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sábado, 23 de marzo de 2019

La voz de los sin voz


 
 
 
Uno de los argumentos que esgrimen los que defienden la anulación del derecho  a  vivir a los embriones humanos, es que hasta que no se implantan en el útero no son personas. Según ellos, el útero materno confiere cualidades humanas al embrión (¿no humano?)
Es un argumento absurdo pero con una carga “política” muy fuerte. Queda políticamente adecuado porque en apariencia confiere a la mujer una dignidad especial. Pero a la mujer no le corresponde tal dignidad ni la necesita.
El útero aporta nutrientes y un medio adecuado para el desarrollo del ser humano desde que se implanta hasta que nace. Incluso aunque no se ha demostrado, podrá aportar otros factores, por ejemplo de tipo afectivo, que quizás no puedan suministrarse con un futuro útero artificial. Pero en ningún caso confiere el embrión ningún rasgo humano que no tenga por sí mismo.
Existe al menos un caso de un niño gestado en el peritoneo  de un hombre. El peritoneo es lo que aporta nutrientes a los intestinos. Y es capaz de proporcionar la nutrición y el entorno necesario para que el embrión humano se desarrolle.
Por tanto, hay al menos evidencia científica de que el útero materno no proporciona al embrión ningún rasgo que lo convierta en humano.
El embrión humano es un ser humano. Es un ser porque existe. Y es de la especie humana porque su código genético es el del individuo humano y no porcino ni de ninguna otra especie, y es persona, según define el diccionario. Porque es un individuo de la especie humana, y lo es desde un punto de vista biológico.
Es cierto también que el ser humano, en sus primeros días, puede desdoblarse para formar dos seres humanos. Nadie puede entender que esto sea argumento válido para matar, o ¿quizás los hermanos gemelos no tienen derecho a vivir? También son personas.
Asesinar es matar a alguien de forma intencionada. Podemos reescribir el diccionario, pero cambiar las palabras no hace que cambien los hechos.
No hace falta ser catedrático de embriología para saber que el desarrollo del ser humano es un continuum desde que se produce el cambio cualitativo con la formación del nuevo individuo en la concepción, comienzo de su ciclo vital. Desde ese momento, ese individuo se alimenta y respira para desarrollarse y cambiar progresivamente su aspecto, expresando los genes que lleva. Esto será así en todas las etapas de su ciclo vital: embrión, feto, neonato, lactante, niño, adolescente, joven, adulto, anciano. Les damos distintos nombres porque los seres humanos necesitamos clasificar, analizar, diferencia, incluso los procesos dinámicos continuos. A las tres semanas de vida intrauterina ya tenemos un encéfalo diferenciado de la medula espinal. Por su puesto, los órganos se van formando a lo largo de la vida intrauterina. Y también en nuestra vida extrauterina. Nuestros órganos sexuales se van desarrollando hasta la edad juvenil. Nuestro cerebro se va desarrollando hasta la edad adulta. ¿Esto quiere decir que podemos “abortar” a alguien que no ha llegado a la madurez sexual o mental? ¿Alguien piensa que esto es una barbaridad? ¿Podría uno creer que en nombre de la ciencia y del progreso un médico americano de origen irlandés, en pleno siglo XX, promulgaba, no solo la castración eugenésica, sino también matar niños enfermos sin posibilidad de curación hasta los cinco años de edad para que no fueran una carga para sus padres y para la sociedad? ( Roser Foster Kennedy, 1942) ¿Quién y con qué criterio se autootorga la autoridad para investir de cualidad y dignidad humana a un niño cuando ya ha nacido y para quitársela al niño que ha cumplido cuatro meses de vida intrauterina?
 
El no nacido es una persona, pues no existe ninguna otra forma de ser humano que el ser personal. Sin embargo, los ordenamientos jurídicos algunas veces establecen ficciones sobre quien es persona y quien no, pero estas ficciones no alteran la realidad de las cosas.
Los países, como las personas pueden ser adelantados y progresistas en unas cosas, y atrasados y reaccionarios en otras. Atenas en el siglo V antes de Cristo era el país más avanzado en arte, filosofía, literatura, pero todas estas conquistas convivían con la esclavitud.
¿Qué sentido tiene hablar de la dignidad del hombre, de sus derechos fundamentales, si no se protege a un inocente, o se llega a facilitar los medios y servicios públicos o privados, para destruir vidas humanas indefensas? Un gobierno que legitima en masa la muerte de inocentes, pierde su legitimidad de ejercicio inequívocamente porque uno de sus máximos deberes es defender la vida y no favorecer la muerte y la destrucción.
Quizás se deba empezar por dejar de desinformar a las madres, dejar de decirles mentiras. Que sepan que, cuando abortan, matan a un ser humano, que es su propio hijo y darles todo su apoyo psicológico, social y económico que necesiten. Eso es cristianismo y eso es Reino de Dios; servicio y apoyo al débil. Cuando dos vidas entran en conflicto el cristiano debe apoyar al débil. Y en este caso, está claro cuál es: el que muere. La mujer no tiene derecho, y mucho menos sagrado, de matar a nadie, y mucho menos a su propio hijo.
Un aborto tampoco elimina una violación ni un incesto. Lo mejor que pueden hacer los familiares, amigos y personas cercanas a una mujer que ha sufrido estas terribles experiencias es rodearle de todo su cariño y del apoyo más incondicional. Y si el deseo de la madre es abortar, convencerle y ayudarle a dar en adopción al niño o niña que es inocente, pero desgraciadamente, en la mayoría de los casos los familiares de la mujer embarazada reaccionan mal y la empujan a tomar la decisión de abortar.
Estudios serios y bien documentados (ver por ejemplo, David C. Reardon) sostienen que los embarazos resultado de violación son muy raros.
A la iglesia y a los creyentes nos toca estar con la madre y el hijo. A favor de los dos. Y nunca en contra del más pequeño. Eso es anticristiano y antihumano.
José Carlos Enríquez Díaz

lunes, 12 de diciembre de 2016

La Iglesia y el aborto



La Iglesia mantiene una batalla terrible en todo el mundo por impedir que el aborto se convierta en un derecho legal para las mujeres. Y lo que ocurre cuando el aborto es ilegal es que pasa de ser un derecho garantizado a todas las mujeres, a ser un derecho del que sólo disfrutan las ricas. Las ricas abortan en todo el mundo en buenas condiciones, mientras que las pobres mueren; las mujeres ricas se hacen dueñas de sus vidas y de sus cuerpos, mientras que las pobres se juegan sus vidas para abortar, y se la juegan no sólo materialmente, sino también social y familiarmente, puesto que además de la salud se juegan la condena social y el estigma, que pueden llegar a ser tan graves como la muerte según en qué sociedad.
Si somos creyentes en Jesús de Nazaret, sabemos que intentar “salvar” la propia vida a costa de la vida de otro, siempre será un acto de egoísmo.
Sin embargo, el Señor conoce nuestros corazones, nuestras debilidades y los motivos por los cuales una mujer puede llegar a tomar tan dramática decisión. Y estoy seguro de que, si no es por consciente y pura frivolidad egoísta, el Señor lo sabe comprender y perdonar. Al contrario de los jerarcas que, por masculinos y por creer que prohibiendo el aborto ya está solucionado el problema, cierran los ojos a la realidad y endurecen el corazón.
A mí me gustaría que los dirigentes de la Iglesia comenzaran por atacar los motivos por los que una mujer llega a ese extremo, en lugar de excomulgar y no entrar al fondo de la cuestión.

