A su llegada al ayuntamiento aseguraban que era
innecesario disponer de vehículo oficial. Aseguraba el alcalde acudir cada día
a pie al Ayuntamiento y que al mediodía pasaban a recogerlo. Y hubo una época
en la que acudía también en bicicleta a su puesto de trabajo. En junio de 2015
se negaba a utilizarlo y barajaba dos opciones: cederlo a alguna entidad social
o intentar venderlo y destinar el dinero a fines sociales. Ni una cosa ni otra.
El vehículo permaneció un tiempo en desuso en la nave de Servizos de A Gándara
hasta que se decidió aprovecharlo, desde al menos enero de 2016. Parece que es
lo único que ha podido hacer porque gestos a favor de la ciudad, con ninguno ha
podido
Ferrol en Común asumió otros gestos como prescindir del
teléfono corporativo
Además de la renuncia al coche oficial, Ferrol en Común
anunciaba al principio del mandato que prescindirían de otros privilegios como
las plazas de aparcamiento para los concejales en los aparcamientos
subterráneos de la plaza de Armas y del Cantón, como también hicieron los
ediles del resto de partidos. Y entonces también aseguraron que las tarjetas
serían asignadas a entidades sociales. Tampoco se hizo.
A Ferrol en Común le encanta generar polémicas donde
no las hay como en el caso de la Semana Santa Ferrolana, en el que minusvaloró
la única fiesta de Interés Turístico Internacional y de mayor tradición de
Ferrol.
El partido que prometía luchar contra las injusticias de
los desahucios, permitió que una familia
fuese desalojada y puesta en la calle con un recién nacido y eso que un
gobierno está para resolver los problemas de los vecinos, y no para generarles
más conflictos. Ferrol se declaraba en el pleno de febrero ciudad libre de
desahucios.
Esa era la teoría, pero la práctica demuestra
que el municipio no está al margen de los desahucios. Una familia con un bebé
de dos meses fue desahuciada el día de Nochebuena del piso que había ocupado
ilegalmente en Recimil dos años y medio antes.
El concepto de populismo deriva de pueblo y
literalmente denomina a la estrategia de las corrientes políticas que buscan el
apoyo de las clases populares. Es como si fuera una especie de plaga
desconocida: está por todas partes y nadie puede explicar del todo cómo se ha
expandido tanto. En otras palabras, “populismo” pasó a ser el nombre para un
conjunto de fenómenos que se apartaban de la democracia liberal, cada uno a su
modo.
Con creces ha demostrado Ferrol en Común que su palabra
de poco sirve, que no tiene valor, que nada de lo que afirme puede tenerse en
cuenta, ya que no duda en hacer lo contrario de lo que dice cuando mejor le
interesa. Y es lo peor que le puede pasar a un partido. Primero muchos
sermones, primero muchas mandangas, pero ahora sus ciudadanos no creen en sus
palabras.
Fuentes:
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