1 Los mandatarios romanos eran elegidos por los
ciudadanos, debemos tener en cuenta que el término ciudadano era más
restrictivo que en la actualidad, puesto que existía la esclavitud y el
machismo. Pero eso sí, nada de herencias ni de puestos nombrados a dedo..,
aunque también es verdad, que las puertas giratorias en aquella época todavía
no se habían inventado.
2 Los cargos públicos eran
gratuitos. Por amor al arte, no como ahora que cobran y mucho. En la
república romana nunca se plantearon pagar a sus políticos ni por ir a las
asambleas ni por ejercer sus funciones.
3 Desempeñar el gobierno de
las magistraturas era concebido como un honor dispensado por el populus
romanus a sus elegidos. Su sueldo consistía en el reconocimiento social.
Rajoy como Presidente ronda los 6.000€ mensuales .
4 En el sistema
republicano existían limitaciones mercantiles para los miembros del
conocido Senado (encargados de votar las leyes), todos los negocios privados
estaban controlados. Igualito que ahora... Los romanos tampoco crearon los paraísos
fiscales
5 Nada de heredar
cargos, ni de entrar en el despacho del Congreso como si fuese su casa. Estaba
prohibida la elección sucesiva e incluso, en algunos casos, tenían que
transcurrir 10 años para volver a optar a la misma magistratura. Además, en el
caso de los censores, que entre otras cosas se encargaban de supervisar la
moralidad pública, ni siquiera podían ser reelegidos. A más de uno en España se
le iba a acabar el chollo.
Es más, no se permitía acumular magistraturas.
Es más, no se permitía acumular magistraturas.
7 Las magistraturas eran
colegiadas y sus miembros tenían la facultad recíproca de veto (intercessio).
Debían actuar conjuntamente, ponerse todos de acuerdo en lo que iba a ser
aprobado
8 Además, como habían
prestado juramento ante el pueblo de gestionar conforme a la legalidad, se les
podía exigir responsabilidad penal y civil por sus actos, así como
también, por los abusos cometidos en el ejercicio de sus funciones. Nosotros,
por el contrario, tenemos este maravilloso artículo en nuestra Constitución:
“los Diputados y Senadores gozarán de inviolabilidad por las opiniones
manifestadas en el ejercicio de sus funciones”.
9 Las asambleas del
pueblo o comicios incluían a todos los ciudadanos. Los magistrados
gobernaban, pero las decisiones importantes las tomaba el pueblo.
10 Les recuerdo a
nuestros políticos que en Roma la petición del voto era considerado poco
digno. Las dimensiones de la comunidad permitía conocer al candidato e
incluso se creaba un consenso previo para elegir a los mejores. Ni
‘amiguismos’ ni populistas, sólo llegaban al poder los más válidos. ¡Viva
España!, ay perdón, ¡Viva Roma!
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