Si lo hicieran, por ejemplo, el cardenal Rouco Varela no hubiera podido fotografiarse junto a los banqueros y los empresarios más ricos del país. ¿Cuántos de ellos habrán dejado a familias que no pueden pagar la hipoteca sin hogar, después de haberse quedado con los dineros que les dio el Gobierno, dinero procedente de los impuestos de todos los españoles? ¿Cuantos han creado puestos de trabajo con ese dinero, que era para lo que se les apuntaló el negocio, dinero procedente de los trabajadores que ellos han dejado en la calle? ¿Cuántos han negado un puesto de trabajo a una mujer con niños pequeños ,porque las mujeres son ”menos rentables” pues son las que se dan siempre de baja, en lugar del padre, cuando un niño se pone enfermo,? ¿Y cuántos han rescindido el contrato laboral a la que se ha quedado embarazada? ¿Se puede recibir con ilusión la llegada de un nuevo miembro en la familia en todos estos casos?

El problema del aborto es serio porque se relaciona directamente con el valor de la vida, derecho básico del hombre. Un derecho que hay que defender con energía y sin vacilaciones; energía y coraje que faltan tantas veces y especialmente en tantos grupos sociales que aceptan y defienden incluso la guerra, la fabricación de armamento, la pena de muerte, el paro, salarios de hambre, etc. Hay que intentar ser coherentes al menos en el mismo plano. Los primeros cristianos se oponían a la guerra y el servicio militar.

¿No seremos demasiado escrupulosos en esta cuestión del  aborto que no nos incumbe tan de cerca (¡Tengamos presente a la mujer gestante!) y más liberales y tolerantes en otros problemas que nos afectan más de lleno?

Pueden darse situaciones extremas o “limites” no deseadas, conflictos de deberes y colisiones de valores (vida de la madre-vida del hijo ; embarazo no deseado- libertad contra violación; etc.), en los cuales la conciencia personal o de pareja y ojala que ayudada por un equipo competente!-, valoradas debidamente las circunstancias, se puedan inclinar lícitamente   a la interrupción del embarazo; opción que puede ser considerada coma un mal menor, o un bien tal vez, en comparación con otras posibilidades peores. El ideal es el  respecto a toda vida humana. Pero el ideal no es siempre realizable. El mismo respecto a la vida pode imponer o aconsejar una actuación deficiente o recortada. No se puede culpar a nadie por esta actuación. Se puede y se debe acompañar –es la mejor pedagogía- a estas personas que decidieron o optaron obrar de este modo.

En la cuestión del aborto hay una serie de medidas económicas, políticas, sociales, culturales, y sanitarias pendientes de conseguir para que el derecho a la vida  sea defendido sinceramente.
       
Las injusticias graves no reparto de la renta, las condiciones de vida extremadamente difíciles, para algunos grupos sociales, la consideración de la mujer objeto sexual, el rechazo de la madre soltera y de su hijo, etc. Son de gran importancia para un buen planteamiento y adecuada solución del problema.

Es un reto moral y social hacer una sociedad más justa y solidaria.

Es preciso añadir que la interrupción del embarazo no es el camino para la regulación de la natalidad.
Hay que mantener un estilo de vida y de convivencia lúcido, sabio y experto. Con esto quiero decir que se tiene que mantener la vida contra tantos ataques de muerte.

Si el cristiano fuera guerrero o inquisidor, repartiría condenas, rechazaría el diálogo con otras corrientes de pensamiento, provocaría una reacción contraria, sencillamente fatal, mortal.
Non se tiene realmente toda la verdad en esta cuestión.
Amemos las personas implicadas, comprendiendo sus penas y tragedias.

Aún que le pueda parecer a alguno “ir de rebajas” opino que no es así. Porque defender la justicia (el ideal) sin a misericordia, no es un acto de justicia. La verdad y el bien del Evangelio no son tales sin misericordia.

La coherencia evangélica nos invita a ganar la batalla de la vida amando la vida siempre, también después del aborto.

