miércoles, 28 de abril de 2021

Vacunación con carpas llenas de gente sin guardar distancias hoy en Ferrol

 Vacunación. Información que nos envían. “Carpas llenas de gente sin guardar distancias.” Tras hablar con diferentes responsables nos comentan que la conselleria de sanidade está citando mucha gente a la vez de toda el área sanitaria, complicando la gestión y favoreciendo que ocurra esta aglomeración.”

La portavoz nacional del BNG ha señalado la gestión de la Xunta como responsable de las aglomeraciones y tensiones vividas durante la campaña de vacunación masiva.

En el recinto del Gaiás, en la capital gallega, estaban citadas unas 2.880 personas dentro del grupo de entre 60 y 65 años de edad. Sin embargo, a la convocatoria acudieron muchas más personas de las esperadas, creando colas y aglomeraciones en la Ciudad de la Cultura que obligaron a reforzar el control de seguridad por parte de Protección Civil y los efectivos policiales.

Mientras todo esto sucede Feijoo niega las "colas", pese a las imagenes que indican lo contrario.

La portavoz nacional del BNG responsabilizó directamente a Núñez Feijóo de esta "falta de planificación".

"Estamos asistindo a un exercizo de propaganda, publicidade e mentira que tamén se instalou no proceso de vacinación", afirmó en Lugo la líder del frente nacionalista.

Ana Pontón reclamó más medios para que la vacunación sea "áxil, ordenada, eficaz e sen risco para a poboación".

G. Caballero también exige mejorar la vacunación tras las "larguísimas colas" y los bajos datos de administración.

 Sin embargo Sevilla estrena la vacunación sin bajarse del coche con nonagenarios y centenarios. Se utilizó para ello la estación Autocovid levantada junto al antiguo Hospital Militar, denominado provisinalmente Hospital de Emergencias Covid, que se usó el pasado otoño para realizar test PCR.

"Los datos evidencian que Galicia está a la cola de España en número de vacunas administradas en relación a las que llegan", ha sostenido el socialista en declaraciones a los medios en Betanzos (A Coruña) después de que el Ministerio de Sanidad detallase que la Xunta administró --según los datos publicados -- un total de 559.141 de las 786.365 vacunas recibidas, cifra que la sitúa como la comunidad con la tasa más baja --71%-

Caballero (PSdeG) evalúa que Feijóo "dejó huérfana" a Galicia y reprocha que se quiera "colgar medallas" con las vacunas.

Feijóo diseña “la sanidad del futuro”: atender por teléfono. «Toda la medicina que se pueda hacer sin presencia física es la medicina del futuro», proclamó Feijóo, poniendo como ejemplo los 3.000 pacientes contagiados por coronavirus que son atendidos a través del programa Telea del Sergas. Cuando Feijoo o un hijo suyo enfermen, me gustaría ver si se van a conformar con que un médico los evalúe por teléfono. Esas pordioserías solo son buenas para los demás.

El desmantelamiento de la Atención Primaria realizado durante las dos última décadas en todos los servicios de salud, no sólo se manifestó en reducción de plantillas y profesionales, precarización e inestabilidad laboral, sobrecarga hasta niveles absurdos…Afecta también de forma importante a recursos, instrumentos y tecnologías imprescindibles para el trabajo en Atención Primaria en el siglo XXI. Mucho habrá que reconstruir en ella cuando todo esto se normalice un poco.

La Atención Primaria está sola en esto; no preocupa ni interesa a ningún gobierno más allá de su utilidad como carne de cañón. Pero a pesar de ese maltrato atávico se mantiene ahí, prolongando sus horarios, doblando turnos, acumulando cupos, buscando soluciones ante la falta de medios y referencias.

