miércoles, 10 de diciembre de 2014

Y Se rasgaron las vestiduras en la misa de la Inmaculada....





Y se rasgaron las vestiduras porque el sacerdote dijo en la misa de la Inmaculada...:

 

“Durante la homilía, el sacerdote -no el pàrroco-, tras asegurar que el ángel Gabriel había fracasado (sic) con Zacarías -sacerdote y padre de San Juan el Bautista-, se acercó a Nazaret, donde en una casucha había una “mujer casada y muy probablemente en estado de impureza”.

Luego el sacerdote seguía diciendo: Esa mujer había escuchado en las sinagogas que había religiones falsas que enseñaban que había mujeres madres de dioses.

 Uno de los efectos de esa Misa no dominical, de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María para este tipo de malos cristianos es que vayan a sus casas confundidos por su seguridad. Por su aparente seguridad.

Estas personas, agresivas con piel de oveja, sobaobispos, curas y demás ínclitos de lo religioso, se les cae el castillo de naipes con el misterio de la Encarnación del Señor. Sí, sí, admiten que Jesús fue hombre..., pèro es Dios. Ese ser Dios de Jesús, para ellos, eso es la falsa seguridad que ahora se cae por varios motivos: Por no saber leer los textos y la vida; por no saber qué hacer con el error; por no querer profundizar allí donde les da miedo. Son rebaños que llevan a los abismos a todo lo que encuentran por delante porque ellos quedan desplazados.

Son hipócritas que no reconocen que yerran, que orinan y que cagan y huele feo su asquerosa mierda que es la mierda de la humanidad, (la mierda de los que comen más rico hiede más) y por eso se proyectan en vírgenes que no cagan y que no saben lo que es la genitalidad humana.

Son miedosos del mundo, del avance, de la alegría, de la simpatía. Son seres impuros que custodian una pureza que nunca tuvieron porque no la saben recibir de quien se la puede ofrecer: el delincuente y ateo, el creyente y la puta; el niño y el hombre arrugado. Su verdad es la verdad de los ignorantes y necios y con su cultura mal llevada, inútil carga, van por la vida dando lecciones a los que lo leen, es decir, a sus mismos estúpidos.

 Yo no sé si la virginidad de María fue o no lo que dice Pikaza y otros teólogos . Lo que sí sé es que esa imagen de la Virgen (que sale del Evangelio y ¡¡¡¡leída a su luz!!!!!!) es la imagen más humana y más inmaculada que he podido pensar. Y es ella la que me hace condolerme de este género de miseria de estos señores que creen en la literalidad de la Biblia .


El tema de la pederastia es un problema que me viene impactando hace ya tiempo. Los mayores de edad, dedicados a la teología, con cierta libertad, amor y riesgo, han sentido en la nuca la mano fría de la Congregación para la doctrina de la fe, que los ha vigilado (y a veces perseguido) por la forma de entender la Encarnación del Logos, la Personalidad el Espíritu Santo o el sentido biológico de la maternidad divina de María… Pues bien, los años altos y “gloriosos” de esta Congregación han pasado, y ahora ella se ocupa de temas “bajos” de pederastia clerical, considerada como tema de fe.

Tiene razón Pikaza cuando dice:
"El cristianismo no es un "dogmario" (religión de dogmas), ni un "ideario" (suma de ideas), sino el relato poderoso de la vida de Jesús, asumida y recreada por los creyentes... Sin ese imaginario (símbolo real), sin la figura concreta del Jesús que camina con los hombres y les cura, que sufre con ellos y les ama... el cristianismo se habría convertido en gnosis intimista o sistema doctrinal y administrativo (como algunos, quizá, pretenden, sin darse cuenta de que así lo acaban destruyendo).

La Inmaculada y la Asunción estos son dogmas antropológicos y pascuales y sólo han podido expresarse a lo largo de una determinada historia de la iglesia. Carecen de sentido buscar su demostración o prueba en la Escritura, pues sus presupuestos e intereses desbordan los planteamientos de los creyentes de las comunidades más antiguas (del tiempo en que se escribieron los libros del Nuevo Testamento y los grandes tratados de los Padres de la Iglesia). Sin embargo, vividos desde la totalidad del misterio cristiano, esos dogmas resultan no sólo coherentes, sino que pueden iluminar el sentido más hondo de la vida humana, tal como ha venido desplegarse en María, la Madre de Jesús.
Este «dogma» es inclusivo, no excluyente: lo que se dice de María puede y debe afirmarse de cualquier vida que nace. Toda historia humana es sagrada, presencia de Dios (es inmaculada, por utilizar el lenguaje del dogma), pero no por algún tipo de racionalidad abstracta, sino «en atención de los méritos de Cristo». Cada vida que nace es, según eso, una revelación del misterio mesiánico, abierto a la promesa de la Vida que es Dios.

Este dogma es anti-helenista, pues va contra aquellos que, en línea de espiritualismo o gnosis, suponen que «el mayor pecado del hombre es haber nacido» (Calderón de la Barca) en un mundo dominado por la culpa, condenado a muerte. Este dogma ha sido y sigue siendo causa de gran consuelo para muchísimos cristianos, que asumen como propio este misterio del origen de María: lo que en ella ha sucedido no se puede interpretar de una manera aislada, como simple excepción, sino que es garantía del valor más hondo de la fecundidad humana, en clave familiar, social, cultural.
 Quedan sin responder las disputas con el protestantismo. Queda sin resolver el diálogo con las iglesias ortodoxas. Se trata de saber si la Inmaculada es un dogma estrictamente dicho (como los de Nicea y Calcedonia) o si es una opinión piadosa de los católicos, que otras iglesias pueden dejar un poco a un lado."



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