viernes, 4 de marzo de 2016

José Arregí y el aborto


 
Entrevista a  José Arregí

Arrregí
“las instituciones y movimientos vascos que trabajan por la paz”
¿la paz… contra la vida de seres humanos en su momento de desarrollo intrauterino?
Arregui:
“… intérprete… de las ciencias”
Es el viejo truco de revestir de científico lo que es ideología, como veremos a continuación.
Arregui:
“… nos queda el evangelio”
Pues sí, podríamos hablar de Jesús de Nazaret, que era judío. Y de que los judíos no eran abortistas, a diferencia de los paganos.
Arregui: 
“… en toda la Biblia no se dice nada sobre el aborto…”
El judaísmo es una religión que prohíbe hasta el onanismo ¿A quién quiere engañar?
Arregui:
“… no identifican al embrión con una persona humana”
El embrión humano es un ser humano. Es un ser porque existe. Y es de la especie humana porque su código genético es el del individuo humano y no porcino ni de ninguna otra especie. Y es persona, según define el diccionario. Porque es un individuo de la especie humana, y lo es desde un punto de vista biológico.
Arregui:
“… no lo consideran asesinato”
Asesinar es matar a alguien de forma intencionada. Podemos reescribir el diccionario, pero cambiar las palabras no hace que cambien los hechos.
Y ahora viene lo que ocurre cuando alguien quiere disfrazar de científico lo que es pura ideología para beneficiar a unos en contra de otros.
Arregui:
“los datos científicos impiden afirmar que el cigoto de un día sea un niño (el ADN no basta para ser persona)”
Cualquier biólogo, incluso cualquier bachiller, sabe que esto es falso. Con solo abrir cualquier tratado de Biología, en sus primeros capítulos, sabemos que el ciclo vital de cualquier individuo de cualquier especie, de reproducción sexual, comienza con la fusión de los gametos. Es decir, con la formación del cigoto. El señor Arregi puede estudiarse el tema, o al menos leer, en cualquier tratado de zoología, como el Barnes o en cualquier tratado de Botánica, como el Strasburger. Y documentarse antes de opinar.
Arregí:
“el embrión de 12 días (que puede convertirse en dos, o dos en uno),”
Es cierto que el embrión humano, en sus primeros días, puede desdoblarse para formar dos seres humanos. Nadie puede entender que esto sea argumento válido para matar. O ¿quizás los hermanos gemelos no tienen derecho a vivir? También son personas.
Arregui:
“el de 3 semanas, carente todavía de actividad cerebral, o incluso el de 8 semanas, carente aún de órganos plenamente formados, posean la misma cualidad humana que un feto de cuatro meses o que un niño ya nacido.”
No hace falta ser catedrático de embriología para saber que el desarrollo del ser humano es un continuum desde que se produce el cambio cualitativo con la formación del nuevo individuo en la concepción, comienzo de su ciclo vital. Desde ese momento, ese individuo se alimenta y respira para desarrollarse y cambiar progresivamente su aspecto, expresando los genes que lleva. Esto será así en todas las etapas de su ciclo vital: embrión, feto, neonato, lactante, niño, adolescente, joven, adulto, anciano. Les damos distintos nombres porque los seres humanos necesitamos clasificar, analizar, diferenciar, incluso los procesos dinámicos continuos. A las tres semanas de vida intrauterina ya tenemos un encéfalo diferenciado de la médula espinal. El señor Arregi también, mientras tranquilamente se alimentaba y respiraba, sin hacer nada y sin que esto lo convirtiera en algo distinto de lo que ya era. Por supuesto, los órganos se van formando a lo largo de la vida intrauterina. Y también en nuestra vida extrauterina. Nuestros órganos sexuales se van desarrollando hasta edad juvenil. Nuestro cerebro se va desarrollando hasta la edad adulta. ¿Esto quiere decir que podemos “abortar” a alguien que no haya llegado a la madurez sexual o mental? ¿Alguien piensa que esto es una barbaridad? ¿Podría uno creer que en nombre de la ciencia y del progreso un médico americano de origen irlandés, en pleno siglo XX, promulgaba, no solo la castración eugenésica, sino también matar niños enfermos sin posibilidad de curación hasta los cinco años de edad para que no fueran una carga para sus padres y para la sociedad?  (Robert Foster Kennedy, 1942). ¿Quién y con qué criterio se autootorga la autoridad para investir de cualidad y dignidad humana a un niño cuando ya ha nacido y para quitársela al niño que ha cumplido cuatro meses de vida intrauterina? ¿Será don Dios Arregi?
Arrqgí:
“Podrá llegar a ser niño, pero aún no lo es. Como una bellota podrá convertirse en un frondoso roble, pero no es un roble.”
De nuevo se equivoca desde un punto de vista científico. En la bellota, está el roble en forma embrionaria. Solo necesita alimentarse, a partir de los nutrientes que lleva la bellota y el suelo, humedad, calor y luz del sol, para crecer hasta adquirir el aspecto de ejemplar adulto de roble. De nuevo, remitimos al señor Arregi a cualquier tratado de Botánica, el Strasburger o cualquier otro. Informarse antes de opinar, para no confundir a las gentes con falsedades.
Arregí:
“el 50% de los embriones acaban en abortos de manera "natural" en las 12 primeras semanas”
Es la estrategia de mezclar verdades con falsedades. Muchos seres humanos mueren durante su vida intra o extrauterina. A unos, los matan y a otros no. Que unos seres humanos, ya sean embriones, fetos, niños, adolescentes, adultos o ancianos, mueran por enfermedad o causa natural, no nos da derecho a matar a otros seres humanos, aprovechándonos de que no se pueden defender.
Arregí:
“no pueden exigir que el código penal considere todo aborto como crimen”
Esta es su opinión. Yo puedo opinar que “abortar” o “eutanasiar” o “interrumpir la vida” o “el desarrollo” de los varones de la edad del señor Arregi no debería ser considerado un crimen. Cada cual puede opinar lo que más le conviene. Hay madres que han matado a sus hijos en su primer año de vida extrauterina, algunas por situaciones de dramática desesperación. Otras, como en el caso de Asunta Basterra, matan hijas de mayor edad. ¿Por qué considerarlo como un crimen? ¿Por qué no se otorga a esas madres su derecho a decidir sobre la vida de sus hijos? Hay quienes exigen igualdad de derechos: el derecho a la vida que se niega a los seres humanos abortados.
Arregí:
“Y no deben olvidar que las restricciones legales apenas conseguirán que disminuyan los abortos, pero que solo las ricas podrán abortar con garantías para su propia salud, yéndose al extranjero.”
Quizás se deba empezar por dejar de desinformar a las madres. Dejar de decirles mentiras. Que sepan que, cuando abortan, matan a un ser humano, que es su propio hijo. Y darles todo el apoyo psicológico, social y económico que necesiten. Eso es Cristianismo y eso es Reino de Dios: Servicio y apoyo al débil.
Arregí:
 “El aborto es casi siempre un dilema y a menudo un drama, cuando dos vidas entran en conflicto insoluble. Y es ante todo la propia mujer la que tiene el sagrado derecho y deber de decidir en conciencia. Y a la Iglesia le toca estar a su lado, sea cual fuere su decisión.”
Cuando dos vidas entran en conflicto, el cristiano debe apoyar al débil. Y en este caso, está claro cuál es: el que muere. La mujer no tiene derecho, y mucho menos sagrado, de matar a nadie, y mucho menos a su propio hijo. A la Iglesia le toca estar con la madre y con su hijo. A favor de los dos. Y nunca en contra del más pequeño. Eso es anticristiano y antihumano.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Pedro Sánchez propone más laicidad, más aborto y más muerte «digna»

 

Laicidad

Buscaremos un nuevo marco de relación entre Iglesia Católica y Estado, que garantice la laicidad efectiva de este último e impulse una Ley de Libertad Religiosa y de Conciencia.

Aborto

Garantizaremos de manera plena el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad.

Muerte «digna»

Garantizaremos también que los ciudadanos puedan afrontar con dignidad y de acuerdo con sus decisiones el tramo final de la vida, mediante una Ley de muerte digna.
 
Antes que nada, para aquellos que desean saber si en la Biblia hay algún versículo que, puntualmente, hable sobre el aborto, les dejo este pasaje:
Éxodo, 23:26 No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo completaré el número de tus días.
Cuando Dios dio su ley a Moisés en el monte Sinaí (que no fueron solamente los 10 mandamientos, sino más de 600 preceptos), dio este sobre el aborto. Este pasaje, claro está, habla sobre el aborto “voluntario” (no del aborto “accidental o involuntario”). El pasaje textualmente dice “no habrá mujer que aborte” y (si se cumple esto) “yo completare el número de tus días”, es decir, abortar implica no vivir el tiempo que Dios había determinado: abortar acorta la vida de quien aborta y también del que coparticipa en el aborto. La que toma la decisión de abortar es, en definitiva, la madre, pero casi siempre hay un tercero, que suele ser el esposo o el novio (incluso los padres), apoyando e, incluso, financiando el aborto. Ante los ojos de Dios estas personas son cómplices.

Antes de adentrarnos en todo lo que la Biblia dice acerca del aborto debemos dejar en claro en qué momento comienza la vida.
¿Dónde comienza la vida del ser humano?.

