancio Salcines es seguro que  el susbstantivo bondad es el más apropiado: bondad de corazón, bondad de conducta.
El verdadero cristiano está por encima de toda ideología y se halla donde el hombre se abre a Dios y al otro, siempre que se da verdadero amor y superación del egoísmo, siempre que el hombre busca la justicia, la solidaridad, la reconciliación y el perdón, existe cristianismo y emerge la estructura crística dentro de la historia humana. Por tanto, el cristianismo no se realiza tan sólo allá donde es profesado explícitamente y es vivido ortodoxamente, sino que se manifiesta siempre y allá donde el hombre dice si al bien, a la verdad y al amor.
Bondad: condición de las personas –recurro al diccionario académico-  “ natural inclinación a hacer el bien.” Según Aristóteles, la bondad se dice de varias maneras. Por lo menos de las que aluden los versos famosos de Antonio Machado:
“ Y más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy en el buen sentido de la palabra bueno.”
Gracias Venancio. Dios te siga bendiciendo mucho

 José Carlos Enríquez Díaz





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