Aliento
y esperanza frente al sufrimiento humano
Roberto Badenas es doctor en teología por la Universidad
Andrews (Michigan, EE. UU. ), especialista en Filología bíblica y profesor de
Nuevo Testamento. Autor de diversas publicaciones, sus libros más allá de la Ley, para conocer al
Maestro en sus parábolas y encuentros.
(su obra más conocida hasta el momento, traducida y editada en inglés,
francés, alemán, italiano, portugués, rumano y catalán) forman asimismo aparte
de la serie semillas de esperanza.
Roberto Badenas en su libro desarrolla una perspectiva bíblica del sufrimiento,
haciendo un esfuerzo por acudir primero que nada al texto bíblico, y ver lo que
la Palabra de Dios nos enseña respecto al sufrimiento.
También nos da una perspectiva teológica del sufrimiento. En su libro también
nos enseña a descubrir las doctrinas que la Biblia enseña respecto al
sufrimiento y cómo ellas se relacionan a la comprensión de Dios que tiene el
ser humano.
En
su libro nos habla también del silencio divino.
Dios está siempre presente con nosotros… pero hay momentos cuando nos despoja
de su presencia en nuestra conciencia.
Quién no sintió un escalofrió al leer o escuchar la
oración desgarradora de Jesús en la cruz: “Padre, por qué me has abandonado”.
Posiblemente también existieron momentos en nuestra vida en los que tuvimos una
fuerte identificación con aquellas palabras. A veces cargadas de reproche,
otras de impotencia y aun de perplejidad. Antonio, en su libro nos muestra
también como en el caso de Job muchos personajes bíblicos vivieron esta
experiencia a la que convenientemente se le denomina desierto. Por momentos
desde el dolor, pensamos en una incomprensible crueldad: Dios parece que nos
suelta de la mano en una especie de “arréglate como puedas”, pero en el
contexto de un oráculo de esperanza, dios proclama en el libro de Isaías: “era
como una esposa joven abandonada y afligida, pero tu dios te vuelve a llamar y
te dice: “por un pequeño instante te abandoné, pero con bondad inmensa te
volveré a unir conmigo. En un arranque de ira, por un momento, me oculté de ti,
pero con amor inmenso te tuve compasión:( Isaías 54, 6, 8). Esta imagen quizás nos
permita aproximarnos a la comprensión de la táctica divina: Dios suelta
nuestras manos esperando el paso: Qué pasaría si lo spadres no dejaran a sus
padres en la difícil experiencia de la soledad para caminar?
¿Podemos imaginar una vida en la que una persona a los
cuarenta años camina todavía de la mano de sus progenitores. Cuál es nuestra
actitud cuando al intentar una y mil veces la oración sentimos vacío y soledad.
En la oscura noche del alma se sufre y
se gime pero se crece.
Roberto Badenas nos explica muy bien en su libro como La
experiencia del dolor y del sufrimiento en nuestra vida se acepta y nos
fortalece solo en la fe. Desde esta óptica, la fe nos ayuda a penetrar el
sentido de todo lo humano y, por consiguiente, también del sufrir. Así pues,
existe una íntima relación entre la cruz de Jesús y nuestro dolor, que se
transforma y se sublima cuando se vive con la conciencia
de la cercanía y de la solidaridad de Dios.
Pablo cruzó el desierto. Cárceles, azotes, persecuciones, hambre, enfermedades, falsos hermanos 2 Corintios 11: 24-33; 12:1-8. ¡Jamás se dio por vencido! Se mantuvo firme en Dios valiente y esforzado. Cuando tomamos conciencia de nuestra muerte, cuando menguamos, el Señor puede crecer en nosotros. Cuando ya no tienes muletas ni bastones para apoyarte, cuando estás incomunicado en tu destierro, en la soledad, pasando por la esterilidad, en la tierra seca, sin provisiones, cuando nadie parece acordarse de ti, cuando parece que Dios y los hombres te abandonaron, nunca te rebeles y te quejes. Extiende tus raíces bien hondas en busca del agua, porque verdaderamente hay agua de vida en esos momentos duros. Desde luego que no es superficial, es una experiencia profunda en Dios. Cristo fue abandonado por Dios y por los hombres cuando exclamó: Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado? (Mateo 27:46).
"Aunque este nuestro hombre exterior se va
desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día" (2
Corintios 4:16).
Oye la verdad que Pablo nos está declarando y entonces
descubrimos para qué nos suceden las pruebas que afrontamos:
"Sí, es verdad que todos estos problemas y pruebas
han desgastado mi cuerpo, mi carne va decayendo, pero al mismo tiempo, algo
maravilloso está sucediendo en mi alma. Todas estas cosas están obrando para
bien en mí, y estoy creciendo en mi conocimiento del Señor y sus caminos".
Pablo sabía que estaba viviendo en la perfecta voluntad
de Dios. Se daba cuenta de que todas sus pruebas no estaban sucediendo porque
estaba bajo la ira. Por el contrario, Pablo sabía más profundamente que nunca
que era muy amado por el Señor.
En resumen, Pablo había aceptado su situación y estaba
aprendiendo la paciencia: "Porque os es necesaria la paciencia,
para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa"
(Hebreos 10:36).
Y no sólo esto, sino que hasta de las tribulaciones nos
sentimos orgullosos sabiendo que la tribulación produce paciencia; la
paciencia produce virtud sólida y la virtud sólida, esperanza. Una
esperanza que no engaña porque, al darnos el Espíritu Santo, Dios ha derramado
su amor en nuestros corazones.
Pablo cruzó el desierto. Cárceles, azotes, persecuciones, hambre, enfermedades, falsos hermanos 2 Corintios 11: 24-33; 12:1-8. ¡Jamás se dio por vencido! Se mantuvo firme en Dios valiente y esforzado. Cuando tomamos conciencia de nuestra muerte, cuando menguamos, el Señor puede crecer en nosotros. Cuando ya no tienes muletas ni bastones para apoyarte, cuando estás incomunicado en tu destierro, en la soledad, pasando por la esterilidad, en la tierra seca, sin provisiones, cuando nadie parece acordarse de ti, cuando parece que Dios y los hombres te abandonaron, nunca te rebeles y te quejes. Extiende tus raíces bien hondas en busca del agua, porque verdaderamente hay agua de vida en esos momentos duros. Desde luego que no es superficial, es una experiencia profunda en Dios. Cristo fue abandonado por Dios y por los hombres cuando exclamó: Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado? (Mateo 27:46).
El libro de Roberto Badenas se propone servir como ayuda
para hacer Frente al Dolor con
dignidad y realismo. Animo a todos mis lectores a que adquieran un ejemplar de
este libro magistral de Antonio Badenas cuyo objetivo es ayudar a combatir y a
sobrellevar la realidad del dolor hasta donde sea posible. Con ánimo y
esperanza.
Para mis lectores de El Ferrol les informo que pueden
adquirir el libro de Roberto Badenas en la Librería
Galiano Ferrol - C/ Galiano, Nº
15 Librería con venta exclusiva para Ferrol de la Editorial Safeliz
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