Existen dos posturas:
-la concepción (desde el momento que la mujer queda embarazada); o
-el nacimiento (cuando finalmente sale del vientre con vida, porque muchos bebes nacen muertos);
Aunque muchos defienden la primera posición, la Biblia rebate las dos posiciones. La Biblia enseña que la vida comienza cuando Dios crea el alma y decide mandar ese alma a la tierra:
Jeremías, 1:4 Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: 1:5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
Es de destacar que Dios le dice a Jeremías que lo conoció “antes de que te formase en el vientre” (o sea: antes de la concepción) y “antes de que nacieses” (o sea: antes del nacimiento). O sea: Dios mismo establece que la vida, para El, comienza antes de estos dos momentos o instancias (ni embarazo, ni parto).
Hay abogados que se especializan en encontrar debilidades o “huecos legales” para, a partir de las mismas leyes, hacer injusticia. Esto sucede porque las leyes de los hombres son vulnerables debido a que la mente del hombre es imperfecta y su corazón está corrompido.
Pero la ley de Dios es perfecta y no hay forma de evadirla. No hay forma de encontrarle la “triquiñuela”, para hacerle decir lo que no dice o malversar lo que dice, aunque haya falsos predicadores, falsos maestros y falsos profetas.

Dios es el dador y el origen de la vida misma y su propósito es que la vida se reproduzca en la tierra. El don que Dios tiene para transmitir vida se lo concedió al ser humano mediante la procreación. La procreación es el regalo de Dios, no solo para perpetuar la especie por perpetuarla, sino con el fin de darle sentido a la Creación. Dios creó al hombre para compartir con él.
Juan, 10:10 El ladrón [Satanás] no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
El anterior pasaje no solo se refiere a la salvación del alma y la vida eterna sino también al derecho de vivir aquí, en la tierra.
La sociedad de hoy se encuentra debatiendo un tema que, para los salvajes, por ejemplo, ni siquiera está en discusión. La sociedad de hoy ha desatado una polémica sobre un tema que, para los pueblos llamados “retrógrados”, ni siquiera estuvo o está en el tapete. Hablamos, claro está, de aborto. Ni en las culturas maya y azteca se debatió este tema (ellos no consultaban a sus sabios por esto). Y hoy, en pleno siglo XXI, estamos debatiendo si la mujer tiene el derecho de matar a su hijo. Hay miles de mujeres estériles en todo el mundo que darían  todo por tener un hijo, mientras otras practican el deporte del aborto, como la más sencilla de las soluciones a su irresponsabilidad de acostarse en pecado y para tapar su mancha pretenden matar, agravando pecado sobre pecado.
En la antigua Grecia hubo un hombre llamado Hipócrates, quien estableció lo que se conoce como el “juramento hipocrático”. Este juramento se practica desde la antigua Grecia hasta hoy y consiste en la obligación ética que tiene todo medico de salvar la vida de su prójimo, aun de su propio enemigo. El juramento hipocrático, en suma, consiste en defender la vida a toda costa.
Muchos médicos, sin embargo (que, por suerte, no son todos pero que cada día, tristemente, son mas), pasan por alto este juramento, transformándose en “asesinos de guante blanco” (matarifes, con profesión), practicando abortos en forma clandestina.
El planteamiento de muchas mujeres, hoy, es el siguiente: “como dueña de mi cuerpo, tengo soberanía sobre el mismo y, si a mí me dan ganas de abortar, respétenme porque es mi decisión”. La respuesta seria: haga lo que usted quiera con su cuerpo, pero no con el cuerpo del ser que tiene dentro, que tiene vida, autonomía y soberanía propia.
La sociedad de hoy (que se da a si misma leyes que permiten que se maten personas “hasta 12 semanas de gestación” - el limite podía haber sido 9 o 14 semanas, que importa), es la misma sociedad que se horroriza cuando lee que, en la antigüedad, los espartanos mataban a los niños deformes, no aptos para la guerra. La espartana, era una sociedad altamente militarizada, cuya principal actividad era precisamente la guerra. Yo me pregunto ¿cuál es la diferencia?. La diferencia es que por lo menos los espartanos mataban a los niños deformes y con un motivo puntual (equivocado, por cierto), que en realidad es más lógico que matar hoy a niños (sanos, incluso) solo para que la mujer “se sienta dueña de su cuerpo” (y después nos reímos de los espartanos).
La misma mujer que, en occidente y frente a un ordenador - leyendo las noticias en Yahoo - se indigna por “la falta de libertad que sufren las mujeres en los países musulmanes” (y es cierto), es la misma mujer que, luego, va y mata una persona (al practicarse un aborto) y camina tranquila, con la “conciencia cauterizada”, solo porque es “legal” (porque una ley lo permite).
La mujer está queriendo utilizar como una razón, como un justificativo para el aborto, la violación sexual. ¿Qué hay de la mujer violada?, dicen.
El mandamiento de Dios es no fornicar. Pero hoy los propios padres dan preservativos a los hijos para evitar el embarazo. Luego la chica queda embarazada y por temor a sus padres o por asumirse incapaz de criar un hijo, aborta. A veces hasta el mismo novio le advierte que si no aborta el bebe, la abandona.
El aborto es una maldición para los pueblos. Hoy en día se calcula que se practican en el mundo alrededor de 80.000.000 (ochenta millones) de abortos anuales (casi 2 veces la población de Argentina). El aborto se ha convertido en una industria bastante rentable por cierto. Hay mucha gente que vive del aborto.
El aborto era un remedio para casos excepcionales. En las sociedades antiguas, se veía le aborto como una desgracia o un accidente, como la solución forzada para salvar la vida de la madre. En la actualidad, es de aceptación generalizada que, en un caso de extrema necesidad, donde corra peligro la vida de ambos, la prioridad es salvar la vida de la madre.
¿Podremos encontrar esta idea en la Biblia?. Una explicación rabínica muy antigua se basa en el siguiente pasaje:
Deuteronomio, 22:6 Cuando encuentres por el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o huevos, y la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos. 22:7 Dejarás ir a la madre, y tomarás los pollos para ti, para que te vaya bien, y prolongues tus días.
Si respecto de un ave, Dios le da la prioridad de vida a la hembra, a la madre (y a quien respetare esto le irá bien y se alargara su vida en la tierra), cuanto más en el caso de un ser humano. El principio de interpretación de la Biblia aplicado aquí es el de “interpretación bíblica por deducción”.
La madre puede llegar a tener otros hijos y, con el tiempo, sanar la herida en el corazón que le produjo la perdida de ese hijo. Si sobrevive el niño y no la madre, ese pequeño no podrá ser amado ni educado por una madre. Por supuesto que una madre puede morir en un parto. De lo que estamos hablando es cuando se llegue a una situación en donde haya que elegir a quien salvar (donde no sea posible salvar a los dos).
 La ventaja que tiene la Biblia sobre cualquier ley humana es que sus valores son justos, eternos y perfectos. Los preceptos de Dios no se circunscriben al tiempo, al espacio, a la moda o al gusto de los pueblos. La iglesia (nosotros) vivimos bajo la ley de Dios. Claro está que también debemos respetar las leyes civiles y a las autoridades gubernamentales de turno, pero cuando un parlamento sanciona una ley que está en clara contraposición con la Palabra de Dios, lo que impera para nosotros es el “derecho bíblico”.
Hechos, 5:29 Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
http://escudriniandolabiblia.blogspot.com.es/2014/05/que-es-bueno-y-que-es-malo-en-nuestra.html

 

lunes, 17 de junio de 2013

"Las ricas abortan, las pobres se desangran en El Salvador"




Fuente: el Diario del Norte.es

Sara García ha asistido psicológicamente a Beatriz, la mujer salvadoreña de 22 años que se ha jugado la vida por intentar abortar.