 

 


miércoles, 21 de abril de 2021

CONFERENCIA ONLINE | *RESURRECCIÓN* Xabier Pikaza Roerto Badenas


 


CONFERENCIA ONLINE | *RESURRECCIÓN*

🗓️ El 23 de Abril del 2021.
⏰ 20:00 h.
✅ ¡Totalmente gratis!
✅ 2 renombrados teólogos: *Xabier Pikaza y Roberto Badenas*
✅ Online (App. ZOOM)
¡Guarda este enlace!
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Xabier Pikaza Ibarrondo – nació el 12 del VI de 1941 en Orozko, Vizcaya – ha cursado estudios en la Universidad Pontificia de Salamanca, en la Universidad de Santo Tomas y en Instituto Bíblico (Roma); – ha ampliado estudios en las universidades de Hamburg y Bonn (Alemania) 1. Titulación:– Doctor en Teología por la Univ. Pontificia de Salamanca (1965), con una tesis sobre Dialéctica del Amor en Ricardo de San Víctor– Doctor en Filosofía por la Univ. de Santo Tomás de Roma (1972), con una tesis sobre Exégesis y filosofía en R. Bultmann– Licenciado y candidato a doctor en Sagrada Escritura por el Instituto Bíblico de Roma (1972) 2. Docencia básica: – 1972: Profesor contratado por la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca– 1975-1984: Profesor ordinario de Teología (el Misterio de Dios,Teodicea y Trinidad) en la misma Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca– 1985-1989..

Roberto Badenas, escritor adventista, es doctor en Teología por la Universidad Adrews (Michigan, EE. UU.), especialista en Filología Bíblica y profesor de Nuevo Testamento. Autor de diversas publicaciones, sus libros Más allá de la Ley, Para conocer el Maestro en sus parábolas y Encuentros (su obra más conocida hasta el momento, traducida y editada en inglés, alemán, italiano, portugués, rumano y catalán) forman asimismo parte de la serie Semillas de Esperanza. Roberto Badenas, en su libro Encuentros Decisivos, nos transporta, con su atractiva y profunda forma de escribir, a algunos de los encuentros que Cristo tuvo con personas de diferentes estratos sociales que enfrentaban desafíos distintos en sus vidas.
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Roberto Badenas también ha publicado un libro titulado “Frente al dolor” en su libro explica muy bien como La experiencia del dolor y del sufrimiento en nuestra vida se acepta y nos fortalece solo en la fe. Desde esta óptica, la fe nos ayuda a penetrar el sentido de todo lo humano y, por consiguiente, también del sufrir. Así pues, existe una íntima relación entre la cruz de Jesús y nuestro dolor, que se transforma y se sublima cuando se vive con la conciencia de la cercanía y de la solidaridad de Dios. Roberto Badenas fue decano de la universidad adventista de Francia.

Ingresa a: https://zoom.us/j/4999602650

domingo, 18 de abril de 2021

El bautismo no es asunto de niños y niñas

 


Generalmente, la razón más importante que tienen los padres para bautizar a sus hijos pequeños es de orden estrictamente religioso. En el catecismo y en la predicación eclesiástica se enseñan unas ideas teológicas que empujan a la gente para que bautice a sus hijos cuanto antes. Esas ideas religiosas se reducen, en el fondo a una cosa: el bautismo es necesario para quitar el pecado original, lo cual, a su vez es necesario para que el niño pueda salvarse; de no estar bautizado, si muere, iría al limbo. La iglesia no les bautiza para quitarles un pecado de muerte (de manera que si no hubiera bautismo irían al limbo o al infierno), sino para celebrar, prometer y promover una mutación humana, desde la “palabra”, en amor mutuo, para la vida.

La consecuencia inmediata e inevitable es que el ingreso en la comunidad de la Iglesia ha dejado de ser el resultado de una decisión personal y se ha convertido en un hecho sociológico: Así, forman parte de la Iglesia no aquellos individuos que, madura y conscientemente dan el paso de la increencia a la fe, sino todas aquellas personas que nacen en una determinada región, país o grupo sociológico. Por consiguiente, lo que en la práctica decide la permanencia a la Iglesia no es la conversión cristiana, sino el nacimiento. Pero todavía hay algo más grave, posiblemente,  que la idea fundamental que ha quedado en muchas familias sobre el bautismo es que borra el pecado.

 Según el Nuevo Testamento, el bautismo es el acontecimiento decisivo que marca la ruptura definitiva con una forma de vida, para pasar a otra forma de vida, que consiste en el seguimiento de Jesús, asumiendo su escala de valores y su destino. La iglesia no “bautiza” a los hombres y mujeres en nombre de un sistema social, de un estado, de una patria o de una economía, sino para declararles Hijo de Dios (en nombre de Jesús, en nombre de la Trinidad), ofreciendo a todos los hombres y los pueblos un espacio y camino de comunicación de vida.

