sábado, 6 de diciembre de 2014

El papa Francisco advierte del pronto colapso de la economía mundial

 

 

Una economía basada en la adoración por el dinero y la guerra, marcada por la desigualdad y el desempleo juvenil no puede sobrevivir, afirmó el papa Francisco en una entrevista reciente.

 
"Nuestro sistema económico mundial ya no se aguanta", dijo el papa Francisco en una entrevista al diario 'La Vanguardia'.

"Descartamos toda una generación por mantener un sistema que no es bueno", añadió el líder de la Iglesia Católica, de 77 años de edad, refiriéndose a los jóvenes desempleados. El Sumo Pontífice argentino indicó que el desempleo juvenil —que alcanzó el 13,1% el año pasado, según un informe de la Organización
Internacional del Trabajo— es una de sus mayores preocupaciones.

"A mí me preocupa mucho el índice de paro de los jóvenes, que en algunos países supera el 50%. Es una barbaridad", aseveró el papa.

Según
Francisco, el paro juvenil está causado por un sistema económico que para sobrevivir debe desencadenar guerras regionales, cuyo objetivo es fabricar y vender armas, y con esto "los balances de las economías idolátricas, las grandes economías mundiales que sacrifican al hombre a los pies del ídolo del dinero, obviamente se sanean".

Cabe mencionar que el papa Francisco está ganando una reputación de comentarios punzantes acerca de la economía global. Así, este mayo el Sumo Pontífice hizo
una llamada a "la redistribución legítima de los beneficios económicos" argumentando que la Biblia exige un sistema económico que se ocupe de "los más pobres y los más excluidos".

Además, en su cuenta de
Twitter, Francisco dejó en claro su postura sobre la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres: "La desigualdad es la raíz del mal social".


Texto completo en:
http://actualidad.rt.com/economia/view/131065-papa-francisco-colapso-economia-mundial
 

Causas que podrían producir el colapso económico :

 
Las tasas de paro de países clave en Europa como España o Grecia siguen muy altas, y lo que es más grave, el desempleo de larga duración se consolida y el juvenil supera el 50%.
 
2. Argentina podría entrar en suspensión de pagos de nuevo.
 
3. Bulgaría está intentando calmar el pánico bancario que ya ha aflorado para algunas de sus entidades.
 
4. Japón no se recupera y acumula una deuda de más de 10.900.000 millones de euros.
 
5. Estados Unidos está al borde de colapso con una deuda también desorbitada, un paro real de más del 24%, y una crisis económica sin precedentes que ha hundido ciudades importantes como Detroit.
 
6. Reino Unido y Australia se baten en una burbuja inmobiliaria de especulación que podría estallar en cualquier momento.
 
7. Los conflictos en Oriente Medio y en Ucrania podrían poner en riesgo la inversiones de grandes potencias como China y Rusia.
 
8. La sospecha sobre la viabilidad de grandes compañías crece, y más después de algunos escándalos como los últimos del Banco Espírito Santo y el de Gowex.
 
9. El Banco de Pagos Internacionales ha publicado un nuevo informe en el que alerta de que se están generando "nuevas burbujas de activos peligrosos".
 
10. Importantes inversores, como el multimillonario George Soros, y economistas, como el Premio Nobel de 2013, Robert Shiller, y el vicepresidente del Bundesbank, Jürgen Stark, también avisan de que el mundo se dirige hacia una enorme crisis que será peor que la financiera de 2008.

Fiel a su estilo, el economista Nouriel Roubini y su equipo acaban de publicar un informe donde relatan los principales peligros que enfrenta la economía mundial de cara a 2015 y "más allá".

En un momento en que la renta variable de Estados Unidos sigue tocando nuevos máximos, el conocido como doctor calamidad habla de una "falsa sensación de seguridad" donde todavía predominan los fantasmas tanto para el crecimiento como para el sistema financiero. Una combinación de ambos riesgos podría "desatar otra crisis global" como la vivida en 2008.
 
1.- La eurozona, una fuerza desestabilizadora
 
Pese a los últimos años de relativa calma en Europa, los ajustes y programas de austeridad en Grecia, Italia, España y Portugal hacen mella al potenciar el impulso de los eurocríticos
"La política se entrometerá" en un escenario donde la zona euro tontea con una tercera recesión e, incluso, un contexto de deflación. "Esperamos que los próximos años sean turbulentos", apuntan desde el Roubini´s Edge Team. "El partido anti-europeo en España es el mejor situado en las encuestas mientras el neofascista de Marine Le Pen podría salir victorioso en la primera ronda de las elecciones presidenciales", señalan.

Al mismo tiempo, aunque Francia pueda ignorar los objetivos fiscales de Bruselas, la periferia europea no tiene esta opción. "Sus cargas de deuda son más grandes que nunca" advierten al mismo tiempo que aseguran que sin una compra de bonos soberanos por parte del BCE o un estímulo fiscal, "las primas de riesgo podrían dispararse".
"No tiene sentido que la rentabilidad de la deuda española o italiana sea parecida al bonos estadounidense, ya que sus deudas públicas siguen ascendiendo", añade.
 
2.- La explosión de Abenomics
 
Abenomics es el plan del primer ministro japonés, Shinzo Abe, para combatir la deflación y reanimar la economía japonesa desde el colapso en 1980 de su mercado inmobiliario y de renta variable. Roubini describe este plan como un "alivio cuantitativo con esteroides" y reconoce que es un audaz intento de estabilizar la deuda pública, más del doble del tamaño de la economía.

El objetivo inicial de Abenomics era revitalizar la industria, alimentando el auge de las exportaciones, la contratación y la inversión de capital. También pretendía reducir las importaciones. Pero, en lugar de reactivar la economía, el plan maestro de Abe pone presión sobre los consumidores e incrementa las dificultades económicas.
Esto se debe a la caída del yen en relación con el dólar y la subida del impuesto sobre el consumo de este año (con un segundo previsto en 2015), algo que socava el poder adquisitivo del consumidor japonés. Con una baja demanda, las empresas no han aumentado su inversión ni tampoco sus contrataciones, en su luegar, están invirtiendo en el extranjero.
 
3.- El encaje de bolillos del equilibrio chino
 
Si la crisis en Europa y el riesgo de fracaso de Abenomics no son "lo suficientemente aterradores", a ojos de Roubini y su equipo, la burbuja inmobiliaria de China ya ha estallado. Debido a que el país está inextricablemente ligado a la economía global, el temor de un aterrizaje brusco en China está empezando a enviar señales mixtas a los mercados financieros.
China tiene que ganar tiempo en su transición de una economía liderada por la deuda a una capitaneada por la inversión, donde los consumidores y los mercados impulsen el crecimiento. La única manera de evitar una desaceleración importante en el crecimiento será dando de nuevo un impulso a las exportaciones, algo que sólo podría solventarse mediante la devaluación de su moneda, el yuan.
El ajuste económico será difícil, pero reducir los precios de los productos chinos eliminaría los niveles masivos de exceso de capacidad que una tasa de inversión del 48% del PIB ha dejado en la economía,y le daría a China una oportunidad de reequilibrar su economía.
 
4.- Los riesgos geopolíticos se acumulan
 
Para los expertos liderados por Roubini es desconcertante que los mercados se hayan mantenido en un estado de ánimo más bien alcista pese a los múltiples riesgos geopolíticos. Aún así estiman que esta situación no puede durar para siempre.
El conflicto entre Rusia y Ucrania, el avence del Estado Islámico,  la creciente agitación en todo el Oriente Medio, y la posibilidad de una represión de las protestas masivas en Hong Kong no han tenido un gran impacto debido a las políticas monetarias acomodaticias que han suprimido la volatilidad.
Sin embargo, aventura el informe, sería ingenuo suponer que todo está bajo control. "Históricamente, las tensiones geopolíticas y políticas son más propensas a desencadenar un contagio global si coinciden con los riesgos financieros sistémicos. Y esos riesgos van en aumento" estima Roubini.
 
5.- Un dólar fuerte, un shock para la economía global
Para Europa, Japón, y China, deshacerse de su exceso de ahorro a través de las exportaciones es la única manera de aumentar su tasa de crecimiento sin aumentar la deuda. En otras palabras, dado que los países de Asia y Europa dependen de las exportaciones para garantizar su crecimiento y EEUU es la única gran economía que crece bastante rápido, su flexibilización monetaria impulsará al dólar hasta un nivel en el que la mayor economía registrará grandes déficits comerciales en el extranjero, a pesar de su independencia energética. 
La situación es similar a la de finales de 1998 con la crisis financiera asiática, donde la economía estadounidense se mostró relativamente más fuerte que el resto de países. Sólo que, a diferencia de entonces, el dólar sigue siendo en estos momentos más barato.
La situación también podría llegar a ser similar a la del período anterior a la crisis financiera mundial, cuando EEUU era el consumidor de primer y último recurso,  generando importantes déficits comerciales que con el tiempo se mostraron insostenibles.
 

jueves, 4 de diciembre de 2014

Benedicto XVI corrige un texto suyo de 1972 para reafirmar la imposibilidad de dar la comunión a divorciados vueltos a casar

 
 
Benedico XVI, papa emérito, ha redactado de nuevo las conclusiones de un artículo que escribió en 1972 y que el cardenal Kasper había citado en apoyo a sus propias tesis sobre la comunión de los divorciados vueltos a casar. De esa manera, desautoriza al cardenal alemán, que Joseph Ratzinger defendió como cardenal y como Papa.
 

Apoyando la admisión a la comunión eucarística de los divorciados que se han vuelto a casar, Kasper dijo:
«La Iglesia de los orígenes nos da una indicación que puede servir, a la que ya hizo mención el profesor Joseph Ratzinger en 1972. […] Ratzinger sugirió retomar de manera nueva la posición de Basilio. Parecería una solución apropiada, que está también en la base de mis reflexiones». Efectivamente, en ese artículo de 1972, el entonces profesor de teología de Ratisbona, que contaba cuarenta y cinco años de edad, sostenía que dar la comunión a los divorciados vueltos a casar, en condiciones particulares, parecía estar «plenamente en línea con la tradición de la Iglesia» y en particular con «ese tipo de indulgencia que surge en Basilio donde, después de un periodo continuo de penitencia, al 'digamus' (es decir, a quien vive en un segundo matrimonio) se le concede la comunión sin la anulación del segundo matrimonio: con la confianza en la misericordia de Dios, que no deja sin respuesta la penitencia».
 Ciertamente, Ratzinguer tiene una buena teología; se le nota oficio, es agudo, más inteligente que muchos que se atreven (o nos atrevemos) a criticarle. Pero su teología es “una” entre otras, no es “la” teología de la Iglesia, por muy teólogo que Ratzinger sea. Más aún, me atrevo a pensar que su teología no es la mejor, al menos para mí, ni para muchos otros que buscan a Jesús desde la nueva situación del mundo (muy parecida, por otra parte, a la situación de Galilea en tiempos de Jesús, si es que sabemos verla bien).

Se armó la guerra del divorcio. Guerra política y religiosa.

Diría que es una guerra básicamente humana porque es el hombre como tal quien está en el centro de la cuestión.

 Una vez más el hombre es utilizado como campo de batalla por los estrategas aprovechados de la política y por los fanáticos jerarcas de la religión.