"Beatriz lo ha vivido como una tortura. Los movimientos fundamentalistas le han llegado a decir cosas como 'no vayas a triturar a tu hijo".

"Las beatrices van a seguir apareciendo y los médicos se van a ver atados de pies y manos una vez más".

"Los diputados y diputadas de mi país no han dicho nada, siendo cómplices del sufrimiento que ha supuesto este caso".

"La Conferencia episcopal subrayaba que lo que estaba pasando con Beatriz no constituía una violación de derechos humanos".

Sara García (Chalchuapa, El Salvador, 1986) acaba de aterrizar en España. Y el día que salió de El Salvador respiró con una alegría inmensa. Después de acompañar y asistir psicológicamente a Beatriz -la mujer que ha estado a punto de morir porque no se le permitía abortar pese a saberse que su hijo no tenía cerebro, Sara García podía celebrar que esta mujer de 22 años no se había quedado desangrada por el camino como muchas otras. O en la cárcel. En El Salvador, el aborto está prohibido en la Constitución e interrumpir el embarazo puede acarrear penas de hasta 50 años para las mujeres y de 12 para los médicos que los practican. Este fin de semana, Sara García participa en Bilbao en la iniciativa coordinada por la ONG Mugarik Gabe de plantear un tribunal simbólico para denunciar la violación de los derechos de la mujer y su invisibilización histórica. Activista feminista, García forma parte de la Agrupación ciudadana para la despenalización terapeútica, ética y eugenésica del aborto en El Salvador.

Pregunta. ¿Qué se pretende con este tribunal de derechos de las mujeres en el que usted va participar?
Respuesta. Este tribunal simbólico va a permitir visibilizarnos, visibilizar las injusticias que se están viviendo con la penalización absoluta del aborto que tenemos en El Salvador. Una legislación que impide a las mujeres decidir sobre su cuerpo y sobre su vida. Incluso cuando se han producido violaciones o cuando hay malformaciones, no es posible abortar. Las mujeres transitan del hospital a la cárcel. En nuestro tribunal concretamente vamos a denunciar el caso de Teresa, de 28 años, que ha sido condenada a 40 años de prisión. Se le ha juzgado en base a prejuicios y sin pruebas científicas directas y lleva en prisión casi dos años. Todo en el marco de unas condiciones de pobreza, ya que no tenemos acceso a un sistema de salud digno. Buscamos solidaridad y denuncia internacional. Hemos logrado sacar a siete mujeres de la cárcel en condiciones muy similares a la de Teresa. Mujeres con abortos espontáneos, partos prematuros no asistidos, etc que llegan desmayadas y son denunciadas por la enfermera o por el médico.