En estas circunstancias todos podemos estar de acuerdo en que, de esta manera, la Iglesia no ofrece, ni puede ofrecer, una auténtica alternativa a la sociedad. Porque la Iglesia viene a coincidir con la sociedad. Y entonces los males y miserias de la sociedad son idénticamente los males y miserias de la Iglesia. ¿Qué queda entonces del proyecto comunitario de Jesús? ¿Qué queda de las exigencias evangélicas vividas por un grupo, el grupo de bautizados? ¿Qué queda del bautismo como el paso entre dos formas fundamentales de entender la vida, entre la luz y las tinieblas, entre la vida y la muerte? ¡Lo único que queda de todo esto es lo que se escribe en los libros!

Así pues, al poco tiempo de nacer nos llevan a la iglesia para ser bautizados y el sacerdote pregunta: “¿Renuncias a Satanás? ¿Y a todas sus obras? ¿Y a todas sus actuaciones?” Alguien respondió por nosotros: “Sí, renuncio” “¿Quieres ser bautizado?” Nuestros padrinos respondieron por nosotros con la misma resolución: “Sí quiero”. Quien así respondía en representación nuestra, no nos había consultado nada. Todo estaba decidido. Se nos puso un nombre cristiano. Ese nombre iba constar en el registro civil. Pero nadie nos explicó que ser bautizado significa ser introducido en el mundo de la Promesa divina. Y toda la Historia Sagrada es la historia de las Promesas de Dios al pueblo elegido. Dios le dice a Abraham en el relato del Génesis: “por mí mismo juro, oráculo de Yahvé,… yo te colmaré de bendiciones… y por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra” (Gen 22,15-18).

Ser bautizado es ser introducido en el ámbito de la promesa, es decir, en una situación de certeza inquebrantable: Dios se compromete con el bautizado: Es el Dios que no puede mentir. ¡Es el Dios Fiel!: «fiel es el Dios por el que habéis sido llamados a la unión con su hijo Jesucristo» (1 Cor 1,9).

Podemos decir que el Sacramento del bautismo es lo más importante que recibimos en nuestra vida. Representa el inicio de nuestra vida cristiana. Es como la semilla que se pone en la tierra para que crezca y llegue a dar frutos, mas es necesario que se prepare el terreno y que se abone para lograrlo.

Cada uno de nosotros, los nacidos de nuevo, somos según la palabra de Dios “sacerdotes”: «Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.» (1Pedro 2 ,9). Si nos fijamos en el modelo bíblico de la Iglesia, vemos en qué radicaba su poder: «preservaban cada día en tener fervor con todo el pueblo, y el resultado era que el Señor añadía cada día a la Iglesia a los que habían de ser salvos.» (Hch 2, 47)

Los hijos disciplinados y obedientes no “aparecen de la noche a la mañana”. Los padres son responsables de amar, enseñar y disciplinar a sus hijos.

Cuando los padres enseñamos a nuestros hijos que la salvación y el cielo comienzan en esta vida, los estamos preparando para una vida maravillosa que nunca terminará. Mientras los niños son muy pequeños, pueden aprender lo que agrada y desagrada a sus padres, pero también lo que le agrada y desagrada a Dios. La salvación Cristiana es, por supuesto, la salvación del pecado. Pero, precisamente por eso, es salvación, no solo eterna, sino también histórica. Es decir, salvación que actúa y se tiene que poner de manifiesto en esta vida, concretamente en la defensa y dignificación de la vida para todos.

Lo que pasa es que cuando se habla de pecado y de sus consecuencias, muchas personas piensan solamente en las consecuencias que eso tiene en la “otra” vida, en la posibilidad de infierno y perdición eterna. Y no se piensa como es debido, en las consecuencias que el pecado tiene, en primer lugar, en esta vida. Nunca se nos tendría que ir de la cabeza la cantidad de dolor, sufrimiento, humillación y desgracias que ocasionan precisamente los pecados de los hombres, es decir, el mal que los seres humanos se causan a sí mismos y nos causamos los unos a los otros precisamente porque pecamos. Desde este punto de vista, se puede y se debe decir que la salvación acontece, ante todo, en la vida. Y por lo tanto, se tiene que manifestar en defender la vida, potenciar la vida, dignificar la vida y lograr que nuestro prójimo viva más feliz.

Él es fiel y está con nosotros todos los días, ¿estamos nosotros cada día con Él?