Debe reconocerse que la iglesia sugiere a los demás que reconozcan sus propios errores o pecados, mientras ella misma se abstiene de hacerlo. La cuestión sexual en general, y esta del divorcio en particular, la obligan o inducen a entonar un preocupado “mea culpa”, esclarecedor de ideas y de conductas equivocadas, impuestas en el nombre de Jesucristo (mejor diría, por razón de temor y de infierno) y del nombre de la llamada ley natural.

El titulo de “madre y maestra” que a veces se dio a si misma la comprometerían a un sensato magisterio aprendido en la escuela de su único Maestro Jesús y con los logros que las ciencias de hoy ofrecen, como también a una entrañable maternidad con las personas que cuanto más sufren más hijas suyas son.

La iglesia procuro el bien da institución matrimonial, dejando de lado el bien de las personas y de las parejas. Creo que ponerse al servicio de la institución, de la ley de la norma o del contrato o al lado de la persona, da libertad, y del amor e un desafió básico y permanente para los cristianos.

 No tomemos la cuestión desde un punto de vista sentimental ni relacionemos automáticamente divorcio pecado. Tanto la estabilidad de la pareja como la ruptura (divorcio) son un hecho humano y social. Resulta indiscutible que el matrimonio, a través de épocas , culturas y sistemas sociales se considero como la unión de un hombre y una mujer de larga duración. El matrimonio es pues, un proyecto estable, firme , sólido, de vida en común.
 Ahora bien, por mil y una circunstancia y por la limitación humana puede haber fracasos y naufragios y los hay. De hecho el divorcio se da ciertamente tenemos que contar con la dialéctica entre la aspiración  a lo ideal, lo deseable y la realidad. Tanto el compromiso fiel como la limitación y el error son humanos.
De este modo consideramos el matrimonio como unión estable y firme por el amor, pero non indisoluble por naturaleza o por ley natural, “porque sí” podríamos decir.

La misma iglesia católica declaro disueltos matrimonios “naturalmente “ validos y legítimos.


El tribunal de Mallorca permitió a Marina Castaño convertirse en señora de Cela por la gracia de Dios. Él dejaba atrás, porque la Iglesia se lo permitía, un matrimonio de más de 40 años con Rosario Conde del que nació un hijo. Ella, otro con el marino mercante José Luis Fernández, y con una hija de 18. Los casó en su finca de El Espinar, José Salazar, el sacerdote y abogado matrimonialista que gestionó los trámites de nulidad.
Más que dudas razonables hubo en la nulidad de Carolina de Mónaco.Quizás por eso, los tribunales eclesiásticos tardaron 12 años en dársela. Pero al final, nada menos que La Rota romana le concedió la nulidad de su matrimonio con Philippe Junot.

Reincidentes
 
Isabel Preysler ha pasado tres veces por la vicaría y, para ello, ha solicitado la nulidad eclesiástica en dos ocasiones: En 1979 pedía la nulidad de su matrimonio con Julio Iglesias para poder casarse con Carlos Falcó. Tiempo después, en 1987, la reina del alicatado realizaba el mismo trámite para solicitar la anulación de su desposamiento con el padre de su hija Tamara.

 La alegaciones contra la permisión legal del divorcio para las parejas fracasadas deben contemplarse con la prudencia jurídica necesaria pero non son consistentes para llegar a negarlo, como tampoco pesan  de hecho, por desgracia, razones tan importantes como el derecho al trabajo estable, a una vida digna y amplia etc.

        Razones que también atacan el matrimonio.

 

A una cristiana divorciada, por José Arregui

 

 
NO te conozco, pero tu rostro sufriente es el de muchas, y con eso me basta. También a Jesús le bastaría, pero él además conoce tu rostro y tu nombre, y si tú se lo permites, posará dulcemente sus labios en tu frente, y le contarás tus penas. Tú le harás feliz y él aliviará tus penas. Nada sé de ti sino el dolor de un amor frustrado (¿a quién le importan las razones?) y el doble dolor de no poder comulgar porque compartes tu vida con otro compañero; el Derecho Canónico te llama adúltera, y te prohibe acercarte a la mesa de Jesús.

Así de inhumano puede ser el Derecho Canónico cuando pone cualquier ley por encima de la carne que goza y sufre; cuanto más sagrada se considere, más perversa es la ley. Así de inhumana puede ser la Iglesia cuando alza los cánones por encima de las personas con sus penas y su dicha.

Yo te aseguro, amiga, que Jesús te besa en la frente y te dice: "¿Cómo puedes dudar en venir a recibirme, amiga mía, si soy yo quien siempre está deseando recibirte? ¿Por qué vacilas en compartir mi pan, si lo que más me gustó siempre fue comer con gente tachada de pecadora por leyes hipócritas, y por ello fui yo también condenado? Un día me sentí especialmente seguro del Dios de la vida, y me brotó del alma una sentencia redonda que los canonistas puntillosos jamás han entendido: El sábado es para el ser humano y no el ser humano para el sábado (Mc 2,27) (decir el sábado era para nosotros, los judíos, como decir la ley más sagrada e inviolable, ¡imagínate!).

Creo que, vagamente, tenía tu rostro ante mí cuando pronuncié esa máxima rotunda y feliz. Y fueron historias como la tuya las que inspiraron al profeta Isaías aquel oráculo divino que siempre llevé grabado en las entrañas: Misericordia quiero y no sacrificios (Mt 9,13). Yo no quise decir otra cosa en las parábolas de mis días más inspirados. No hagas caso, pues, de normas inhumanas, déjate llevar libremente adonde el corazón te guíe. Invítame, por favor, a tu mesa, y saborearemos juntos el pan y el vino santos de Dios".
Así te habla Jesús, amiga. Así hablaba a todas las personas heridas: Venid a mí, todas las que estáis fatigadas y agobiadas, y yo os aliviaré (Mt 11,18). Claro que no faltará quien te recuerde, con mejor o peor intención, que Jesús prohibió a un hombre separarse de su mujer e irse con otra, y a una mujer separarse del marido e irse con otro: Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre (Mc 10,9).

Sí, es probable que Jesús hablara así, y no dejará de recordártelo cualquier canonista severo, y puede que algún clérigo sin entrañas te niegue ostensiblemente la comunión, cuando te acerques a la mesa de Jesús, hambrienta del cuerpo de Dios. No te aflijas por ello, no se lo tomes a mal, y busca en paz a alguien -serán innumerables- que te dé la comunión tan gustosamente como te la daría Jesús, porque él nunca se la negó a nadie, a nadie se negó, eso sí que no. Es más, el pan y el vino que compartes en casa con tu compañero, consagrados por vuestro amor, ya son para ti el mismo Jesús.

Y si te encuentras de frente con el clérigo o el teólogo inflexible, dile sin acritud y con firmeza: "Amigo, Jesús te ordenó solemnemente que, si te abofetean en una mejilla, presentes la otra (Mt 5,39). ¿Acaso lo cumples? Y si no lo cumples, ¿cómo es que vas a comulgar? Jesús te ordenó que, cuando un hermano tenga algo contra ti, no te acerques al altar sin haberte reconciliado primero (Mt 5,23-24). Yo tengo algo contra ti, porque tú me señalas con el dedo y me niegas la comunión y me hieres el alma. ¿Cómo te atreves a presentar tu ofrenda en el altar y a tomar el pan consagrado? ¿Te parece acaso que esos mandatos de Jesús son menos importantes que la indisolubilidad del matrimonio? Recuerda, amigo: Misericordia quiero, y no sacrificios. Y recuerda que el sábado se hizo para el ser humano y no el ser humano para el sábado.

Y comprende que si Jesús quiso que marido y mujer no rompieran, no fue para cumplir ningún mandato divino, menos aún para aumentar dolores en el mundo, sino en todo caso para ahorrarlos. Yo creo que Jesús nunca quiso salvar el amor en abstracto -¿tú quieres acaso defender los derechos del amor abstracto, del amor en general, o del amor por decreto? Un amor así yo no me lo puedo ni imaginar, ni puedo concebir que le guste a Dios-. Yo creo que a Jesús le interesaba solamente el amor de carne y nombre propio. Y creo que el dolor y la dicha fueron siempre su razón y su criterio".

Amiga, no te garantizo que con estos argumentos vayas a persuadir al canonista o al clérigo. Entonces, puedes decirles que si Jesús insistió en que la pareja -en aquel tiempo no había todavía "matrimonio canónico"- no se ha de romper, fue ante todo para que la parte más débil -entonces ciertamente la mujer- no se quedara tirada en el camino, pues aún no existían ni las calles. O puedes simplemente refrescarles la memoria, recordarles la historia, ante la que no resiste ninguna norma absoluta.

Puedes decirle, por ejemplo, que ya en los orígenes San Pablo y San Mateo, ellos al menos, admitieron excepciones para la supuesta "indisolubilidad" impuesta por Jesús: Pablo en el caso de parejas mixtas que no pueden vivir en paz (1 Cor 7,15), Mateo en el caso de "unión ilegítima" (Mt 19,9). Si ellos se permitieron esas excepciones -sobre cuyo alcance concreto no cesan de discutir los expertos-, ¿por qué nosotros no podremos permitirnos hoy las nuestras? Siguiendo su mismo lenguaje, ¿hay alguna unión más ilegítima que aquella en que el amor ya no existe y que no permite vivir en paz? Ésa es la pregunta decisiva, más allá de todos los cánones sagrados. Ése es el criterio evangélico, y por haberlo olvidado -y para salvar el cánon de la indisolubilidad-, nos hemos enredado en disquisiciones sobre la "nulidad" y en complejos procesos eclesiásticos cuyo desenlace depende directamente de las habilidades del abogado, las recomendaciones que uno tenga y los dineros que pueda uno gastar.

No, amiga. Es más sencillo. Dios nos llama a vivir en paz. Cuida el amor cuanto puedas, y cuando lleguen borrascas, procura salvarlo por tantas razones. Si amas y vives en paz con tu compañero o tu compañera, aun en medio de los conflictos cotidianos, eres sacramento de Dios. Pero si en tu primera pareja, por lo que fuera, han desaparecido el amor y la paz, habéis dejado de ser sacramento de Dios. Y si, en el incierto camino de la vida, has encontrado un nuevo compañero (o compañera, no lo sé), y se van curando tus heridas, y vuelves a amar y reencuentras la paz compartiendo el cuerpo y la vida, entonces eres de nuevo, sois de nuevo sacramento de Dios, aunque el Derecho Canónico te diga lo contrario.

Comulga en paz, amiga. Mastica despacio el pan en tu boca. Saborea a Jesús, a Dios, saborea la vida.


           CUANDO MIRAS DESPACIO:

“Si te quedas mirando largamente
cualquier cosa del mundo
-un gorrión, una mujer, un árbol,
un río, un desengaño, , tal poema
por el que pasa un río
y una mujer desengañada y sola
y en el que se alza un árbol al que acuden
los gorriones mientras cae la tarde-,
si miras cualquier cosa un largo rato
y dejas que entre en ti,
que te vacíe de tu oscuridad
y que en tu ser halle cobijo y sea,
verás y sentirás que cuando miras
tú eres mundo también,
que en ti la vida se entrecruza y canta,
y que todo es sagrado”

(Eloy Sánchez Rosillo)

 

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Los brotes verdes que proclama Rajoy llegan a Narón

 
 
Megasa, una de las principales plantas siderúrgicas del país, ha anunciado a los representantes de su plantilla que planea realizar un despido colectivo sin cuantificar el adelgazamiento de plantilla que pretende acometer ni tampoco las causas para ponerlo en marcha. La compañía, que tiene a gala guardar silencio público siempre, comunicó el pasado lunes a su comité que además de llevar a cabo este proceso va a proceder también a la modificación de las condiciones de trabajo del resto de la plantilla que quede en la factoría.

