David Wilkerson profetizó acerca de una Mega Iglesia
Ecuménica donde el lider será el Papa. El texto dice literalmente:
“Veo la formación de una superiglesia mundial que
consistirá en una unión entre protestantes ecuménicos liberales y la iglesia
católica romana, que se unirán políticamente de la mano, creando una de las más
poderosas fuerzas religiosas en la tierra.”
“Esta superiglesia mundial será espiritual solo de
nombre, y usará desembarazadamente el nombre de Jesucristo, pero de hecho será
anti-cristo y política en muchas de sus actividades…
Roma insistirá en obtener muchas concesiones de los líderes ecuménicos
protestantes, y las recibirá. El Papa será considerado más un jefe político que
un líder espiritual de esta gran unión. A su vez, los líderes protestantes del
movimiento ecuménico insistirán en obtener ciertas concesiones de Roma, y las
recibirán…
No se les pedirá a estos que consideren al Papa como la cabeza infalible de
la iglesia, y aceptarán su jefatura política sin aceptar su papel como sucesor
de Pedro.” La Visión pag. 80
El periodista y teólogo José
de Segovia ha asegurado en una entrevista que “la Iglesia católica nunca ha buscado el verdadero ecumenismo”. “La
pretensión que tiene la Iglesia católica en este documento es claramente
antibíblica”
“La gran importancia en los evangelios no está en la “unidad”
sino en la “verdad” –arguye De Segovia. El teólogo recuerda que en la oración
de Jesús del capítulo 17 del evangelio de Juan se pide por la unidad pero, al
mismo tiempo, “Jesús dice: ya somos uno en la verdad”. “La unidad de la iglesia
debe partir de su fundamento que es la Verdad” –remarca De Segovia- “en cambio
la Iglesia católica sacrifica la Verdad entendiendo que se encuentra en la
unidad de su institución”. El teólogo afirma que este tipo de unidad “llega al
engaño” de pensar que ver a la Iglesia católica es ver a Cristo y que, por lo
tanto, la relación que haya con la Iglesia es la relación que hay con Cristo.
“La Iglesia Católica le pone actualmente al mundo una cara
apacible, y presenta disculpas por sus horribles crueldades. Se ha puesto vestiduras como las de Cristo;
pero en realidad no ha cambiado. Todos los principios formulados por el papismo
en edades pasadas subsisten en nuestros días. Las doctrinas inventadas en los
siglos más tenebrosos siguen profesándose aún. Nadie se engañe. El papado que
los protestantes están ahora tan dispuestos a honrar, es el mismo que gobernaba
al mundo en tiempos de la Reforma, cuando se levantaron hombres de Dios con
peligro de sus vidas para denunciar la iniquidad de él. El romanismo sostiene
las mismas orgullosas pretensiones con que supo dominar sobre reyes y príncipes
y arrogarse las prerrogativas de Dios. Su espíritu no es hoy menos cruel ni
despótico que cuando destruía la libertad humana y mataba a los santos del
Altísimo.” Afirma Elena de White.
Jesús no vistió ninguna vestidura especial. Entra
dentro de lo posible el que los sacerdotes judíos sí que tuvieran vestiduras
clericales, pues constituían una casta. Pero, de acuerdo a lo que nos dicen las
dos genealogías de los Evangelios, Jesús pertenecía al linaje de los reyes de
Judá, no al de los descendientes de Leví. El Mesías no era un sacerdote del
Antiguo Testamento. Además, Él comienza un nuevo sacerdocio.
Los Apóstoles, por tanto, tampoco llevaron ninguna prenda
distintiva, ni tampoco sus sucesores. Obrar de otra manera, en medio de una
persecución, hubiera sido una temeridad. Cuando Martín Lutero lanzó su reto de
reforma de la Iglesia Católica Romana, no lo hizo animado por un espíritu de
innovación o rebeldía, sino movido por convicciones enraizadas en la Palabra de
Dios.
Aunque el clero
seguía vistiendo sin ropas especiales, poco a poco, en algunos lugares sí que
se fue desarrollando un modo distintivo de vestir. En el año 428, por una carta
del Papa Celestino, sabemos dos cosas: que en Roma no existía una vestidura
clerical, pero que en la Galia algunos obispos ya la usaban. La carta del Papa,
curiosamente, exhorta a que los clérigos se distingan de los laicos no por las
ropas, sino por sus virtudes. Pero ni siquiera esta opinión papal pudo detener
el curso de la historia que ineludiblemente llevaba a mostrar externamente esa
distinción.
En la doctrina de la justificación por la fe halló la
base para una solidaridad inalterable de los cristianos entre sí que hacía
imposible la división tradicional entre “eclesiásticos” (los clérigos) y
“seculares” (los laicos). Parafraseando Gálatas 3:28 escribe: “No hay sacerdote
ni laico, cura ni vicario, rico ni
pobre.
En la actualidad hay
algunas comunidades que empiezan a reunirse por sí mismas, sin un presbítero
oficial, suscitando desde abajo sus propios ministerios de celebración y
plegaria, servicio social y amor mutuo etc. Como al principio de la iglesia.
Son comunidades que han comenzado a compartir la Palabra y celebrar el Perdón y
la Cena de Señor sin contar con un ministro ordenado al estilo tradicional.
Para esta comunidades la Eucaristía es todo el tiempo,
desde que llegan por la mañana, se saludan y se interesan unos por
otros hasta que se marchan por la tarde y por supuesto la importante
hora del almuerzo donde se relajan y comparten en común. Es una eucaristía muy
adaptada a su forma de pensar, en plan sencillo, donde dan mucha importancia
además de a la lectura del evangelio, a los comentarios de todos, que los
enriquecen y luego la acción de gracias es o bien improvisada por
quien preside o bien alguna plegaria hecha por ellos mismos o de algún
compañero. Comparten el pan y el vino y toman conciencia que Jesús está
presente en medio de ellos y los impulsa a seguir con esperanza caminando por
la vida.
Lutero movido por el Evangelio? No, por el antiRenacimiento, con Pablo y Ockham. Los del Dios que puede ser malo para nuestra entendederas.
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