 

 

jueves, 1 de abril de 2021

Jesús con su muerte nos abre las puertas del cielo

 


 “Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿Cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpos vendrán?” ¿Cómo puede ocurrir esto? ¿Cómo es posible que estos muertos se levanten nuevamente y se unan a sus diversas almas, que muchos millones de años atrás fueron sepultados en la tierra, o tragados por el mar o devorados por fuego?» Cuerpos que se han reducido al más fino polvo, que ese polvo fue esparcido por la faz de la tierra, cuerpos que han sufrido miles de cambios, que alimentaron la tierra, se transformaron en alimento de otros seres…

Dios puede distinguir y guardar sin mezclarse con otros cuerpos, el particular polvo en el que se disolvieron nuestros cuerpos, y puede reunir sus partículas y juntarlas de nuevo sin importar lo lejos que se dispersen esas articulas. Dios es infinito tanto en conocimiento como en poder. Él sabe cuántas son las estrellas y las llama por su nombre; también puede decirnos el número de arenas en las playas de los mares; ¿y nos puede parecer increíble que conozca con precisión cada una de las partículas que formaron nuestros cuerpos? ¿Por qué habría de parecer extraño que Dios, que nos formó al comienzo, cuyos ojos vieron nuestros embriones, (“bien que en oculto fuimos formados y entretejidos en lo más profundo de la tierra” Salmo 139:15), conozca cada partícula de nuestro cuerpo en el que fuimos formados? El artífice conoce cada parte del reloj que arma; y si se desarmara totalmente y sus piezas se desparramaran podría reunirlas y distinguirlas unas de otras.

Qué  nos expliquen de todo lo que ocurre en este mundo antes que hablarnos de las dificultades para la resurrección. ¿Podrían explicarnos cómo fueron formados nuestros cuerpos? ¿Cómo fue hecha la primera gota de sangre, el corazón, las venas, las arterias que le dieron cabida en su interior?

Nuestra esperanza y consuelo es que seremos liberados de esta carga de la carne, cuando “enjuagará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21:4) Jesús no es un muerto que ha vuelto a la vida, como es el caso, por ejemplo, del joven de Naín y de Lázaro, que en cierta ocasión fueron devueltos a una vida terrena destinada a terminar más tarde con una muerte definitiva. La Resurrección de Jesús nada tiene que ver tampoco con una superación de la muerte clínica –tal como la conocemos en nuestros días-, que en un determinado momento acaba irremediablemente con una muerte clínica sin retorno.

Si nuestra esperanza en Cristo se limitara sólo a los límites de esta vida, seríamos los más desgraciados de todos los hombres. La profesión de fe en la resurrección es la respuesta a las apariciones; sólo ellas redujeron la ambigüedad del sepulcro vacío y dieron origen a la exclamación de los apóstoles: resucitó verdaderamente. Los evangelios nos transmiten los siguientes datos: Las apariciones son descritas como presencia real y carnal de Jesús, come, camina con sus discípulos, se deja tocar, oír y hablar con ellos. Su presencia es tan real que puede ser confundido con un viandante, con un jardinero o con un pescador. En Jesucristo recibimos la respuesta definitiva de Dios de que no fue la muerte sino la vida, la última palabra que Dios pronuncio sobre el destino humano.

Nosotros experimentamos en el espíritu la resurrección de Jesús porque tanto Él como su causa se nos presenta como realidades vivas y victoriosas. No se puede separar absolutamente la experiencia de los primeros discípulos de la nuestra, y, si eso es así, también en la historia será posible una experiencia semejante a la de los primeros discípulos. No podemos esperar que en la historia aparezcan apariciones del resucitado como las que narran los Evangelios, pero cuando reaccionamos con misericordia y amor, cuando tenemos la capacidad de dar la propia vida para dar vida a los otros, eso es vivir… Los cristianos de Corintio, por poner un ejemplo de los orígenes estaban convencidos de que vivían ya la plenitud porque si no fuera así vacía sería su predicación. Y lo pensaban así porque vivían signos extraordinarios por todas partes: milagros, don de lenguas…; que parecían triunfar sobre la realidad de lo cotidiano. «Los apóstoles comienzan a predicar sin miedo y con audacia, y parecen contentos aun en medio de las persecuciones alegres de tener sufrido algo por Jesús» (hech. 5.41).

