jueves, 3 de marzo de 2016

Diez cosas que debían de tener en cuenta nuestros políticos





 1 Los mandatarios romanos eran elegidos por los ciudadanos, debemos tener en cuenta que el término ciudadano era más restrictivo que en la actualidad, puesto que existía la esclavitud y el machismo. Pero eso sí, nada de herencias ni de puestos nombrados a dedo.., aunque también es verdad, que las puertas giratorias en aquella época todavía no se habían inventado.
2 Los cargos públicos eran gratuitos. Por amor al arte, no como ahora que cobran y mucho. En la república romana nunca se plantearon pagar a sus políticos ni por ir a las asambleas ni por ejercer sus funciones.
3 Desempeñar el gobierno de las magistraturas era concebido como un honor dispensado por el populus romanus a sus elegidos. Su sueldo consistía en el reconocimiento social. Rajoy como Presidente ronda los 6.000€ mensuales .
4  En el sistema republicano existían limitaciones mercantiles para los miembros del conocido Senado (encargados de votar las leyes), todos los negocios privados estaban controlados. Igualito que ahora... Los romanos tampoco crearon los paraísos fiscales
5 Nada de heredar cargos, ni de entrar en el despacho del Congreso como si fuese su casa. Estaba prohibida la elección sucesiva e incluso, en algunos casos, tenían que transcurrir 10 años para volver a optar a la misma magistratura. Además, en el caso de los censores, que entre otras cosas se encargaban de supervisar la moralidad pública, ni siquiera podían ser reelegidos. A más de uno en España se le iba a acabar el chollo.
 Es más, no se permitía acumular magistraturas.
7 Las magistraturas eran colegiadas y sus miembros tenían la facultad recíproca de veto (intercessio). Debían actuar conjuntamente, ponerse todos de acuerdo en lo que iba a ser aprobado
8 Además, como habían prestado juramento ante el pueblo de gestionar conforme a la legalidad, se les podía exigir responsabilidad penal y civil por sus actos, así como también, por los abusos cometidos en el ejercicio de sus funciones. Nosotros, por el contrario, tenemos este maravilloso artículo en nuestra Constitución: “los Diputados y Senadores gozarán de inviolabilidad por las opiniones manifestadas en el ejercicio de sus funciones”.
9 Las asambleas del pueblo o comicios incluían a todos los ciudadanos. Los magistrados gobernaban, pero las decisiones importantes las tomaba el pueblo.
10 Les recuerdo a nuestros políticos que en Roma la petición del voto era considerado poco digno. Las dimensiones de la comunidad permitía conocer al candidato e incluso se creaba un consenso previo para elegir a los mejores. Ni ‘amiguismos’ ni populistas, sólo llegaban al poder los más válidos. ¡Viva España!, ay perdón, ¡Viva Roma!

 
 

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