El sociólogo y psicoanalista Luigi Zoja critica que los
padres se quieran convertir en una segunda madre y no asuman su responsabilidad
Sociólogo, psicoanalista y uno de los ensayistas más
prestigiosos de Italia, Luigi
Zoja (Varese, 1943) publica en una versión revisada y
actualizada El gesto de Héctor. Prehistoria, historia y actualidad
de la figura del padre (Taurus), que aborda desde un punto de
vista histórico, antropológico y psicológico. Está considerada la obra de
referencia internacional sobre la paternidad. Su tesis es que la figura del
padre, que encontró su expresión en la familia monógama y patriarcal, se ha
desmoronado y aún no ha sido sustituida por otra que cumpla su función. Una
lectura adecuada en el Día del Padre, que «desafortunadamente es una
celebración comercial».
-Habla de la ausencia del padre, tanto
material, como simbólica y psicológica.
-Se puede trazar una genealogía del declive del
patriarcado, que es fruto de un proceso histórico que se acelera en el siglo
XX. En la primera mitad con las dos guerras mundiales, donde hay una ausencia
material del padre; y en la segunda mitad con el aumento de los divorcios a
partir de los años setenta. La descomposición de la figura paterna tiene dos
caras. Una simbólica y cultural relacionada con la secularización de la
sociedad, que hace que desaparezca la jerarquización vertical en la que en la
cúspide estaban el rey en la sociedad, el padre en la familia y Dios sobre
todos, como símbolos de los símbolos. La otra es estadística: el siglo XX es el
de los divorcios, que en Estados Unidos aumentaron el 700 %.
-Ese debilitamiento de la figura paterna ¿qué
consecuencias tiene en los hijos?
-Influye sobre todo en los varones jóvenes. La
desaparición de la figura del padre, que era quien establecía los límites, está
asociada con el desorden, la inseguridad, el abuso de drogas y la dificultad de
enseñar reglas a los jóvenes, que se vuelven más violentos e hipersexualizados.
Hace un par de generaciones, cuando un profesor enviaba una nota a los padres
diciendo que quería hablar con ellos sobre su hijo, este iba acompañado por su
padre. El padre escuchaba al profesor y al final levantaba el dedo y miraba al
hijo en señal de advertencia. Ahora, levanta el dedo, pero no mira al hijo,
sino al profesor, y le dice que no se atreva a tratarle más así. Ya no fija las
reglas, sino que colabora con el hijo díscolo.
-Asocia la proliferación de bandas de jóvenes
a la ausencia del padre.
Las pandillas son típicas de América Latina, pero también
existen en Europa. Hay estudios sociológicos que muestran que entre los jóvenes
de bajo estrato sociocultural hay mucha diferencia entre los que tienen padre y
los que no. Entre los que no lo tienen hay un porcentaje mucho mayor de jóvenes
que se vuelven componentes de bandas criminales.
-¿Qué papel juega entonces el padre en la
sociedad actual?
-Está perdido, en tierra de nadie. La solución no es
volver al patriarcado, porque restablecería una primacía masculina rica en
abusos y pobre en derechos democráticos. Pero la figura del padre nuevo no me
acaba de convencer, porque es como una vicemadre que no cubre la mayoría de las
tareas psicológicas relacionadas con los padres desde la noche de los tiempos.
En Italia hay una palabra para referirse a estos nuevos padres, mammo,
lo que indica que es un mero ayudante de la madre. Ahora el padre interviene
más en el cuidado de los niños, pero la madre sigue asumiendo la gran mayoría
de las tareas de la casa.
El padre juega más con sus hijos y a veces se comporta
como si fuera su hermano y no su padre. De esta forma, ni cumple su función de
referencia y autoridad moral ni contribuye a una mayor igualdad social. Es como
si fuera una segunda mamá.
-Sostiene que la figura del padre es una
construcción cultural, un artificio, frente a la de la madre, que es auténtica.
-No solo lo digo yo, sino la etología humana y la
antropología, particularmente Margaret Mead. El padre como principio
psicológico nace de una autodomesticación, tiene que aprender a controlar sus
instintos, es una construcción cultural. La madre tiene un fundamento
biológico.
-¿Esa parte primitiva es la que está detrás
de los casos de violencia contra las mujeres?
-Es la parte no civilizada que a veces reaparece.
-A usted no le gusta dar consejos sobre cómo
debe ser un padre.
-Ofrecer demasiados consejos no es bueno. No se aprende a
ser padre con un manual. Pero sí puedo decir que el padre debe tener conciencia
de su responsabilidad. Cuando empecé a dar conferencias sobre la ausencia del
padre, que es como se titulaban, miraba al público y había más mujeres que
hombres. Ahora hay algo más de interés y menos pudor, miedo o inseguridad entre
los hombres a involucrarse.
-Resta importancia al complejo de Edipo.
-Edipo mata a su padre no porque lo odie, sino porque no
lo reconoce, no sabe que es su padre. No representa tanto como se ha dicho la
relación padre-hijo, aunque pueda existir esa rivalidad entre ambos en la
adolescencia.
-En el libro asegura que ser padre no está al
alcance de cualquiera.
-Ofrecer demasiados consejos no es bueno. No se aprende a
ser padre con un manual. Pero sí puedo decir que el padre debe tener conciencia
de su responsabilidad. Cuando empecé a dar conferencias sobre la ausencia del
padre, que es como se titulaban, miraba al público y había más mujeres que hombres.
Ahora hay algo más de interés y menos pudor, miedo o inseguridad entre los
hombres a involucrarse.
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