P. La Constitución de su país prohíbe expresamente el aborto y las penas por interrumpir el embarazo son muy duras. R. Sí, las mujeres son acusadas de abortar, pero durante el proceso judicial se les cambia la figura penal, que pasa a ser homicidio agravado, por el que pueden ser condenadas de 30 a 50 años de cárcel. Es el caso de Teresa y de tantas otras. Con esa legislación, las mujeres siempre llevan las de perder.
P. ¿Cómo han conseguido sacar de prisión a estas siete mujeres?
R. Ha habido varios elementos: una comisión jurídica que identifica los errores judiciales: pruebas forenses que no existen, o pruebas científicas que no están, etc. Y con ello se puede revisar el juicio. Y luego el otro elemento es la presión del movimiento feminista, de las organizaciones de mujeres y movimientos sociales. Redes de solidaridad muy amplias en mi país y también a nivel internacional. Se tienen que sentir observados y darse cuenta de que va a haber más presión todavía.
P. El caso de Beatriz ha cruzado el charco informativamente. ¿Cree que este hecho les puede servir como espaldarazo en su lucha por la despenalización del aborto?
R. Realmente sí, porque planteó una causa justa: una mujer que necesita que le interrumpan el embarazo y que, sin embargo, hay un vacío legal en El Salvador que lo impide y un código penal que directamente lo persigue. Se logró evidenciar ese hecho. Y a nivel internacional ha habido mucho apoyo de las mujeres de Amnistía Internacional, que nos han ayudado a difundir el caso por todas las redes.
P. De hecho, hasta la ONU ha recomendado que se abra un debate serio y profundo sobre la regulación tan restrictiva que tiene su país en relación con el aborto.
R. Efectivamente, ha instado a un debate en profundidad. De hecho la ministra de Salud, María Isabel Rodríguez, primera médica en mi país y una de las tres primeras diputadas en El Salvador, con una trayectoria política muy admirable, se ha pronunciado públicamente y la Procuraduría de Derechos Humanos también. Sin embargo, los diputados y diputadas no han dicho nada, siendo cómplices del sufrimiento que este caso ha supuesto. Los partidos consideran que este tema siempre tiene un coste político electoral, se pierden votos. El año que viene tocan elecciones presidenciales. La propia pareja del presidente dijo que no quería que el caso Beatriz se tomara como un tema electoral, incluso antes de decir que se solidarizaba o cualquier cosa. Y dijo que en El Salvador hablar del aborto no está en las reglas de juego de este gobierno. Y ya llevamos 16 años de esta legislación absolutista. El Estado del Salvador no se puede quedar callado. Exigimos que comience ya ese debate en la Asamblea legislativa para que pueda haber un cambio real. Se ha producido un cambio en el imaginario de la sociedad: ya no estamos ante el dilema de el aborto es bueno o es malo, algo que, de alguna manera, nos habían construido. Es que era una necesidad para Beatriz, no se podía mirar para otro lado. Y muchos ni sabían que ese tipo de aborto estaba penalizado.
P. Quería recordar unas palabras precisamente de la ministra de Salud, que animaba la juventud a luchar por sus derechos, aunque reconocía que El Salvador "tiene grupos tremendamente cerrados".
R. Hay grupos fundamentalistas que tienen un gran poder económico, político, mediático. Una de las líderes del grupo "Sí a la vida", que nosotros apostillamos sin derechos, escribe prácticamente cada semana en el Diario de Hoy, uno de los medios masivos, y sus artículos siempre están en contra del aborto y de los matrimonios del mismpo sexo, otra de sus banderas.
Beatriz estaba lejos de su familia, de su hijo de un año, de su compañero. Cuando venía su hijo le dejaban estar con él diez minutos porque no estaba en condiciones. Fue muy duro para ella. Y escuchando en la radio los mensajes que daban sobre ella y su caso los grupos fundamentalistas.
P. ¿Qué presiones han tenido que vencer los médicos que han tratado a Beatriz y el hospital donde estaba ingresada por parte de las organizaciones antiabortistas o de la Conferencia episcopal de El Salvador?
R. Los médicos tenían miedo. Esos grupos fundamentalistas son muy agresivos y tienen un gran poder mediático y han tenido presión directa por su parte. Tenían miedo a ser procesados y luego a perder el prestigo porque vas a quedar ya marcado. Sin embargo, hay que destacar que el comité médico que ha atendido a Beatriz estaba muy comprometido con ella. Recomendaron el aborto terapeútico cuando vieron el diagnóstico tanto de ella, como la situación que traía la criatura, sin cerebro. Pero no solo esos grupos, también ha presionado el Instituto de Medicina Legal, que está dirigido por una persona vinculada a los grupos del "Sí a la vida", una organización antiabortista con mucha influencia. Por eso ha sido tan importante la postura de la ministra de Salud.
P. ¿Ustedes han sentido miedo?
R. Algunas compañeras han visto el riesgo muy de cerca porque han sido difamadas.
P. Hay una derivada legal muy interesante en el caso de Beatriz. El Constitucional rechazó el amparo solicitado por ella para poder abortar, pero sin embargo la Corte Interamericana -en una decisión sin predecentes- exigió a El Salvador que cumpliera con el tratamiento recomendado por los médicos y por el comité ético del hospital, esto es, que se interrumpiera el embarazo sin más dilación.
R. Fue muy importante porque es un pronunciamiento vinculante. Y bastante relevante porque, entre otras cosas, los médicos se sintieron más respaldados para actuar. El propio Constitucional, aunque rechazó el recurso de Beatriz, incluyó un párrafo en la resolución en el que señalaba que eran los médicos, al fin y al cabo, los que tenían que tomar la decisión. Les daba la potestad de actuar en el momento que fuera necesario.
P. Al final el caso de Beatriz, pese a los riesgos tan evidentes para su salud, se ha podido solucionar in extremis con una cesarea, pero ¿cuántas Beatrices hay en su país?
R. Por eso vamos a mantener la lucha. Cada día hay mujeres que llegan al límite y no hay un servicio de salud adecuado para practicar un aborto terapeútico. Incluso las cifras oficiales son engañosas porque muchas veces mujeres que han muerto por alguna causa relacionada con el embarazo se recoge de otra manera, se cataloga de otra forma en las estadísticas. Las Beatrices van a seguir apareciendo y el personal médico se va a ver atado de pies y manos una vez más, y no va a haber un recurso de amparo en cada caso. Además, ella lo ha vivido como una tortura, aguantando todas estas presiones. Los fundamentalistas le decían directamente cosas como: "no vayas a triturar a tu hijo, no lo vayas a asesinar". Usando un lenguaje tremendo para tratar de culpabilizarla.
P. ¿En esos grupos incluye también a la Conferencia episcopal salvadoreña?
R. Sí claro. Han estado muy activos. La Conferencia de hecho lanzó una campaña para que en todas las misas de un domingo se hablara del caso, se leyeran los pronunciamientos de la propia Conferencia episcopal en los que se subrayaba que lo que estaba pasando con Beatriz no constituía una violación de derechos humanos.
P. Por eso era tan importante el acompañamiento psicológico que usted y personas de su organización le han dado a Beatriz.
R. Era una tortura para ella. Tener que llegar hasta el final, ver a su hija, que no traía cerebro [que murió al de pocas horas de practicarse la cesárea]. Estábamos pendiente de ella, de acompañarla psicológicamente. Todos los días una de nosotras estábamos ahí, pendiente de lo que pasaba. Un contacto directo, se ha creado un vínculo con ella muy fuerte. Pero no podemos estar así para cada mujer que necesite un aborto.
P. ¿Cómo han sido esos momentos de apoyo a Beatriz?
R. Nosotras estábamos desesperadas porque era un hospital con un cuartito pequeñísimo con dos camas, sin ventilación. Y Beatriz estaba lejos de su familia, de su hijo de un año, de su compañero de vida. Cuando venía su hijo le dejaban estar con él diez minutos porque no estaba en condiciones. Fue muy duro para ella. Y escuchando la radio, los mensajes que se daban sobre ella y su caso, a los grupos fundamentalistas, que hablaban mal de Beatriz. Ella se quería ir, pero los médicos le decían que no era posible porque se podían complicar mucho las cosas y podía ocurrir cualquier cosa, incluso un desenlace fatal. No aguantaba estar allí. Pero también escuchaba todo lo que se estaba haciendo por ella. Beatriz ha ido de la mano con nosotras todo el rato.
P. Uno de los problemas con legislaciones tan poco permisivas con el aborto es que quien puede pagárselo se va del país a abortar, pero quien no tiene poder adquisitivo tiene que abortar en unas condiciones muchas veces lacerantes.
R. Así es. Tenemos esta frase que dice que las ricas abortan y las pobres se desangran. Lo tienen que hacer de forma clandestina, arriesgan sus vidas. Y son mujeres que lo necesitan, se les niega su derecho y al final se llega a casos tan extremos como el de Beatriz. El problema también es que una mujer que llega con un aborto espontáneo a un hospital pierde su presunción de inocencia y solo por el hecho de ser mujer y pobre es perseguida. Ha tenido un aborto y es culplable.
P. Y sin embargo lo que demuestran los estudios es que la tasa de abortos es menor en aquellos países con leyes permisivas o reguladas con supuestos determinados.
R. Sí, de hecho es un momento muy importante para nosotras poder lograr una ley que incluya determinadas causas concretas para que permitan a las mujeres por motivos de salud u otros poder abortar. Esperamos que este caso ayude y que, frente a lo que pasa ahora, que se percibe como un coste político hablar de este

jueves, 6 de junio de 2013

Aznar y el aborto



- Aznar llegó al gobierno en el año 96 con mayoría simple y no tuvo escrúpulos en pactar con el separatismo catalán y vasco para auparse al poder. Se pasó del “Pujol enano, habla castellano” a hablar catalán en la intimidad. Consecuencia de ello fueron las mayores transferencias a las comunidades autónomas que se habían dado nunca, entre ellas una fundamentalísima como es la educación que ahora tanto lamentamos, y aceptó sin problemas la inmersión lingüística en Cataluña. En el caso vasco no hay si no recordar las palabras del separatista Arzallus, he conseguido con Aznar en 3 años más que con Felipe en 14.
-Durante su gobierno (que evidentemente no derogó ni retocó en modo alguno la ley del aborto) las cifras del aborto ascendieron a 511.429. No contento con ello Aznar legalizó la píldora abortiva RU-486 y la PDD. Y como le parecía poco autorizó la experimentación con células madre embrionarias con la ministro Pastor a la cabeza.

Sin caer en la demagogia izquierdista del no a la guerra, hay que recordar que Aznar apoyó, siquiera moralmente (seguramente más que eso) una guerra ilegítima, injusta e innecesaria que aún están padeciendo en Irak y que no ha solucionado nada, excepto los intereses geoestratégicos de los E.E.U.U. Recordar ahora a Aznar en TV jurando que en Irak había armas de destrucción masiva resulta patético.

