lunes, 12 de junio de 2017

Olga Lucía Alvarez Benjumea, una mujer que ama a su iglesia

 
Olga  Lucia Álvarez Benjumea
 
Soy un asiduo lector del blog “Evangelizadoras de los apóstoles” y he podido ver dos artículos que dan testimonio de esta mujer de Dios. Una mujer que me recuerda al Jesús de los Evangelios. Una mujer entregada a las circunstancias vitales de los demás.
Como dice en su primer artículo sigue el ejemplo de Maria, la madre de Jesús, que sale corriendo, llevándolo en su vientre, a compartirlo con su prima, pasando por terrenos peligrosos y Maria de Magdala, que tambien tiene prisa de llevar el anuncio, según le entregó Jesús, para llevarlo a sus amigos en Galilea.
“Voy a pie, en bus, en el Metro. o en el Transmilenio (Bogotá) . No tengo guardaespaldas.”
“Necesitamos curas, sí, pero diferentes de ellos”. “Muy fácil, ser cura, solo buscan el poder, y que les rindan pleitesia”
Cierto Olga “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo.” (GS n1) Por el momento, es la Iglesia de Base y las mujeres como tú la que lo poneís en práctica. La jerárquica se limita a dar consejos sobre el particular, a conservar y guardar celosamente sus tesoros, y a luchar por las prebendas.
“No hay en Cristo y en la Iglesia ninguna desigualdad por razón de la raza o de la nacionalidad, de la condición social o del sexo” (LG. 32, b).
Como ejemplo de la sutil mentalización de supeditación e infravaloración de la mujer llevada a cabo por la Iglesia Católica Romana a través de los siglos y mantenida hasta el día de hoy, a la que me estoy refiriendo, recuerdo  unas declaraciones de Mercedes Navarro del año 2008 – Mercedes Navarro es Doctora en Psicología (UP Salamanca) y Teología (PU Gregoriana, Roma) y licenciada en Ciencias Bíblicas (P.I. Bíblico)- en dichas declaraciones, denunciaba cómo en la traducción al latín de la Biblia, realizada por San Jerónimo en el s.V, llamada “Vulgata”y de la que hemos bebido toda la vida, este Santo Padre se permitió varias licencias poco éticas en dicho trabajo. Para empezar, al traducir los textos del Génesis sobre la relación Adán-Eva, según Mercedes Navarro, S. Jerónimo”no hace una traducción exacta del hebreo porque en ese idioma no aparece la subordinación sino la reciprocidad.”
Lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios, y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a los fuertes;” (1 Corintios 1:27).
Uno de los versículos más alentadores de la Biblia está en 2 Corintios 4:7: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros.” Luego Pablo procede a describir esas vasijas de barro, hombres que están muriendo, atribulados en todo, perplejos, perseguidos, derribados. Y aunque nunca abandonados ni desesperados, esos hombres y mujeres como tú sois usados por Dios y estáis  constantemente llevando la carga en vuestros cuerpos humanos, esperando ansiosamente ser revestidos con un cuerpo nuevo.
Dios se burla del poder del hombre. Él se ríe de nuestros esfuerzos ególatras de ser buenos. Él nunca usa al grandioso ni al poderoso, sino que usa a las cosas débiles de este mundo para confundir a los sabios. Viendo tu último artículo soy consciente de que Dios te está usando enormemente en la periferia, en este caso es un centro de rehabilitación de drogadictos.
 Dios todavía elige al débil para revelar Su fuerza.
Nuestro testimonio a un mundo maldecido por el pecado debe incluir tanto la predicación como la manifestación, tanto en Palabras como en hechos. Nuestra proclamación de Cristo no puede estar divorciada de nuestras obras de ayuda. Como Santiago dice, tales obras ayudan a demostrar el poder del evangelio.
En los dos artículos que he podido leer de Olga se ve claramente que es una mujer con convicción y decisión de caminar con los demás y ayudar al que lo necesita.

José Carlos Enríquez Díaz
 

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