Megasa es una de las industrias pesadas gallegas que están afectadas por la reforma eléctrica que obligará a las grandes compañías a pagar la electricidad a precio de mercado si no han salido beneficiadas en la subasta por interrumpibilidad.
 
El comité de empresa de Megasa se ha visto obligado a recurrir a los juzgados para obtener información sobre la situación económica de la compañía. Tal necesidad es consecuencia de la tradicional opacidad que la empresa de los hermanos Freire guarda sobre su actividad, únicamente pública a la hora de presentar los resultados económicos en el Registro Mercantil. La pretensión de aplicar un despido colectivo ha sembrado la incertidumbre entre los 169 trabajadores con que cuenta la emblemática compañía naronesa, primera de su actividad en Galicia, pero no son estos los únicos afectados. Y es que de la actividad dependen también más de 90 operarios de 16 compañías auxiliares con las que trabaja la factoría. En los últimos seis años, la plantilla se ha visto reducida considerablemente al perder a 66 empleados. La ausencia de información a los posibles perjudicados directos se traslada también al ámbito informativo, lo que no ayuda a despejar las dudas sobre el futuro de una firma tan vinculada a la zona, pero parece evidente la relación de tal iniciativa con la aplicación de la nueva tarifa de interrumpibilidad eléctrica, que ya ha pasado factura a empresas como Alcoa en A Coruña. Por desconocer, la plantilla no sabe tan siquiera si la empresa ha acudido a la subasta eléctrica para garantizar su continuidad.
 
Fuentes Diario de Ferrol y La Voz de Galicia
 
 Necesitamos miles de firmas para frenar a las compañías eléctricas

 Aquí, tienes el enlace que te lleva al cuestionario de adhesión como firmante de la carta https://docs.google.com/forms/d/1y6AXDK1RwhPn6qBGEjglYEZHbycEHj82yZMjKNN3cEI/viewform?c=0&w=1&usp=mail_form_link

Contiene cuatro campos, nombre, apellidos, documento nacional de identidad y correo electrónico. Los tres primeros son necesarios para incluir físicamente en la carta dirigida al Defensor del Pueblo a continuación de mi firma y con el mismo rango de usuario de electricidad y español que reivindica el cumplimiento del derecho constitucional que el gobierno desatiende. Una vez recibidos los datos, el nombre y los apellidos se incorporaran a esta edición digital y podrás comprobar que ya perteneces a la Resistencia.

Lo dicho rebélate.

La carta está dirigida al: Defensor del Pueblo, A la atención de Doña Soledad Becerril. Paseo Eduardo Dato, 31, 28010 MADRID. Tiene fecha de 28 de diciembre de 2014 -día de los Santos Inocentes- (con el fin que de tiempo de añadir los nombres como firmantes una vez complementado al cajetín de adhesión al final del escrito)

 Señores: El pueblo español ha quedado atrapado bajo los designios de una oligarquía irresponsable que en el sector eléctrico actúa en monopolio estableciendo unos precios manipulados y disparatados que unidos a la sinrazón, de los sucesivos gobiernos, de introducir recargos en la factura de la luz que no son más que impuestos han llevado a que los españoles tengamos la tarifa más alta de Europa sin disfrutar de unos salarios a ese nivel. La denuncia que aquí se presenta se basa en el artículo 31 de la Constitución y en la Sentencia 185/1995 del Tribunal Constitucional sobre Tasas y Precios Públicos. El Artículo 31 de la Constitución establece que:

 “31.1. Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio.
2 El gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos y su programación y ejecución responderán a los criterios de eficiencia y economía.
3 Solo podrán establecerse prestaciones personales o patrimoniales de carácter público con arreglo a la ley.”

La Sentencia 185/1995 del Tribunal Constitucional sobre Tasas y Precios Públicos precisa: “deberán considerarse coactivamente impuestas (a la fuerza)no sólo aquellas prestaciones en las que la realización del supuesto de hecho o la constitución de la obligación es obligatoria, sino también aquellas en las que el bien, la actividad o el servicio requerido es objetivamente o social de los particulares… indispensable para poder satisfacer las necesidades básicas de la vida personal … o, dicho, con otras palabras, cuando la renuncia a estos bienes, servicios a actividades priva al particular de aspectos esenciales de su vida privada o social “

 Visto lo anterior, la Constitución española establece un sistema tributario de acuerdo con la capacidad económica de los ciudadanos que queda destruida al aplicar un impuesto indirecto en el consumo de electricidad. La equidad desaparece y así lo corrobora la Sentencia del Tribunal Constitucional cuando define que los impuestos sobre los servicios básicos y esenciales “deberán considerarse coactivamente impuestas” por lo tanto el consumo eléctrico para los consumidores, según lo expuesto, debe de carecer de impuestos y estos se deben de remitir a los Presupuestos Generales del Estado para su redistribución equilibrada de acuerdo con la capacidad económica de cada uno. Como impuesto camuflado en la factura de la luz no cumple constitucionalmente al aplicarse, en este caso, sobre un servicio básico y sin alternativa. Objetivamente no se puede vivir sin electricidad. Los impuestos sobre el tabaco, el alcohol y los carburantes o bien son prescindibles o bien tienen alternativas. Fumar y beber alcohol son prescindibles y los carburantes tienen la alternativa del trasporte público. La electricidad ni es prescindible ni dispone de alternativas.

 El impuesto sobre el consumo de electricidad figura, en las facturas que reciben los consumidores, explícitamente como “ayudas a la minería y el carbón” y está cifrado en el 4,864% no obstante, a este impuesto se recarga con el IVA (un impuesto recargado con otro impuesto). A pesar de esta incongruencia que lo eleva al 5.885% no es este el motivo de la denuncia. Ni tampoco el 21% que se recarga como IVA; (en otros países se conforman con un 5%) en su lugar se aplica un descomunal 168%, se carga sobre la factura 8 veces el impuesto del IVA (8 x 21% = 168%). El pueblo español no puede soportar un continuo encarecimiento de la factura energética que lleva al límite de la exclusión social a miles y miles de personas. Los datos corresponden a los propios números de las compañías eléctricas que facturan en el territorio nacional por lo que no hay nada imaginativo. Hasta aquí se corresponde con un expediente (número 14009627) que ha ido a parar al limbo de su organización y que se menciona para referirse a este incidente al final del escrito.

Adicionalmente, a la anterior denuncia, todavía se puede añadir una nueva. Se trata de otra inconstitucionalidad respecto a la liberación del mercado y la privatización de las compañías eléctricas que compinchadas entre si no ofrecen a los consumidores un mercado competitivo al actuar, a través de la patronal Unidad Eléctrica, S.A., UNESA, como un monopolio. La fijación de precios que repercuten sobre la tarifa es una engañifa amparada en una subasta manipulada: los actores que ofertan son los mismos que demandan. No es tan siquiera un mercado en oligopolio con 4 ofertantes (Endesa, Iberdrola, G.N. Fenosa, E.on) y un ramillete de comparsas para ofrecer la apariencia de que existe competencia pero con el resultado real que todos acaban fijando un mismo precio y aplicándolo al unísono el mismo día.

 Para que exista un monopolio es necesario que en dicho mercado no existan productos sustitutos y por lo tanto es la única alternativa que tiene el consumidor para comprar. El monopolio actual tiene la singularidad de su origen como monopolio estatal y en como eran tratadas las compañías eléctricas del franquismo, calificadas como servicio público del suministro de energía eléctrica. Aunque pudiera intentar sostenerse que las empresas eléctricas eran titulares de la gestión indirecta de ese servicio público y que, por tanto, la tarifa era un precio privado “intervenido”. Con el fin que el suministro de energía eléctrica dejara de ser un servicio público se promulgó la Ley 54/1997 del Sector Eléctrico (LSE) el 1 de enero de 1998 al introducir importantes cambios normativos. La Ley se presentó con la aureola de la modernidad, “la libre competencia”, la “desregulación”, la mejora de la “eficiencia”, etc. Pero, sobre todo, la magia era Bruselas una especie de “comodín” para aquéllos sectores “regulados” cuya desregulación se regula: Directivas, Decisiones, Reglamentos, Recomendaciones. Así, para empezar, en la “plasmación normativa” del “Protocolo” se dispone que el suministro de energía eléctrica deja de ser un servicio público “por su progresiva pérdida de trascendencia en la practica”.



En suma, la LSE consagra una desregulación regulada. Con ella se prescinde de los inconvenientes de la regulación para el sector pero se retienen las ventajas de la regulación y todo eso con el simple cambio de denominación ahora se le llama “servicio de interés económico general” y también una “prestación patrimonial de derecho público” en cuya imposición y exacción están ausentes las garantías que para la ciudadanía establece la Constitución y podemos encontrar en el Artículo 128:
Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general.
Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general.

Conviene recurrir a la información facilitada en la web de UNESA, dice así: “Hasta 1979, fue asimismo responsabilidad de UNESA la operación de dicho sistema para asegurar una explotación óptima de la infraestructura eléctrica existente. Hasta la aprobación de la Ley del Sector Eléctrico y la transformación institucional de UNESA en Asociación, la organización empresarial se ha centrado en diversas actividades de carácter sectorial: estudios y análisis sobre las diversas vertientes de la actividad eléctrica (transporte, distribución, regulación, planificación indicativa), precios y tarifas…”, dicen precios y tarifas, no es una demostración, de parte, que actúan sobre los precios cuando existe una libertad de mercado y la privatización se llevó a cabo para que existiera una rivalidad entre ellos ofreciendo precios de competencia. ¿Repsol y Cepsa pueden decir lo mismo sobre el precio de los carburantes en las estaciones de servicio? (los precios de la gasolina también se fijan por subasta) Otro detalle sobre este párrafo traído a colación: ”la organización empresarial se ha centrado …” lo dicen en presente. Confirma que la transformación en ”Asociación con un marcado carácter empresarial” es un lavado de la fachada para que todo siga igual. Respecto a una mayor información del incumplimiento por parte del gobierno y las compañías eléctricas de los Artículos 31 y 128 de la Constitución se pueden dirigir a este enlace:
https://ataquealpoder.wordpress.com/2014/10/25/se-acabo-lo-que-se-daba-hasta-aqui-han-llegado-las-electricas/

 Por otra parte resulta que la fijación de precios, aunque se disfrace de una subasta, es un delito si ésta se manipula. Se han iniciado los antecedentes que dejan las secuelas de un montaje de cara a la galería en un simulacro de competencia. El teatrillo escénico se sostiene en una falsa liberalización del mercado que tolera una mentirosa parodia de elección del suministrador de “todos al mismo precio”, un reparto territorial y bajo las mismas condiciones de lo tomas o lo dejas ¿A esto no se le llama monopolio? En diciembre de 2013 el gobierno tuvo que suspender la subasta CESUR por indicación de la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia al apreciar indicios de manipulación de los precios. Se actúa como monopolio, a través de UNESA, las compañías eléctricas tienen en su mano las fuentes de producción y cada una de ellas entra en el sistema a un coste diferente y también por la imposibilidad de poder almacenar la materia prima con que se abastece: el viento en: la eólica o la producción nuclear por la dificultad de su arranque y parada, le sigue la producción hidráulica (que consume agua almacenada) y las centrales de carbón y las de ciclo combinado (gas) siendo estás últimas las de mayores costes. La oferta energética de electricidad es de 105.000 megavatios y la demanda, en el momento punta, no llega a 40.000. No obstante, al monopolio eléctrico le interesa que entre en el sistema las fuentes de energía de mayor coste (ciclo combinado) con el fin de incrementar el precio de la subasta. Los mismos que producen son los mismos que demandan, evidentemente con el nombre cambiado. En su mano está abrir o cerrar el grifo de la fuente de producción ¿Puede funcionar un sistema de subasta en un mercado monopolista?