Fuente tradición Digital

Lo primero que se debería hacer, en el ámbito de la política internacional, sería estudiar las causas de las guerras. Un estudio serio sobre las causas das guerras en el mundo podría dejarnos asombrados. Podríamos ver las relaciones entre guerra y pobreza, las relaciones entre las guerras y la búsqueda de las riquezas de los otros, el fracaso de las relaciones entre las personas que hacen de la familia humana una familia desigual, con resultado de violaciones de los derechos humanos... sanciones, incluso de las Naciones Unidas, que pueden tener efectos devastadores y aniquiladores.
           
            La fuerza devastadora de la guerra genera pobreza. Los pocos fondos de los gobiernos se destinan a la compra de armas en lugar del desarrollo humano de los pueblos. Las guerras destruyen todas las infraestructuras sociales y hacen imposible que estas estructuras se puedan regenerar en el medio de la violencia de las armas que sólo generan muerte y destrucción.

Los cristianos podríamos estar de acuerdo en que los Estados Unidos o el gobierno de Aznar se fijaran en las violaciones de los derechos humanos, pero nunca para que la alusión a los derechos humanos avalara el uso de la violencia y de las bombas. Yo pienso que se debería dar la vuelta a la cuestión y fijarse en los derechos humanos para decir no a la guerra.

El ex presidente del Gobierno subrayó que «uno de los errores más graves de la ley del aborto que impulsó el Gobierno» fue el de «alentar la soledad de los menores cuando más necesitan la compañía de sus padres». Mientras tanto en 2008 más de 10.000 hijos de madres menores fueron asesinados con la complicidad y la autorización de sus abuelos, algo que no parece ser tenido por el ex-presidente abortista como algo grave y erróneo.
Aznar no movió un puñetero dedo para impedir que en este país el aborto fuera el pan nuestro de cada día durante los ocho años en que gobernó.

Aznar (y el PP) sigue estando a favor de la despenalización del aborto, de la legalización de píldoras abortivas (aprobada por un gobierno suyo) y de la legalidad de la destrucción de embriones humanos (aprobada también por su gobierno).
Y el PP, allí donde gobierna, consiente el mismo fraude de ley de siempre en cuanto al aborto se refiere.

En ningún momento ha rectificado nada (ni nadie del PP lo ha hecho; Rajoy se pasa el día y la noche diciendo que está a favor de mantener la legislación abortista actual). Sencillamente, no le gusta (por ahora) la ley propuesta por el gobierno. Le está llevando la contraria al PSOE en un detalle muy concreto (la ley que ampara el aborto), no en cuanto al aborto en sí (que según Aznar debe permitirse).

Sinceramente, no veo que Aznar haya pedido perdón o esté arrepentido por nada relacionado con las actuaciones de sus gobiernos en cuanto al aborto.



domingo, 26 de mayo de 2013

El Papa quiere una Iglesia de "puertas abiertas" y no "controladores de la fe"

 

Pone como ejemplo de aduana el caso de un cura argentino que se negó a bautizar a un hijo de madre soltera.


En su homilía, transmitida por Radio Vaticano, el papa argentino citó el ejemplo de un cura que se negó a bautizar al hijo de una madre soltera.
"Esta mujer tuvo la valentía de proseguir su embarazo (...) ¿y qué es lo que encuentra? Una puerta cerrada", lanzó el papa.
"Cuando escogemos este camino, no estamos ayudando al pueblo de Dios", dijo, añadiendo que "Jesús creó los siete sacramentos y con este tipo de actitud creamos un octavo: ¡el sacramento de la aduana pastoral!"

En septiembre 2012, Jorge Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, había criticado a los sacerdotes que se negaban a bautizar a los niños nacidos fuera del matrimonio, calificándolos de "hipócritas".

            El problema del aborto es serio porque se relaciona directamente con el valor de la vida, derecho básico del hombre. Un derecho que hay que defender con energía y sin vacilaciones; energía y coraje que faltan tantas veces y especialmente en tantos grupos sociales que aceptan y defienden incluso la guerra, la fabricación de armamento, la pena de muerte, el paro, salarios de hambre, etc. Hay que intentar ser coherentes al menos en el mismo plano. Los primeros cristianos se oponían a la guerra y el servicio militar.
            ¿No seremos demasiado escrupulosos en esta cuestión del  aborto que no nos incumbe tan de cerca (¡Tengamos presente a la mujer gestante!) y más liberales y tolerantes en otros problemas que nos afectan más de lleno?

No se puede culpar a nadie por esta actuación. Se puede y se debe acompañar –es la mejor pedagogía- a estas personas que decidieron o optaron obrar de este modo.
            En la cuestión del aborto hay una serie de medidas económicas, políticas, sociales, culturales, y sanitarias pendientes de conseguir para que el derecho a la vida  sea defendido sinceramente.
            Las injusticias graves no reparto de la renta, las condiciones de vida extremadamente difíciles, para algunos grupos sociales, la consideración de la mujer objeto sexual, el rechazo de la madre soltera y de su hijo, etc. Son de gran importancia para un buen planteamiento y adecuada solución del problema.
            Es un reto moral y social hacer una sociedad más justa y solidaria.
            Es preciso añadir que la interrupción del embarazo no es el camino para la regulación de la natalidad.
Hay que mantener un estilo de vida y de convivencia lúcido, sabio y experto. Con esto quiero decir que se tiene que mantener la vida contra tantos ataques de muerte.
            Si el cristiano fuera guerrero o inquisidor, repartiría condenas, rechazaría el diálogo con otras corrientes de pensamiento, provocaría una reacción contraria, sencillamente fatal, mortal.
            Non se tiene realmente toda la verdad en esta cuestión.
            Amemos las personas implicadas, comprendiendo sus penas y tragedias.
            Aún que le pueda parecer a alguno “ir de rebajas” opino que no es así. Porque defender la justicia (el ideal) sin a misericordia, no es un acto de justicia. La verdad y el bien del Evangelio no son tales sin misericordia.
           

sábado, 27 de abril de 2013

Obama acusa a los provida de querer hacer retroceder el reloj al siglo pasado



Efe) «Se debe permitir a las mujeres tomar sus propias decisiones sobre su salud. Es un principio simple», comentó el presidente entre aplausos.
Recordó que Planned Parenthood, que ofrece la posibilidad de abortar a mujeres personas con bajos recursos, comenzó a funcionar «hace casi 100 años» con la apertura de una clínica en Brooklyn (Nueva York) y hoy «una de cada cinco mujeres» en Estados Unidos recurren al grupo.
Obama criticó, en ese sentido, las propuestas de algunos políticos republicanos para recortar la financiación de Planned Parenthood como medida para reducir el déficit público. «Después de décadas de avances todavía hay personas que quieren hacer retroceder el reloj a políticas más adecuadas a la década de 1950 que al siglo XXI», sostuvo el presidente al subrayar que 42 estados del país tienen leyes para «prohibir o limitar el derecho de la mujer a elegir».

¿Cuál será el destino de nuestra nación si rechazamos el llamado de Dios para volvernos totalmente a él? ¿Qué pasará si los abortos continúan y se usan fetos para la investigación científica… si seguimos borrando el nombre de nuestro Salvador de la Historia si reconstruimos todas las cosas más grandes y mejores, sólo para enriquecernos más... si confiamos más en nuestro poderío armado que en el Dios todopoderoso?  Los fuegos devoradores subirán a los cielos. La oscuridad cubrirá la tierra. La economía será golpeada y se tambaleará. Y habrá discordia en la nación, en las comunidades, los barrios, las familias. Las gentes mirarán solo por sí mismas, en una lucha desesperada para sobrevivir. Y Dios te amparará si tú vienes a Él.

