sábado, 24 de marzo de 2018

¿ El ateismo de Pedro Sanchez es una experiencia cristiana de Dios?


He visto unas declaraciones de Pedro Sánchez en donde dice ser ateo y me pregunto:
¿Es el ateísmo de Pedro Sánchez una experiencia cristiana de Dios.?

 

El verdadero ateo no es el hombre que niega a Dios, al sujeto, sino el hombre para el cual los atributos de la divinidad, tales como el amor, la sabiduría y la justicia, no son nada. Y la negación del sujeto no implica, n mucho menos, la negación de los atributos. El sujeto divino carece de personalidad auténtica. Su existencia es meramente sugerida por el fetichismo psicológico de las ideas, que en el plano intelectual reproducen la proyección animista de los instintos infantiles. “Dios se convierte entonces en el lugar geométrico de todas las ideas, y tanto más cuanto más generales sean estas. El hombre que aún no ha descubierto a Dios, tiene en el prójimo la norma axiológica más exigente  de su comportamiento humano. Pero en su profundidad esta exigencia es la expresión de la inclinación constitutiva del hombre hacia el Tú absoluto. Cristo es la revelación personal de Dios. Quien cree en él, no puede prescindir de El en su entrega al prójimo. No es que la fe sustituya al prójimo por Cristo, sino que hace vivir la entrega al prójimo  en la profundidad y ultimidad sobrenaturales, como la vivió Cristo. El que cree ha de amar exigitivamente como Cristo nos amó. El amor radical y absoluto a Cristo exige a veces la renuncia dolorosa al prójimo más próximo (Mt 10:37). Pero tal renuncia no es desprecio, mucho menos negación, sino la manera originalísima e inefable de entregarse a él misterioso amor de Cristo, que resulta una paradoja de dolor y de escándalo para la mera razón.
Los atributos divinos son propiamente las cualidades y categorías de la naturaleza, separadas de ésta por la reflexión abstractiva del hombre y personificados por mera instancia psicológica. “Dios se convierte en la imagen invertida de la naturaleza”.  La realidad de Dios es la misma naturaleza idealizada. O bajo otro aspecto, pero en el mismo sentido. Los atributos divinos prexisten en el hombre. Dios es “la esencia personificada de la especie humana”
El diagnostico de san Agustín es perennemente válido. “El fin que nos proponemos es muy elevado: es Dios a quien buscamos; es Dios a quien queremos alcanzar; el en quien está nuestra felicidad. No podemos llegar a este fin sublime, sino por la humildad”.
Santa Teresa explica “que es porque Dios es la suma verdad, y la humildad es andar en verdad”. Por la humildad llega el hombre hasta el fondo de su ser, en el que percibe la presencia vital de Dios, y comprende en su auténtico sentido que la verdad plena del hombre es su grandeza deifica.
El amor es la consumación expansiva de la apertura de la humildad hacia el ser absoluto, con quien la verdad y el bien se identifican. En esta identificación, Dios es aprehendido como vida. “El que ama conoce a Dios porque Dios es amor. ( 1 Jn 4, 7-8) Creado a imagen y semejanza de Dios el hombre es también imagen viviente, y en el amor encuentra la plenitud de su vida.
Cuando el ateo se compromete seria y profundamente en la vida humana, es inevitable que toda su inquietud sea una intensa “agonía” religiosa. La afirmación de Unamuno resulta entonces paradójicamente cierta: Los verdaderos ateos están locamente enamorados de Dios”
El ateísmo contemporáneo no provoca una réplica de polémica, sino que exige una respuesta de testimonio. Pero este testimonio sólo puede darse plenamente mediante una fe y una vida adulta. El rehusamiento de Dios en el ateísmo contemporáneo, oculta un deseo agónico de conocerle en su realidad personal, sin imágenes y figuras que idolatran su rostro.

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