 Lo primero que llama la atención es la montaña rusa de los precios diarios que no tienen un aparente sentido, bajan en repetidas ocasiones a 4,40€, 3,39€, 2,32€ o 1,38€ e inclusive 0,31€ y suben a 87,59€ o 91,89€ y hasta el máximo de 93,11€ que provocó la suspensión de la subasta CESUR antes citada y el ministro de Industria, José Manuel Soria califico de “burda manipulación”. ¿Qué hay detrás de esa montaña rusa de los precios? ¿Como es posible que el mismo producto (la electricidad) pueda tener precios tan diferenciados cuando el consumo es más bien estable? No se trata ni del doble ni del triple se trata de una subasta especulativa que los actores principales Endesa e Iberdrola controlan mas del 80% del mercado y precisan de unos comparsas para aparentar una concurrencia de actores. Sin motivo alguno la tendencia al alza que queda reflejada en el total de cada mes (en la parte baja de la tabla que se adjunta:
tabla2). Los precios medios de los cuatro primeros meses del año 2014 se sitúa en 25,64€ en cambio si obtenemos la media de los cinco meses restantes (de mayo a septiembre) nos encontramos con una media de 49,91€, un incremento del 100%. El precio se dobla a la vista que la manipulación de diciembre de 2013 queda en la lujosa impunidad. Queda claro, si se observa las anotaciones diarias, que existe una manipulación de los precios teniendo en cuenta que la demanda es estable y la fluctuación proviene de la oferta. ¿Tiene alguna lógica precios de 4,40€, 3,39€, 2,32€ o 1,38€ e inclusive 0,31€ y el mismo producto (la electricidad) cotizar a 87,59€ o 91,89€ y hasta 93,11€. Más información en: https://ataquealpoder.wordpress.com/2014/10/30/destapado-como-manipulan-el-precio-de-la-electricidad/

 La población española no puede soportar los injustificados incrementos en el precio de la luz. Un reciente informe publicado por la Comisión Europea insta a los Estados miembros a proteger a los usuarios más vulnerables de luz y gas y a regular la pobreza energética. Nada se hace. El gasto en electricidad y gas se limita al 10% de su renta, con las tarifas que se aplican en España los afectados se cuentan por millones. La tarifa protegida del bono social está congelada desde 2009 y las familias que entran en esta categoría han crecido exponencialmente en los últimos años de crisis con fuertes reducciones de ingresos y una constante elevación de la factura de la luz. El número de consumidores en situación de vulnerabilidad es cada vez mayor, se habla de unos 3,2 millones de clientes. El borrador de la nueva norma, que se pretende implementar, contempla más trabas para el acceso a esta tarifa. El gobierno español ignora la Directiva 2009/72/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 13 de julio de 2009, sobre normas comunes para el mercado interior de la electricidad y por la que se deroga otra anterior. Debía de haber entrado en vigencia a partir de marzo de 2011. En el encabezamiento dice lo siguiente: “Dadas las deficiencias en el funcionamiento del mercado interior de la electricidad, la Comisión Europea ha considerado necesario redefinir las normas y medidas aplicables en él al objeto de garantizar una competencia leal y una protección adecuada de los consumidores”.También esta Directiva abunda en apreciar una indefensión: “Los Estados miembros garantizarán la existencia de un mecanismo independiente, como un defensor del pueblo para la energía o un órgano de los consumidores, encargado de tramitar eficazmente las reclamaciones y la solución extrajudicial de conflictos”.

Señora Becerril, llegamos a una petición concreta al organismo que usted preside: los abajo firmantes le solicitamos encarecidamente que haga honor al titulo de la institución Defensor del Pueblo. Lo expuesto clama al cielo y produce vergüenza al ver que mientras significados dirigentes políticos de este país son acusados de corrupción, el pueblo, que usted esta obligada por su cargo a defender, pasa vicisitudes económicas para llegar a fin de mes. Estas penurias provienen del sinsentido de haber privatizado un servicio público esencial y estratégico para acabar, en una buena parte, en manos de un Estado extranjero que su única pretensión es obtener el máximo rendimiento económico posible e inclusive utilizando malas artes. Este enlace le pondrá al corriente de la pérdida de españolidad de Endesa y el multi beneficio que obtiene:
https://ataquealpoder.wordpress.com/2014/10/13/el-saqueo-a-endesa-repercutira-en-la-factura-de-la-luz/ El Defensor del Pueblo es el garante de los derechos constitucionales de la población. Intervenga señora Becerril, y quisiera recordarle un incidente relacionado con el expediente número 14009627 que fue a parar al limbo de su organización. Si volviera a suceder le haremos responsable del daño que produce su inactividad y nos dirigiremos a los Tribunales europeos. Cumpla con su obligación. Por cierto, ¿Qué obligación cumplen tan destacados funcionarios y políticos de primera línea traspasada la puerta giratoria?. Por si precisa de algún detalle este enlace le pondrá al corriente. https://ataquealpoder.wordpress.com/2012/10/24/politicos-bajo-sospecha-o-delincuentes-habituales/ Atentamente. FIRMADO JOSEP MANUEL NOVOA NOVOA. Los que siguen, contenidos en este enlace hasta las 11 horas del 22 de noviembre de 2014 los puedes ver haciendo un clic: FIRMAS DEFENSOR PUEBLO
 

martes, 2 de diciembre de 2014

El papa Francisco: "El Corán es un libro profético de paz"



En el diálogo con los periodistas, el Papa dijo que “es cierto que ante estos actos terroristas, no solo en esta zona sino también en África, hay una reacción: ‘¡Si esto es el Islam, me enojo!’. Y así, muchos musulmanes se sienten ofendidos. Dicen: ‘Pero, nosotros no somos esto; El Corán es un libro profético de paz; esto no es islamismo’. Yo lo entiendo”.

El Santo Padre dijo también que cree “sinceramente que no se puede decir que todos los musulmanes son terroristas, como no se puede decir que todos los cristianos son fundamentalistas (también nosotros tenemos fundamentalistas, en todas las religiones existen estos grupitos)”.

Recordando luego su conversación con el presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, el Pontífice contó que le dijo que “sería muy hermoso” condenar el terrorismo “claramente; lo deberían hacer con los líderes académicos, religiosos, intelectuales y políticos. Así lo escucharían de la boca de sus líderes. Necesitamos una condena mundial por parte de los musulmanes; que digan: ‘No; ¡El Corán no es esto!’”.


El verdadero entendimiento del Islam sólo puede encontrarse en el estudio del núcleo de sus enseñanzas, y dicho estudio revela una religión que no sólo rechaza la violencia, sino que realmente promueve la paz a todos los niveles, incluyendo el de un conflicto ya en marcha.
 
El Islam es una religión muy completa. Es consciente de que debido a la debilidad, ambición y dinamismo humanos, han de existir ocasiones en las que la disputa, el conflicto e incluso las guerras pueden llegar a ser inevitables. El Islam prohíbe iniciar guerras de agresión, y cuando se hace inevitable que los musulmanes luchen en defensa propia, las enseñanzas islámicas establecen límites muy estrictos. Por ejemplo, deben respetarse los derechos y libertad de los no combatientes. Los ancianos, los enfermos, las mujeres y los niños deben ser protegidos frente a todo daño. Deben dejarse intactas las propiedades residenciales, y los cultivos y las cosechas no deben ser dañados, etc. etc.
 
El Islam es una religión de paz en todo el sentido de la palabra. El Corán llama a este camino; pues, Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): (Los caminos de la salvación) (Corán 5:16). Describe la reconciliación en los mejores términos (Corán 4:128], y sostiene que Al-lah Aborrece cualquier disturbio de la paz [Corán 2:205).
 
La raíz de la palabra Islam es ‘Silm’, la cual significa ‘Paz’. Por lo tanto, el espíritu del Islam es el espíritu de la paz. La primera aleya del Corán emana el espíritu de la paz, en este se lee: (En el nombre de Al-lah, el más MisericorAl-laho, el más Compasivo).
 
Incluso en lo que respecta a los combatientes en el campo de batalla, el Islam ordena que, si el enemigo busca la paz, deben de cesar las hostilidades y la paz debe ser aceptada. De esta descripción básica se puede entender que en el Islam no hay resquicio para ninguna forma de terrorismo. Por el contrario, se fomenta la interacción y la armonía interreligiosa. En este sentido, la Comunidad Ahmadía en todo el mundo, pero especialmente en Europa, es reconocida como una comunidad pacífica, altamente respetada, que promueve y alienta la paz.
 
                     EL ISLAM SE OPONE AL RACISMO


“Hombres. Os hemos creado de un varón y de una hembra y hemos hecho de vosotros pueblos y tribus, para que os conozcáis unos a otros. Para Allah, el más noble de entre vosotros es el que más Le teme. Allah, es omnisciente , está bien informado.” (Corán 49:13)

 

 
LA VIOLENCIA NO ES UN METODO ISLAMICO.
 
“ No es igual obrar bien y obrar mal. Repele con lo que sea mejor y he aquí que aquél de quien te separe  la enemistad se convertirá en amigo ferviente.” (Corán 41:34)
 

MATAR GENTE INOCENTE ES UN GRAN PECADO.


 “Por esta razón, prescribimos a los Hijos de Israel que quien matara a una persona que no hubiera matado a nadie ni corrompido en la tierra, fuera como si hubiera matado a toda la Humanidad. Y que quien salvara una vida, fuera como si hubiera salvado las vidas de toda la Humanidad. Nuestros enviados vinieron a ellos con las pruebas claras, pero, a pesar de ellas, muchos cometieron excesos en la tierra.” (Corán 5:32)

 

LA MORALIDAD DEL ISLAM EXCLUYE LA IRA.

 

 
“… que dan limosna tanto en la prosperidad como en la adversidad, reprimen la ira, perdonan a los hombres , Allah ama a quienes hacen el bien…” (Corán 3:134).

 

Comparto a continuación un capítulo extractado del libro de Xabier Pikaza editado en Salterrae: " violencia y diálogo de  las religiones.

 
Hay muchas religiones porque somos vidente ciegos (vivmos en la ardiente oscuridad de una Vida que nos desborda siempre) y el Elefante es grande. Esta es una respuesta popular que viene de la India. Reunieron una vez a siete invidentes y les encerraron con un enorme Elefante, diciendo: ¡Que toque y sienta cada uno y diga qué ha tocado y qué ha sentido!
 
Uno tocó una pata y dijo: Es una columna rugosa, como un árbol sin fin que sostiene el edificio del mundo.
 
