“Ángel Mato
recordó las medidas valientes de un gobierno socialista cuya estela pretende
seguir y garantizó que ha preparado un proyecto para que Ferrol sea una
oportunidad para que todos los colectivos mejoren su vida.”
Parece que Ángel mato olvida que la
reconversión naval más dura fue en Galicia, en la ría de Ferrol la hizo el partido socialista.
La plantilla, que llegó a superar los 6.700
empleados en 1976, ha sufrido dos grandes salidas de operarios en su historia:
1.140 en 1999 y 701 en 2004 . Desde entonces el goteo ha sido constante.
Muy lejos queda 1976, cuando alcanzó su tope de ocupación
con 6.786 trabajadores. Eran épocas
de esplendor y en las que Ferrol se había convertido en uno de los puntos más
importantes de generación de empleo en Galicia. A partir de entonces, la
plantilla ha ido disminuyendo. A finales de 1986 la cifra cayó por primera vez
por debajo de los 6.000 empleados y solo dos años después, por debajo de los 5.000. La reconversión naval había
comenzado.
Siete
años después, en 1995, ya era inferior a 4.000 y cuatro después ya eran menos
de 3.000. La causa de este último recorte se debe a que en 1999 se
produce la salida de 1.140 trabajadores.
Un tercio de los que había. Este año la plantilla ya era de solo 2.544 personas
frente a las 3.684 de un año antes. En 2004 vuelve a ver otra salida masiva de
empleados en el astillero ferrolano (701), que deja el personal rozando los dos
millares (2.013).
Tenemos un astillero con 300 personas pero nos cuentan que
está a plena ocupación. Bien, ¿y qué vamos a hacer? Decir que un astillero con
600.000 metros cuadrados, moderno, competitivo, con instalaciones y sólo 300
personas, te dicen que está a plena ocupación es para echarse reír. Es a lo que nos tiene acostumbrados el PSOE
en Ferrol, a reconversiones. En 2004 mandaron 1.400 trabajadores al paro. Esto
es un pueblo de prejubilados.
Los
sindicatos llegaron a afirmar , por boca de CCOO, que la política de
reconversión del PSOE era mucho peor que la desarrollada por la UCD ya que
limitaba la participación sindical y daba el control al Estado sobre los fondos
destinados a la reconversión, remarcando que la obsesión de aquellos gobiernos
era la congelación salarial.
UGT señalo siempre que la opción de destrucción
industrial adoptada por los gobiernos socialistas suponían aceptar para España
un consumo interno anormalmente bajo, más propio de un país tercer mundista que
de una nación en avanzado estado de desarrollo, y que esto suponía que , cuando
llegara la reactivación del mercado internacional, habría que importar. Y así
sucedió.
Todos
los planes que se hicieron de recolocación demostraron ser un fracaso absoluto.
a consecuencia de ello tuvo que ampliar los cementerios de la comarca para poder enterrar los muertos de hambre que si van quedando atrás por la reconversión del PSOE
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