Si se aprueba la Ley Mordaza, todos los espectáculos deberían reservar una posible “fila cero” para que los agentes del orden vigilaran el espectáculo, y lo podrían suspender en cualquier momento si lo consideraran oportuno. Tampoco podríamos ir con un megáfono a denunciar al alcalde corrupto de nuestro pueblo mientras inaugurara el nuevo polideportivo o negarnos a identificar a un activista del que la policía pensara que ha infringido la Ley. Todos estos actos conllevarían sanciones de entre 601 y 30.000 euros. Concentrarse delante del Congreso o de los gobiernos autonómicos o tratar de parar un deshaucio serían consecuencia de idéntica sanción. ¿Ocupar una sucursal bancaria para protestar contra las Preferentes, acudir a una actividad en un Centro Social Okupado o injuriar a un policía porque nos ha agredido? ¡De 100 a 600 euros de multa! Las protestas del pasado mes de los trabajadores de RTVE serían un claro ejemplo de sanción muy grave por reunión o manifestación no comunicada en una instalación en la que se presta un servicio básico para el comunicado. Esos empleados podrían haber sidosancionados con más de 30.000 euros si la Ley Mordaza hubiera sido aprobada, a pesar de que este tipo de protesta está avalada por la legislación internacional en materia de Derechos Humanos.
La Ley Mordaza es un documento que calca y penaliza las últimas protestas de éxito social de organizaciones como laPlataforma de Afectados por la Hipoteca (que recuperaron la legítima protesta de los escraches y concentran cada día a decenas de personas para tratar de parar y visibilizar los desahucios), Greenpeace (quienes están afrontando su juicio más duro por pintar ‘Peligro Nuclear’ en la Central de Cofrentes), la Plataforma para la Desobediencia Civil(quienes iniciaron una campaña para decir no a las identificaciones en la vía pública), los Iaioflautas (quienes con sus ‘travesuras’ de ocupación visibilizan recortes sociales), Yo Sí Sanidad Universal (trabajadores del Sistema Nacional de Salud que siguen atendiendo a personas en situación irregular a pesar de la reforma sanitaria que los excluye) y otras organizaciones en defensa de los derechos humanos y sociales. “Quieren limitar la protesta pacífica criminalizándola”, sentencia Amnistía Internacional.
Con este proyecto de “ley mordaza”, el Gobierno parece haber querido evocar la conocida frase que se atribuye a Federico II de Prusia, cuando afirmaba: “Consigo cuanto apetezco, y luego encuentro siempre alguien que lo justifique en Derecho".
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