Otro palpó cuidadosamente la trompa y evocó sus funciones diciendo: Es una especie de conducto hueco que absorbe y expulsa el agua de la vida.
El tercero metió la mano en la boca, llena de comida, y dijo: Es un abismo que todo lo devora.
 
El cuarto introdujo su cabeza en la garganta del animal, se sintió absorbido por su respiración y digo: Es una inmensa sima, que aspira y expira el viento infinito.
El quinto fue tocando la parte inferior de su vientre y dijo: Es un cielo que todo lo cubre y que así puede cobijarnos o impedirnos ascender a más altura.
 
El sexto, en cambio, logró saltar y colocarse encima, cabalgando sobre sus lomos a gran velocidad, recorriendo en círculo la gran sala del cosmos, y dijo: es un perpetuo movimiento ¡qué hermosura!.
 
El séptimo escuchó sus grandes alaridos y se dijo: ¡Es una voz, quiere transmitirnos un mensaje que no comprendemos!.

Reunidos lo siete no lograban ponerse de acuerdo sobre este Elefante, un Dios para ciegos con tacto y oído. Sus respuestas no iban descaminadas: ellas se han ido repitiendo a lo largo de la historia: Dios es la columna cósmica, el despliegue de la Realidad, la meta oscura, la respiración vital, el cielo alto, el movimiento perpetuo, la voz interpelante... Todo eso y mucho más ha sido Dios (lo Divino, el Ser originario) en la experiencia de las religiones. Todo eso es bueno y verdadero, pero resulta parcial, no consigue ofrecernos la imagen del Elefante entero, es decir, del Viviente divino, que así aparece como signo y realidad del Cosmos.

Vivimos desbordados y fundados por la Realidad, simbolizada por un Elefante (don de Vida, milagro de Ser), que nos sorprende y sobrepasa, ofreciéndonos, al mismo tiempo, su cobijo y su impulso: bajo su cielo vivimos, sobre su espalda avanzamos, en su aliento respiramos, de su carne nos alimentamos... No tenemos distancia para mirarlo desde fuera, para abrir los ojos y ver el conjunto de sus partes.

La Realidad nos excede y, por ello, de un modo normal, tras haber visto y sentido alguno de sus aspectos concretos, nos aferramos y decimos: ¡Dios es esto!. Así nos compartamos como ingenuos orgullosos, que se piensan capaces de dominar al Elefante. Para conocerle mejor sería necesario que alguien (¿el Elefante?) nos abriera de otra forma ojos y tacto, para que lo viéramos del todo y comprendiéramos. Pero no ha existido (aunque algunos digan lo contrario) ese milagro externo y seguimos dialogando (a veces discutiendo) sobre nuestras religiones, sobre el Elefante, sin advertir que somos parte suya y sin pensar que el Elefante es más que la suma de sus partes.
 
Nuestra misma vida, rica y múltiple, arriesgada y sorprendente, es de algún modo ese Elefante divino, que tiene además, otras funciones: es Carne sagrada que los hombres comparten, es el Destino que les lleva en su carro, es vida y muerte… La vida de los hombres e incluso de los pueblos resulta corta para hacer la ronda del gran Elefante, pero ellos, hombres y pueblos, forma ciegos religiosos, pueden dialogar y contarse unos a los otros lo que han tocado y entre-visto, iniciando un diálogo inter-religioso. En ese sentido, las religiones son (deben ser) universales en perspectiva dialogal.

 
 
 
 


 
 
 
 
 
 
 

 
 

El papa compara el fundamentalismo católico con el islamico



En la conferencia de prensa a su regreso de Turquía:
 
“Sull’islamofobia: è vero che davanti a questi atti terroristici, non solo in questa zona ma anche in Africa, c’è una reazione e si dice: “Se questo è l’islam, mi arrabbio!”. E tanti islamici sono offesi, tanti, tanti islamici. Dicono: “No, noi non siamo questo. Il Corano è un libro di pace, è un libro profetico di pace. Questo non è islam”. Io capisco questo e credo che – almeno io credo, sinceramente – che non si possa dire che tutti gli islamici sono terroristi: non si può dire. Come non si può dire che tutti i cristiani sono fondamentalisti, perché anche noi ne abbiamo, in tutte le religioni ci sono questi gruppetti”

Reconducir a la Iglesia a la atención de los pobres conllevará un esfuerzo más técnico que ideológico. La teoría –amor al prójimo– no ha cambiado en estos dos mil años pero sí la práctica –acumulación de poder–. Las resistencias no serán tan manifiestas como con los cambios que toquen la moral, pero precisamente los vicios más difíciles de dejar son los inconfesables. En este sentido, Leonardo Boff, uno de los padres de la Teología de la Liberación, asegura que, con el advenimiento de Francisco, el tercer mundo ha llegado por fin a Roma. Francisco ya ha recibido a representantes de su doctrina en un gesto aperturista muy bien acogido entre los que defienden esta postura. Pero en un año de mandato aún no ha levantado los castigos a los líderes de esta corriente.

La palabra fundamentalismo se refiere originariamente a un movimiento religioso-ideológico que surgió en Estados Unidos antes de la primera guerra mundial. Hacia una interpretación estrictamente literal de la Biblia (sobre todo de los relatos de la creación) y se convirtió en un movimiento colectivo conservador protestante. Los aspectos típicos del fundamentalismo actual, en su país de origen, son: el rechazo de toda visión histórico-critica de los textos bíblicos; la orientación casi mítica hacia un pasado idealizado, el rechazo de to-da valoración positiva del desarrollo moderno; un moralismo penetrante y critico sobre todo de los excesos de la sociedad de consumo, a veces también ciertas tendencias políticas de extrema derecha y afirmaciones créticas sobre la democracia
 

Lo que llamamos normalmente “fundamentalismo”, tanto en el plano de la cultura como de la política y de la religión, nace de la ausencia de un buen fundamento. Quien tiene un buen fundamento, quien cree de verdad en lo que cree no es nunca fundamentalista, sino un hombre de principios, que sabe respetar la fe de otras personas.

Un cristiano de fundamento deja de ser cristiano en el momento en que se hace fundamentalista, en el sentido estrecho del término. Un cristiano que deja de amar a los enemigos (a los distintos en cuanto distintos), queriendo imponer su verdad a los otros, deja de ser cristiano.

El mejor antídoto contra el fudamentalismo es la renuncia a la posesión absoluta de la verdad.

 Los fundamentalismos son la manifestación más elocuente de la incapacidad de los seres humanos para vivir en armonía en medio de la diversidad y convierten las discrepancias en barreras de incomunicación. Alimentan la intolerancia, son enemigos de la diversidad y pueden manifestarse bajo cualquier ideología.

No olvidemos tampoco que, en general, los "anti-fundamentalistas" suelen ser fundamentalistas de otro tipo ( van en otra línea). Lo más parecido a un fundamentalista de derechas es un fundamentalista de izquierdas Se suele decir "dime de qué presumes y de diré de qué careces". Los que presumen de anti-fundamentalitas suelen ser a veces fundamentalistas disfrazados.
 
El amor es paciente, es amable, el amor no es envidioso ni fanfarrón, no es orgulloso ni destemplado, no busca su interés, no se irrita, no apunta las ofensas, no se alegra de la injusticia, se alegra de la verdad.
(Primera carta a los Corintios 13, 4-6)

Resulta comprensible que algunos, en este momento de cambios, deseen la celebración de un nuevo concilio, que diga lo que debe ser la Iglesia y dentro de ella la estructura de la jerarquía, siguiendo el modelo medieval del Concilio de Constanza (1414-1418). Les gustaría que se definieran pronto nuevas estructuras para la iglesia, resolviendo desde arriba temas como el celibato, ordenación de mujeres, poder de los obispos, función del Papa…

La libertad, ante todo. "Cristo nos ha liberado para que vivamos en libertad" (Gál 5,1), proclama Pablo. Y la Carta de Santiago hablará de la "ley de la libertad" (Sant 1,25; 2,12) como pauta radical de la conducta efectiva. Una libertad que se da no sólo frente a los "principados y potestades" más o menos sobrenaturales de los que repetidamente se habla, ni tan sólo frente a las imposiciones políticas o religiosas externas a la propia comunidad ("Juzgad por vosotros mismos delante de Dios si está bien obedeceros a vosotros antes que a Él": Hch 4,19), sino también dentro de ella misma. Pablo lo mostrará en un conflicto memorable: enfrentándose nada menos que a Pedro —a quien acababa de considerar uno de los "pilares" de la Iglesia naciente—, defenderá su libertad propia y la de los cristianos no judíos para no someterse a la ley judaica (libertad que ya antes había tenido que conquistar arriscadamente contra la expresa corriente "oficial": léase todo el episodio en Gál 2,1-16).

”El pueblo, obediente a los mandatos del Señor (...) tiene le poder de elegir obispos dignos y recusar a los indignos. Sabemos que viene de origen divino elegir al obispo en presencia del pueble y a la vista de todos, para que todos lo aprueben como digno e idóneo por testimonio público (...). Dios manda que ante toda la asamblea se elija al obispo (...) Esto observaban los Apóstoles, no sólo en la elección de obispos y presbíteros, sino en la de diáconos” (Carta 67 (ed. BAC, 634-635; cit. por J. I.González Faus, Ibid., 24-25).

El actual sistema de nombramiento de los obispos lleva implícitamente a creer que la autoridad y la misión de los obispos proceden del papa. Y non es así: Non fue Pedro quien eligió a los apóstoles, ni tampoco Jesús por medio de Pedro, sino que fue directamente Jesús.

Otro tema es el de la mujer en la Iglesia.

La Iglesia católica es mayoritariamente femenina en sus cuadros; la componen un 61% de mujeres, organizadas en distintas órdenes religiosas, frente a un 39% de hombres, entre sacerdotes, obispos, religiosos y diáconos. Pese a ello, el gobierno eclesial, la toma de decisiones, y la visibilidad de la institución están casi exclusivamente en manos de varones. ¿Por imperativo evangélico?

El Teólogo Xabier Pikaza, autor de 'El evangelio de Marcos. La buena noticia de Jesús' (Editorial Verbo Divino), tras investigar a fondo el tema en su denso volumen, concluye que "Jesús no quiso algo especial para las mujeres. Quiso, para ellas, lo mismo que para los varones. Como entendió bien San Pablo en Gal 3, 28: 'Ya no hay hombre ni mujer...'. La singularidad de la visión de Jesús sobre las mujeres es la 'falta de singularidad'. No buscó un lugar especial para ellas, sino el mismo lugar de todos, es decir, el de los 'hijos de Dios'".

Otra teóloga, María José Arana, vieja luchadora por la igualdad de la mujer, explica: "Las mujeres han permanecido en la Iglesia como las grandes ausentes, una ausencia que perdura hasta nuestros días. Evidentemente la ausencia de las mujeres empobrece enormemente a la Iglesia en múltiples aspectos y en sí misma; pero además pierde credibilidad ante el mundo que va despertando rápidamente en estos aspectos y ante los cuales la Iglesia, Luz de las Gentes como se llamó a sí misma en el Concilio, debería brillar con su ejemplo y alumbrar caminos nuevos."