¿Crees que nacistes el día en que celebras tu cumpleaños? Para la sociedad si, pero para Dios y los ángeles tu nacistes el día en que te concibierón, dale la oprtunidad de nacer, de ser libre, por favor no lo mates.

El valor de la vida es intrínseco desde el momento de la concepción. Atentar en forma directa o indirecta contra la vida desde la fecundación es éticamente ilícito. El primer y fundamental derecho de las personas, del cual derivan los demás derechos es el derecho a la vida.

Cualquier colaboración formal intencional, tanto del personal sanitario como del apoyo de parientes o del marido de la mujer, es moralmente ilícita.



martes, 1 de mayo de 2012

Sanidad asegura que el aborto es una prestación que está garantizada

 

Nos suben la gasolina y la electricidad, nos cierran hospitales, nos recortan las pensiones, despiden personal, ponen peaje en las autovías, cierran oficinas... porque no hay dinero. Pero sí hay dinero para las clínicas abortistas.

El anuncio llega después de que las dos clínicas que prestan este servicio en Aragón hayan cerrado porque el Gobierno autonómico les adeuda 800.000 euros


El Ministerio de Sanidad ha recordado hoy que la interrupción voluntaria del embarazo es una prestación incluida en el Sistema Nacional de Salud que se tiene que cubrir en todas las comunidades autónomas y que está garantizada.
«Si no lo hacen las clínicas privadas, con las que había concierto, lo tendrán que hacer los hospitales públicos. No hay ningún problema. La prestación está garantizada», han señalado las mismas fuentes del Ministerio de Sanidad.
Así lo han subrayado a Efe fuentes del Ministerio de Sanidad tras conocerse que las clínicas que atienden la demanda de aborto en Aragón han dejado de prestar este servicio público por el dinero que les adeuda el Gobierno de la comunidad.
Según informa la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo, ACAI, el Departamento de Salud aragonés adeuda a las clínicas Actur y Almozara de Zaragoza más de 800.000 euros que además no figuran en los presupuestos para 2012.
Por este motivo, el PSOE ha anunciado hoy que pedirá la comparecencia urgente de la ministra de Sanidad, Ana Mato, con el objetivo de conocer las medidas que adoptará el Gobierno para hacer cumplir la ley a las comunidades autónomas que incumplen a las mujeres ejercer sus derechos.

martes, 15 de noviembre de 2011

Los cristianos debemos votar en las elecciones



Es culpa de la Iglesia de Jesucristo que los malos se hayan adueñado de nuestras escuelas, universidades, y entidades públicas.


Muchos de nosotros los cristianos creemos que porque no vamos a una clínica con una de nuestras hijas a practicarles un aborto, por eso no seremos considerados culpables de apoyar tal procedimiento. Sin embargo, la Biblia le dice a aquellos que apoyan el mal-hecho, y pudiendo evitarlo no hacen nada son tan culpables como los que cometen el pecado.

Sabemos muy bien que Dios ha decretado que quienes hacen injusticia -imposiciones excesivas al pueblo, líderes envueltos en escándalos sexuales, abortos; perversidad -homosexualidad y lesbianismo; etc., merecen la muerte, sin embargo, muchos hacen estas cosas y hasta ven con gusto y apoyan a otros para que las hagan". Romanos 1:32.

En otras palabras, nosotros no sólo somos culpables ante Dios por los pecados que cometemos, sino por los pecados que , aún cuando no los cometamos, nos complace complace y apoyamos a aquellos que sí los cometen. Tanto los pecadores como los apoyadores, recibirán el castigo de Dios. Algunos de estos pecados aberrantes cometidos o apoyados por casi la totalidad de los candidatos de uno de los partidos estadounidences en estas elecciones incluyen:

ABORTO Ver Prov. 6:16-17
HOMOSEXUALIDAD
Ver 1 Corintios. 6:9
LESBIANISMO
Rom. 1:27
MENTIRA
Apocalipsis 21:8

IMPUESTOS EXCESIVOS
Nehemías 5:4

Nuestra lucha no es contra nuestro hermano, ni contra nuestro vecino, ni en contra de un candidato presidencial o municipal. Nuestra lucha es contra Satanás, contra "principados, potestades, gobernadores de las tinieblas de este siglo, huestes espirituales de maldad, etc." Efesios 6:12. Sin embargo, no es en el mundo espiritual SOLAMENTE donde tenemos que pelear estas guerras, sino también en el mundo físico, en el mundo donde vivimos, en el mundo donde nos educamos, comemos, trabajamos y vivimos.


¿Acaso no es en el mundo físico donde los chinos cristianos están luchando para poderse reunir para alabar a Cristo? ¿No es en el mundo físico donde están luchando nuestors hermanos en los países islámicos para poder continuar siendo creyentes en nuestro Señor Jesucristo?
Si nosotros los cristianos permitimos que nuestros gobernantes sean personas sin temor de Dios, por tanto "hijos del Diablo", nosotros tendremos la culpa de las cosas malas que ellos hagan mientras estén en el gobierno.

De acuerdo con Romanos 1:32, usted es culpable si permite que un hombre enemigo de Dios se convierta en presidente de este país, si usted, ¡pudiendo hacer algo, no lo hizo!

Más allá de cualquier sombra de duda, votar es el deber y la responsabilidad de cada cristiano y votar por los líderes que promueven los principios cristianos. Ciertamente Dios está en control, pero eso no significa que no hagamos nada para fomentar Su voluntad. En 1 Timoteo 2:1-4, se nos ordena orar por nuestros líderes. En términos de liderazgo político, hay evidencia en la Escritura de que algunas veces Dios ha estado disgustado con nuestras elecciones (Oseas 8:4). La evidencia del dominio del pecado en este mundo, está por todas partes. Mucho del sufrimiento en el mundo se debe al liderazgo ateo (Proverbios 28:12).

Como creyentes debemos esforzarnos por elegir líderes quienes serán a su vez guiados por nuestro Creador (1 Samuel 12:13-25). Los candidatos o aspirantes que violan los mandamientos bíblicos en la vida, la familia, el matrimonio, o la fe, nunca deben ser apoyados (Proverbios 14:34).

Los cristianos en muchos países de este mundo, son oprimidos y perseguidos. Sufren bajo gobiernos ante los que ellos no pueen para cambiar, gobiernos que odian su fe y silencian sus voces. Estos creyentes predican el Evangelio de Jesucristo a riesgo de sus propias vidas.

En nuestros días y en esta era, hay muchos que quieren retirar el nombre y el mensaje de Cristo totalmente fuera del ojo público. Votar es una oportunidad para promover, proteger y preservar un buen gobierno. Dejar pasar esa oportunidad, significa permitirles a aquellos que denigrarían el nombre de Cristo.