Los discípulos que se encontraron con el resucitado viven una nueva vida, con sentido y con gozo. No parecen estar “tristes”, están acosados pero no abandonados (2Cor 4,8) los discípulos notaron un cambio en sus vidas, pero no tan sólo porque en un primer momento pasan del miedo a la valentía, sino porque en el medio de los trabajos y de los esfuerzos que les sobrevinieron actúan con libertad y con gozo. Si los apóstoles siguieron creyendo en Jesús, si lo proclamaron Mesías y señor abandonando familia y patria, si incluso no dudaron en entregar su vida en el suplicio antes que negarlo es porque tuvieron una experiencia singular que resolvería el gran escándalo de la condena por el tribunal supremo judío y su posterior muerte a manos de los romanos. Y esto sólo pudo ser la resurrección de los muertos.

¿Una supuesta alucinación? Es interesante destacar aquí, ante la sugerencia de algunos estudiosos, que lo que vieron los discípulos fueran alucinaciones, porque científicamente está demostrado que “los hombres sujetos a alucinaciones nunca llegan a ser héroes morales.”  Sin embargo, el efecto de la resurrección de Jesús fue continuo, y la mayoría de estos discípulos testigos, sufrieron la muerte por predicar esta verdad.

Es imposible que dos personas tuviesen la misma alucinación al mismo tiempo, e igualmente imposible que unas 500 personas de estado mental y temperamento promedio, en número variados, en tiempo diferente, y en situaciones muy variadas experimentaran toda clase de impresiones sensoriales, táctiles, auditivas y visuales, y que todas estas estuvieran basadas en una supuesta alucinación colectiva.

Los discípulos dan testimonio de que ellos también viven ya de algún modo la plenitud de la resurrección. Lo que hay de triunfo en la resurrección no quedó tan sólo en Jesús, sino que se desbordó y cambió la calidad de sus vidas. El error consiste en pensar que se vive más en el mundo de la resurrección cuanto menos se vive en el mundo histórico.

Partiendo del concepto paulino del Cielo observamos que Jesucristo en el evangelio subraya que el destino feliz y final del hombre es un estar con Él.

Jesús consuela a los Apóstoles en el sermón de despedida del jueves santo, diciéndoles que va a prepararles sitio para que donde esté Él, estén también los suyos (lc 14,2-3); anuncia a los misericordiosos que en el gran día de su segundo advenimiento los llamará hacia sí: «venid los benditos de mi Padre…».

Pablo nos habla de un encuentro con Cristo como destino feliz del hombre después de la muerte, destaca las palabras de Esteban, moribundo, diciendo: Señor Jesús, recibe mi espíritu (Hech 7,59).

De igual forma, Pablo en la carta a los filipenses en que desarrolla el dilema del quedarse en este mundo o ir a Cristo: estoy apremiado por las dos cosas, teniendo deseo de quedar libre para estar con Cristo, lo cual sería muy preferible, pero el quedarme en la carne es más necesario por vosotros (Fil 2,23-24)

Pablo, además anuncia la Parusía con el anhelado efecto de la reunión de los fieles con Cristo glorioso: “seremos arrebatados a las nubes para salir al encuentro del Señor en los aires; y así estaremos siempre con el Señor” (1 Ts 4,17).

Las expresiones paulinas expresan que la redención sólo se consumará en el futuro escatológico en la unión mística con Cristo, no representa nada definitivo sino que, a pesar de ser una gracia que perfecciona el ser y lo hace feliz, está orientada hacia la consumación definitiva y permanente.

Vivir en el cielo es "estar con Cristo" (cf. Jn 14, 3; Flp 1, 23; 1 Ts 4,17). Los elegidos viven "en Él", aún más, tienen allí, o mejor, encuentran allí su verdadera identidad, su propio nombre (cf. Ap 2, 17):

«Pues la vida es estar con Cristo; donde está Cristo, allí está la vida, allí está el reino» (San Ambrosio, Expositio evangelii secundum Lucam 10,121).

La Resurrección nos descubre nuestra vocación cristiana y nuestra misión: acercarla a todos los hombres. El hombre no puede perder jamás la esperanza en la victoria del bien sobre el mal. ¿Creo en la Resurrección?, ¿la proclamo?; ¿creo en mi vocación y misión cristiana?, ¿la vivo?; ¿creo en la resurrección futura?, ¿me alienta en esta vida?, son preguntas que cabe preguntarse.