Pablo VI nos pidió dialogar… y a la Iglesia le ha costado (y aún le cuesta) dialogar, pero ha de hacerlo, si cree en Jesús que es la Palabra.
Francisco Papa nos pide salir… Quiere que dejemos el castillo asegurado, el redil cerrado, que vayamos por montes y caminos buscando las ovejas…





domingo, 30 de noviembre de 2014

Carta Apostólica del papa Francisco a todos los consagrados

 




CARTA APOSTÓLICA
DEL SANTO PADRE FRANCISCO

A TODOS LOS CONSAGRADOS
CON OCASIÓN DEL
AÑO DE LA VIDA CONSAGRADA
 

  Queridas consagradas y queridos consagrados

Os escribo como Sucesor de Pedro, a quien el Señor Jesús confió la tarea de confirmar a sus hermanos en la fe (cf. Lc 22,32), y me dirijo a vosotros como hermano vuestro, consagrado a Dios como vosotros.

Demos gracias juntos al Padre, que nos ha llamado a seguir a Jesús en plena adhesión a su Evangelio y en el servicio de la Iglesia, y que ha derramado en nuestros corazones el Espíritu Santo que nos da alegría y nos hace testimoniar al mundo su amor y su misericordia.

He decidido convocar un Año de la Vida Consagrada haciéndome eco del sentir de muchos y de la Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica, con motivo del 50 aniversario de la Constitución dogmática Lumen gentium sobre la Iglesia, que en el capítulo sexto trata de los religiosos, así como del Decreto Perfectae caritatis sobre la renovación de la vida religiosa. Dicho Año comenzará el próximo 30 de noviembre, primer Domingo de Adviento, y terminará con la fiesta de la Presentación del Señor, el 2 de febrero de 2016.

Después de escuchar a la Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica, he indicado como objetivos para este Año los mismos que san Juan Pablo II propuso a la Iglesia a comienzos del tercer milenio, retomando en cierto modo lo que ya había dicho en la Exhortación apostólica postsinodal Vita consecrata: «Vosotros no solamente tenéis una historia gloriosa para recordar y contar, sino una gran historia que construir. Poned los ojos en el futuro, hacia el que el Espíritu os impulsa para seguir haciendo con vosotros grandes cosas» (n. 110).
 
I . Objetivos para el Año de la Vida Consagrada.
1. El primer objetivo es mirar al pasado con gratitud. Cada Instituto viene de una rica historia carismática. En sus orígenes se hace presente la acción de Dios que, en su Espíritu, llama a algunas personas a seguir de cerca a Cristo, para traducir el Evangelio en una particular forma de vida, a leer con los ojos de la fe los signos de los tiempos, a responder creativamente a las necesidades de la Iglesia. La experiencia de los comienzos ha ido después creciendo y desarrollándose, incorporando otros miembros en nuevos contextos geográficos y culturales, dando vida a nuevos modos de actuar el carisma, a nuevas iniciativas y formas de caridad apostólica. Es como la semilla que se convierte en un árbol que expande sus ramas.

Es oportuno que cada familia carismática recuerde este Año sus inicios y su desarrollo histórico, para dar gracias a Dios, que ha dado a la Iglesia tantos dones, que la embellecen y la preparan para toda obra buena (cf. Lumen gentium, 12).

Poner atención en la propia historia es indispensable para mantener viva la identidad y fortalecer la unidad de la familia y el sentido de pertenencia de sus miembros. No se trata de hacer arqueología o cultivar inútiles nostalgias, sino de recorrer el camino de las generaciones pasadas para redescubrir en él la chispa inspiradora, los ideales, los proyectos, los valores que las han impulsado, partiendo de los fundadores y fundadoras y de las primeras comunidades.

También es una manera de tomar conciencia de cómo se ha vivido el carisma a través de los tiempos, la creatividad que ha desplegado, las dificultades que ha debido afrontar y cómo fueron superadas. Se podrán descubrir incoherencias, fruto de la debilidad humana, y a veces hasta el olvido de algunos aspectos esenciales del carisma. Todo es instructivo y se convierte a la vez en una llamada a la conversión. Recorrer la propia historia es alabar a Dios y darle gracias por todos sus dones.

Le damos gracias de manera especial por estos últimos 50 años desde el Concilio Vaticano II, que ha representado un «soplo» del Espíritu Santo para toda la Iglesia. Gracias a él, la vida consagrada ha puesto en marcha un fructífero proceso de renovación, con sus luces y sombras, ha sido un tiempo de gracia, marcado por la presencia del Espíritu.

Que este Año de la Vida Consagrada sea también una ocasión para confesar con humildad, y a la vez con gran confianza en el Dios amor (cf. 1 Jn 4,8), la propia fragilidad, y para vivirlo como una experiencia del amor misericordioso del Señor; una ocasión para proclamar al mundo con entusiasmo y dar testimonio con gozo de la santidad y vitalidad que hay en la mayor parte de los que han sido llamados a seguir a Cristo en la vida consagrada.

2. Este Año nos llama también a vivir el presente con pasión. La memoria agradecida del pasado nos impulsa, escuchando atentamente lo que el Espíritu dice a la Iglesia de hoy, a poner en práctica de manera cada vez más profunda los aspectos constitutivos de nuestra vida consagrada.
Desde los comienzos del primer monacato, hasta las actuales «nuevas comunidades», toda forma de vida consagrada ha nacido de la llamada del Espíritu a seguir a Cristo como se enseña en el Evangelio (cf. Perfectae caritatis,

2). Para los fundadores y fundadoras, la regla en absoluto ha sido el Evangelio, cualquier otra norma quería ser únicamente una expresión del Evangelio y un instrumento para vivirlo en plenitud. Su ideal era Cristo, unirse a él totalmente, hasta poder decir con Pablo: «Para mí la vida es Cristo» (Flp 1,21); los votos tenían sentido sólo para realizar este amor apasionado.

La pregunta que hemos de plantearnos en este Año es si, y cómo, nos dejamos interpelar por el Evangelio; si este es realmente el vademecum para la vida cotidiana y para las opciones que estamos llamados a tomar. El Evangelio es exigente y requiere ser vivido con radicalidad y sinceridad. No basta leerlo (aunque la lectura y el estudio siguen siendo de extrema importancia), no es suficiente meditarlo (y lo hacemos con alegría todos los días). Jesús nos pide ponerlo en práctica, vivir sus palabras.

Jesús, hemos de preguntarnos aún, ¿es realmente el primero y único amor, como nos hemos propuesto cuando profesamos nuestros votos? Sólo si es así, podemos y debemos amar en la verdad y la misericordia a toda persona que encontramos en nuestro camino, porque habremos aprendido de él lo que es el amor y cómo amar: sabremos amar porque tendremos su mismo corazón.

Nuestros fundadores y fundadoras han sentido en sí la compasión que embargaba a Jesús al ver a la multitud como ovejas extraviadas, sin pastor. Así como Jesús, movido por esta compasión, ofreció su palabra, curó a los enfermos, dio pan para comer, entregó su propia vida, así también los fundadores se han puesto al servicio de la humanidad allá donde el Espíritu les enviaba, y de las más diversas maneras: la intercesión, la predicación del Evangelio, la catequesis, la educación, el servicio a los pobres, a los enfermos... La fantasía de la caridad no ha conocido límites y ha sido capaz de abrir innumerables sendas para llevar el aliento del Evangelio a las culturas y a los más diversos ámbitos de la sociedad.

El Año de la Vida Consagrada nos interpela sobre la fidelidad a la misión que se nos ha confiado. Nuestros ministerios, nuestras obras, nuestras presencias, ¿responden a lo que el Espíritu ha pedido a nuestros fundadores, son adecuados para abordar su finalidad en la sociedad y en la Iglesia de hoy? ¿Hay algo que hemos de cambiar? ¿Tenemos la misma pasión por nuestro pueblo, somos cercanos a él hasta compartir sus penas y alegrías, así como para comprender verdaderamente sus necesidades y poder ofrecer nuestra contribución para responder a ellas? «La misma generosidad y abnegación que impulsaron a los fundadores – decía san Juan Pablo II – deben moveros a vosotros, sus hijos espirituales, a mantener vivos sus carismas  que, con la misma fuerza del Espíritu que los ha suscitado, siguen enriqueciéndose y adaptándose, sin perder su carácter genuino, para ponerse al servicio de la Iglesia y llevar a plenitud la implantación de su Reino».[1]

Al hacer memoria de los orígenes sale a luz otra dimensión más del proyecto de vida consagrada. Los fundadores y fundadoras estaban fascinados por la unidad de los Doce en torno a Jesús, de la comunión que caracterizaba a la primera comunidad de Jerusalén. Cuando han dado vida a la propia comunidad, todos ellos han pretendido reproducir aquel modelo evangélico, ser un sólo corazón y una sola alma, gozar de la presencia del Señor (cf. Perfectae caritatis, 15).

Vivir el presente con pasión es hacerse «expertos en comunión», «testigos y artífices de aquel “proyecto de comunión” que constituye la cima de la historia del hombre según Dios».[2] En una sociedad del enfrentamiento, de difícil convivencia entre las diferentes culturas, de la prepotencia con los más débiles, de las desigualdades, estamos llamados a ofrecer un modelo concreto de comunidad que, a través del reconocimiento de la dignidad de cada persona y del compartir el don que cada uno lleva consigo, permite vivir en relaciones fraternas.

Sed, pues, mujeres y hombres de comunión, haceos presentes con decisión allí donde hay diferencias y tensiones, y sed un signo creíble de la presencia del Espíritu, que infunde en los corazones la pasión de que todos sean uno (cf. Jn 17,21). Vivid la mística del encuentro: «la capacidad de escuchar, de escuchar a las demás personas. La capacidad de buscar juntos el camino, el método»,[3] dejándoos iluminar por la relación de amor que recorre las tres Personas Divinas (cf. 1 Jn 4,8) como modelo de toda relación interpersonal.

3. Abrazar el futuro con esperanza quiere ser el tercer objetivo de este Año. Conocemos las dificultades que afronta la vida consagrada en sus diversas formas: la disminución de vocaciones y el envejecimiento, sobre todo en el mundo occidental, los problemas económicos como consecuencia de la grave crisis financiera mundial, los retos de la internacionalidad y la globalización, las insidias del relativismo, la marginación y la irrelevancia social... Precisamente en estas incertidumbres, que compartimos con muchos de nuestros contemporáneos, se levanta nuestra esperanza, fruto de la fe en el Señor de la historia, que sigue repitiendo: «No tengas miedo, que yo estoy contigo» (Jr 1,8).

La esperanza de la que hablamos no se basa en los números o en las obras, sino en aquel en quien hemos puesto nuestra confianza (cf. 2 Tm 1,12) y para quien «nada es imposible» (Lc 1,37). Esta es la esperanza que no defrauda y que permitirá a la vida consagrada seguir escribiendo una gran historia en el futuro, al que debemos seguir mirando, conscientes de que hacia él es donde nos conduce el Espíritu Santo para continuar haciendo cosas grandes con nosotros.

No hay que ceder a la tentación de los números y de la eficiencia, y menos aún a la de confiar en las propias fuerzas. Examinad los horizontes de la vida y el momento presente  en vigilante vela. Con Benedicto XVI, repito: «No os unáis a los profetas de desventuras que proclaman el final o el sinsentido de la vida consagrada en la Iglesia de nuestros días; más bien revestíos de Jesucristo y portad las armas de la luz – como exhorta san Pablo (cf. Rm 13,11-14) –, permaneciendo despiertos y vigilantes».[4]  Continuemos y reemprendamos siempre nuestro camino con confianza en el Señor.

Me dirijo sobre todo a vosotros, jóvenes. Sed el presente viviendo activamente en el seno de vuestros Institutos, ofreciendo una contribución determinante con la frescura y la generosidad de vuestra opción. Sois al mismo tiempo el futuro, porque pronto seréis llamados a tomar en vuestras manos la guía de la animación, la formación, el servicio y la misión. Este año tendréis un protagonismo en el diálogo con la generación que os precede. En comunión fraterna, podréis enriqueceros con su experiencia y sabiduría, y al mismo tiempo tendréis ocasión de volver a proponerle los ideales que ha vivido en sus inicios, ofrecer la pujanza y lozanía de vuestro entusiasmo, y así desarrollar juntos nuevos modos de vivir el Evangelio y respuestas cada vez más adecuadas a las exigencias del testimonio y del anuncio.

Me alegra saber que tendréis oportunidades para reuniros entre vosotros, jóvenes de diferentes Institutos. Que el encuentro se haga el camino habitual de la comunión, del apoyo mutuo, de la unidad. 
 
II - Expectativas para el Año de la Vida Consagrada
¿Qué espero en particular de este Año de gracia de la Vida Consagrada?
1. Que sea siempre verdad lo que dije una vez: «Donde hay religiosos hay alegría». Estamos llamados a experimentar y demostrar que Dios es capaz de colmar nuestros corazones y hacernos felices, sin necesidad de buscar nuestra felicidad en otro lado; que la auténtica fraternidad vivida en nuestras comunidades alimenta nuestra alegría; que nuestra entrega total al servicio de la Iglesia, las familias, los jóvenes, los ancianos, los pobres, nos realiza como personas y da plenitud a nuestra vida.

Que entre nosotros no se vean caras tristes, personas descontentas, porque «un seguimiento triste es un triste seguimiento». También nosotros, al igual que todos los otros hombres y mujeres, sentimos las dificultades, las noches del espíritu, la decepción, la enfermedad, la pérdida de fuerzas debido a la vejez. Precisamente en esto deberíamos encontrar la «perfecta alegría», aprender a reconocer el rostro de Cristo, que se hizo en todo semejante a nosotros, y sentir por tanto la alegría de sabernos semejantes a él, que no ha rehusado someterse a la cruz por amor nuestro.

En una sociedad que ostenta el culto a la eficiencia, al estado pletórico de salud, al éxito, y que margina a los pobres y excluye a los «perdedores», podemos testimoniar mediante nuestras vidas la verdad de las palabras de la Escritura: «Cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Co 12,10).

Bien podemos aplicar a la vida consagrada lo que escribí en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, citando una homilía de Benedicto XVI: «La Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción» (n. 14). Sí, la vida consagrada no crece cuando organizamos bellas campañas vocacionales, sino cuando los jóvenes que nos conocen se sienten atraídos por nosotros, cuando nos ven hombres y mujeres felices. Tampoco su eficacia apostólica depende de la eficiencia y el poderío de sus medios. Es vuestra vida la que debe hablar, una vida en la que se trasparenta la alegría y la belleza de vivir el Evangelio y de seguir a Cristo.

Repito a vosotros lo que dije en la última Vigilia de Pentecostés a los Movimientos eclesiales: «El valor de la Iglesia, fundamentalmente, es vivir el Evangelio y dar testimonio de nuestra fe. La Iglesia es la sal de la tierra, es luz del mundo, está llamada a hacer presente en la sociedad la levadura del Reino de Dios y lo hace ante todo con su testimonio, el testimonio del amor fraterno, de la solidaridad, del compartir» (18 mayo 2013).

2. Espero que «despertéis al mundo», porque la nota que caracteriza la vida consagrada es la profecía. Como dije a los Superiores Generales, «la radicalidad evangélica no es sólo de los religiosos: se exige a todos. Pero los religiosos siguen al Señor de manera especial, de modo profético». Esta es la prioridad que ahora se nos pide: «Ser profetas como Jesús ha vivido en esta tierra... Un religioso nunca debe renunciar a la profecía» (29 noviembre 2013).

El profeta recibe de Dios la capacidad de observar la historia en la que vive y de interpretar los acontecimientos: es como un centinela que vigila por la noche y sabe cuándo llega el alba (cf. Is 21,11-12). Conoce a Dios y conoce a los hombres y mujeres, sus hermanos y hermanas. Es capaz de discernir, y también de denunciar el mal del pecado y las injusticias, porque es libre, no debe rendir cuentas a más amos que a Dios, no tiene otros intereses sino los de Dios. El profeta está generalmente de parte de los pobres y los indefensos, porque sabe que Dios mismo está de su parte.

Espero, pues, que mantengáis vivas las «utopías», pero que sepáis crear «otros lugares» donde se viva la lógica evangélica del don, de la fraternidad, de la acogida de la diversidad, del amor mutuo. Los monasterios, comunidades, centros de espiritualidad, «ciudades», escuelas, hospitales, casas de acogida y todos esos lugares que la caridad y la creatividad carismática han fundado, y que fundarán con mayor creatividad aún, deben ser cada vez más la levadura para una sociedad inspirada en el Evangelio, la «ciudad sobre un monte» que habla de la verdad y el poder de las palabras de Jesús.

A veces, como sucedió a Elías y Jonás, se puede tener la tentación de huir, de evitar el cometido del profeta, porque es demasiado exigente, porque se está cansado, decepcionado de los resultados. Pero el profeta sabe que nunca está solo. También a nosotros, como a Jeremías, Dios nos asegura: «No tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» (1,8).

3. Los religiosos y las religiosas, al igual que todas las demás personas consagradas, están llamadas a ser «expertos en comunión». Espero, por tanto, que la «espiritualidad de comunión», indicada por san Juan Pablo II, se haga realidad y que vosotros estéis en primera línea para acoger «el gran desafío que tenemos ante nosotros» en este nuevo milenio: «Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión».[5] Estoy seguro de que este Año trabajaréis con seriedad para que el ideal de fraternidad perseguido por los fundadores y fundadoras crezca en los más diversos niveles, como en círculos concéntricos.

La comunión se practica ante todo en las respectivas comunidades del Instituto. A este respecto, invito a releer mis frecuentes intervenciones en las que no me canso de repetir que la crítica, el chisme, la envidia, los celos, los antagonismos, son actitudes que no tienen derecho a vivir en nuestras casas. Pero, sentada esta premisa, el camino de la caridad que se abre ante nosotros es casi infinito, pues se trata de buscar la acogida y la atención recíproca, de practicar la comunión de bienes materiales y espirituales, la corrección fraterna, el respeto para con los más débiles... Es «la mística de vivir juntos» que hace de nuestra vida «una santa peregrinación».[6] También debemos preguntarnos sobre la relación entre personas de diferentes culturas, teniendo en cuenta que nuestras comunidades se hacen cada vez más internacionales. ¿Cómo permitir a cada uno expresarse, ser aceptado con sus dones específicos, ser plenamente corresponsable?

También espero que crezca la comunión entre los miembros de los distintos Institutos. ¿No podría ser este Año la ocasión para salir con más valor de los confines del propio Instituto para desarrollar juntos, en el ámbito local y global, proyectos comunes de formación, evangelización, intervenciones sociales? Así se podrá ofrecer más eficazmente un auténtico testimonio profético. La comunión y el encuentro entre diferentes carismas y vocaciones es un camino de esperanza. Nadie construye el futuro aislándose, ni sólo con sus propias fuerzas, sino reconociéndose en la verdad de una comunión que siempre se abre al encuentro, al diálogo, a la escucha, a la ayuda mutua, y nos preserva de la enfermedad de la autoreferencialidad.

Al mismo tiempo, la vida consagrada está llamada a buscar una sincera sinergia entre todas las vocaciones en la Iglesia, comenzando por los presbíteros y los laicos, así como a «fomentar la espiritualidad de la comunión, ante todo en su interior y, además, en la comunidad eclesial misma y más allá aún de sus confines».[7]

4. Espero de vosotros, además, lo que pido a todos los miembros de la Iglesia: salir de sí mismos para ir a las periferias existenciales. «Id al mundo entero», fue la última palabra que Jesús dirigió a los suyos, y que sigue dirigiéndonos hoy a todos nosotros (cf. Mc 16,15). Hay toda una humanidad que espera: personas que han perdido toda esperanza, familias en dificultad, niños abandonados, jóvenes sin futuro alguno, enfermos y ancianos abandonados, ricos hartos de bienes y con el corazón vacío, hombres y mujeres en busca del sentido de la vida, sedientos de lo divino...

No os repleguéis en vosotros mismos, no dejéis que las pequeñas peleas de casa os asfixien, no quedéis prisioneros de vuestros problemas. Estos se resolverán si vais fuera a ayudar a otros a resolver sus problemas y anunciar la Buena Nueva. Encontraréis la vida dando la vida, la esperanza dando esperanza, el amor amando.

Espero de vosotros gestos concretos de acogida a los refugiados, de cercanía a los pobres, de creatividad en la catequesis, en el anuncio del Evangelio, en la iniciación a la vida de oración. Por tanto, espero que se aligeren las estructuras, se reutilicen las grandes casas en favor de obras más acordes a las necesidades actuales de evangelización y de caridad, se adapten las obras a las nuevas necesidades.

5. Espero que toda forma de vida consagrada se pregunte sobre lo que Dios y la humanidad de hoy piden.

Los monasterios y los grupos de orientación contemplativa podrían reunirse entre sí, o estar en contacto de algún modo, para intercambiar experiencias sobre la vida de oración, sobre el modo de crecer en la comunión con toda la Iglesia, sobre cómo apoyar a los cristianos perseguidos, sobre la forma de acoger y acompañar a los que están en busca de una vida espiritual más intensa o tienen necesidad de apoyo moral o material.

Lo mismo pueden hacer los Institutos dedicados a la caridad, a la enseñanza, a la promoción de la cultura, los que se lanzan al anuncio del Evangelio o desarrollan determinados ministerios pastorales, los Institutos seculares en su presencia capilar en las estructuras sociales. La fantasía del Espíritu ha creado formas de vida y obras tan diferentes, que no podemos fácilmente catalogarlas o encajarlas en esquemas prefabricados. No me es posible, pues, referirme a cada una de las formas carismáticas en particular. No obstante, nadie debería eludir este Año una verificación seria sobre su presencia en la vida de la Iglesia y su manera de responder a los continuos y nuevos interrogantes que se suscitan en nuestro alrededor, al grito de los pobres.

Sólo con esta atención a las necesidades del mundo y con la docilidad al Espíritu, este Año de la Vida Consagrada se transformará en un auténtico kairòs, un tiempo de Dios lleno de gracia y de transformación. 
 
III - Horizontes del Año de la Vida Consagrada

1. Con esta carta me dirijo, además de a las personas consagradas, a los laicos que comparten con ellas ideales, espíritu y misión. Algunos Institutos religiosos tienen una larga tradición en este sentido, otros tienen una experiencia más reciente. En efecto, alrededor de cada familia religiosa, y también de las Sociedades de vida apostólica y de los mismos Institutos seculares, existe una familia más grande, la «familia carismática», que comprende varios Institutos que se reconocen en el mismo carisma, y sobre todo cristianos laicos que se sienten llamados, precisamente en su condición laical, a participar en el mismo espíritu carismático.

También os animo a vosotros, fieles laicos, a vivir este Año de la Vida Consagrada como una gracia que os puede hacer más conscientes del don recibido. Celebradlo con toda la «familia» para crecer y responder a las llamadas del Espíritu en la sociedad actual. En algunas ocasiones, cuando los consagrados de diversos Institutos se reúnan entre ellos este Año, procurad estar presentes también vosotros, como expresión del único don de Dios, con el fin de conocer las experiencias de otras familias carismáticas, de los otros grupos laicos y enriqueceros y ayudaros recíprocamente.

2. El Año de la Vida Consagrada no sólo afecta a las personas consagradas, sino a toda la Iglesia. Me dirijo, pues, a todo el pueblo cristiano, para que tome conciencia cada vez más del don de tantos consagrados y consagradas, herederos de grandes santos que han fraguado la historia del cristianismo. ¿Qué sería la Iglesia sin san Benito y san Basilio, san Agustín y san Bernardo, san Francisco y santo Domingo, sin san Ignacio de Loyola y santa Teresa de Ávila, santa Ángela Merici y san Vicente de Paúl? La lista sería casi infinita, hasta san Juan Bosco, la beata Teresa de Calcuta. El beato Pablo VI decía: «Sin este signo concreto, la caridad que anima la Iglesia entera correría el riesgo de enfriarse, la paradoja salvífica del Evangelio de perder garra, la “sal” de la fe de disolverse en un mundo de secularización» (Evangelica testificatio, 3).

Invito por tanto a todas las comunidades cristianas a vivir este Año, ante todo dando gracias al Señor y haciendo memoria reconocida de los dones recibidos, y que todavía recibimos, a través de la santidad de los fundadores y fundadoras, y de la fidelidad de tantos consagrados al propio carisma. Invito a todos a unirse en torno  a las personas consagradas, a alegrarse con ellas, a compartir sus dificultades, a colaborar con ellas en la medida de lo posible, para la realización de su ministerio y sus obras, que son también las de toda la Iglesia. Hacedles sentir el afecto y el calor de todo el pueblo cristiano.

Bendigo al Señor por la feliz coincidencia del Año de la Vida Consagrada con el Sínodo sobre la familia. Familia y vida consagrada son vocaciones portadoras de riqueza y gracia para todos, ámbitos de humanización en la construcción de relaciones vitales, lugares de evangelización. Se pueden ayudar unos a otros.

3. Con esta carta me atrevo a dirigirme también a las personas consagradas y a los miembros de las fraternidades y comunidades pertenecientes a Iglesias de tradición diferente a la católica. El monacato es un patrimonio de la Iglesia indivisa, todavía muy vivo tanto en las Iglesias ortodoxas como en la Iglesia Católica. En él, como otras experiencias posteriores al tiempo en el que la Iglesia de Occidente todavía estaba unida, se han inspirado iniciativas análogas surgidas en el ámbito de las Comunidades eclesiales de la Reforma, que luego han continuado a generar en su seno otras expresiones de comunidades fraternas y de servicio.

La Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica ha programado iniciativas para propiciar encuentros entre miembros pertenecientes a experiencias de la vida consagrada y fraterna de las diversas Iglesias. Aliento vivamente estas reuniones, para que crezca el conocimiento recíproco, la estima, la mutua colaboración, de manera que el ecumenismo de la vida consagrada sea una ayuda en el proyecto más amplio hacia la unidad entre todas las Iglesias.

4. Tampoco podemos olvidar que el fenómeno de la vida monástica y de otras expresiones de fraternidad religiosa existe también en todas las grandes religiones. No faltan experiencias, también consolidadas, de diálogo inter-monástico entre la Iglesia Católica y algunas de las grandes tradiciones religiosas. Espero que el Año de la Vida Consagrada sea la ocasión para evaluar el camino recorrido, para sensibilizar a las personas consagradas en este campo, para preguntarnos sobre nuevos pasos a dar hacia una recíproca comprensión cada vez más profunda y para una colaboración en muchos ámbitos comunes de servicio a la vida humana.
Caminar juntos es siempre un enriquecimiento, y puede abrir nuevas vías a las relaciones entre pueblos y culturas, que en este período aparecen plagadas de dificultades.

5. Por último, me dirijo a mis hermanos en el episcopado. Que este  Año sea una oportunidad para acoger cordialmente y con alegría la vida consagrada como un capital espiritual para el bien de todo el Cuerpo de Cristo (cf. Lumen gentium, 43), y no sólo de las familias religiosas. «La vida consagrada es un don para la Iglesia, nace en la Iglesia, crece en la Iglesia, está totalmente orientada a la Iglesia».[8] De aquí que, como don a la Iglesia, no es una realidad aislada o marginal, sino que pertenece íntimamente a ella, está en el corazón de la Iglesia como elemento decisivo de su misión, en cuanto expresa la naturaleza íntima de la vocación cristiana y la tensión de toda la Iglesia Esposa hacia la unión con el único Esposo; por tanto, «pertenece sin discusión a su vida y a su santidad» (ibíd., 44).

En este contexto, invito a los Pastores de las Iglesias particulares a una solicitud especial para promover en sus comunidades los distintos carismas, sean históricos, sean carismas nuevos, sosteniendo, animando, ayudando en el discernimiento, haciéndose cercanos con ternura y amor a las situaciones de dolor y debilidad en las que puedan encontrarse algunos consagrados y, en especial, iluminando con su enseñanza al Pueblo de Dios el valor de la vida consagrada,  para hacer brillar su belleza y santidad en la Iglesia.

Encomiendo a María, la Virgen de la escucha y la contemplación, la primera discípula de su amado Hijo, este Año de la Vida Consagrada. A ella, hija predilecta del Padre y revestida de todos los dones de la gracia, nos dirigimos como modelo incomparable de seguimiento en el amor a Dios y en el servicio al prójimo.

Agradecido desde ahora con todos vosotros por los dones de gracia y de luz con los que el Señor nos quiera enriquecer, acompaño a todos con la Bendición Apostólica.
Vaticano, 21 de noviembre 2014, fiesta de la Presentación de la Santísima Virgen María.
 
Francisco 

 


[1] Carta ap. Los caminos del Evangelio, a los religiosos y religiosas de América Latina con motivo del V centenario de la evangelización del Nuevo Mundo (29 junio 1990), 26. [2] Sagrada Congregación para los Religiosos y los Institutos Seculares, Religiosos y promoción humana (12 agosto 1980), 24: L’Osservatore Romano, ed. en lengua española, 14 diciembre 1980, p. 16.
[3] A los estudiantes de los colegios pontificios y residencias sacerdotales de Roma, 12  mayo 2014.
[4] Homilía en la fiesta de la Presentación del Señor, 2 febrero 2013.
[5] Carta ap. Novo millennio ineunte, 6 enero 2001, 43
[6] Exhort. ap. Evangelii gaudium, 24 noviembre 2013, 87.
[7] Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal. Vita consecrata, 25 marzo 1996,51.
[8] J. M. Bergoglio, Intervención en el Sínodo sobre la vida consagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo, XVI Congregación general, 13 octubre 1994.
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_letters/documents/papa-francesco_lettera-ap_20141121_lettera-consacrati.HTML


Dice muy bien el papa francisco:

"No hay que ceder a la tentación de los números y de la eficiencia, y menos aún a la de confiar en las propias fuerzas."
 
Algunos eclesiásticos han caído en la trampa de la planificación y el mercado, aplicando a la iglesia católica las formas del sistema, sobre todo en la organización de ministerios. Tanta inversión en seminarios, con tales vocaciones y tantos resultados. Por suerte, la fascinación del mercado ha quebrado. Dicen que se ha invertido mucho y parece que no se ha recogido nada. Se han creado instituciones grandes de acción y educación, de misiones y servicios sociales (seminarios y universidades, colegios y hospitales), para descubrir, al final, que quiebran en plano de mercado o que acaban empleando los medios normales del sistema, dejando así de ser cristianas, es decir, gratuitas, gozosas, personales.
Planificar las experiencias eclesiales en forma de mercado, buscando rentabilidad  programada y dejando su gestión para una instancia superior, de ministros especializados que actúan como administradores políticos o sociales del sistema, sería como pedir que otros nos sustituyan en el amor del matrimonio o en la vida familiar de comunión y amistad. Los ciudadanos pueden delegar el uso del dinero o las funciones de administración en manos de gestores apropiados de la sociedad (del sistema). Pero la iglesia católica no es sociedad, sino comunión de personas; por eso, ella no puede delegar en nadie la función de sus asuntos (oración y comunión de la fe, encuentro personal y fiesta), sino que son los mismos cristianos quienes deben cultivar la fe y el amor de un modo autogestionario, desde la raíz del evangelio.
 
El sistema deja en manos de funcionarios o expertos la solución de muchos temas, para bien del conjunto. La iglesia, en cambio, no es una delegación social para servicios religiosos, conforme a la demanda de sus fieles o clientes, pues en ella nadie, sino que todos son igualmente fieles (= creyentes) y libres, de forma que pueden compartir libremente la fe y comunicarse en gratuidad.

Sobre los monasterios dice los siguiente:

"Los monasterios y los grupos de orientación contemplativa podrían reunirse entre sí, o estar en contacto de algún modo, para intercambiar experiencias sobre la vida de oración, sobre el modo de crecer en la comunión con toda la Iglesia, sobre cómo apoyar a los cristianos perseguidos, sobre la forma de acoger y acompañar a los que están en busca de una vida espiritual más intensa o tienen necesidad de apoyo moral o material."


Los monasterios han sido y siguen siendo, en el corazón de la Iglesia y del mundo, un signo elocuente de comunión, un lugar acogedor para quienes buscan a Dios y las cosas del espíritu, escuelas de fe, de liturgia, y verdaderos laboratorios de estudio, de diálogo y de cultura para la edificación de la vida eclesial y de la misma ciudad terrena, en espera de aquella celestial (cf. Vita Consecrata, Nº 6). 

  Quienes conocemos la tradición monástica de la Iglesia Católica sabemos que los monasterios son una realidad que señala hacia donde debe caminar el ser humano, particularmente en los tiempo de crisis, para darle razón de ser y sentido a su historia desde Jesucristo, Camino, Verdad y Vida.

La “meditación cristiana” está arraigada en la fe en Cristo: es absolutamente cristocéntrica y quienes meditamos es porque creemos que Cristo Resucitado está verdaderamente vivo y presente entre nosotros y también en lo profundo de nuestro corazón. se trata de abrir camino a una posible “experiencia” de Dios en el corazón, que sea vital y “transformadora” de la vida del creyente.

Los “frutos” del silencio interior se van palpando en la vida cotidiana. Primero, cuando los otros advierten de nuestros insólitos “cambios” y un buen día nos sorprenden con  exclamaciones como estas : “¿Qué te está pasando que estás más tranquil@?”, “¡Se te ve distint@, sonríes más!”, o “¡Increíble! ¿Es que ahora no respondes a esa agresión…?”, etc. Y estos “frutos” espirituales de los que tan bien nos habla San Pablo en Gálatas 5, se van volcando en las comunidades, las que necesariamente se vuelven más evangélicas, solidarias y fraternas.