•“Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”
Cuando llegue el momento en que nos presentemos delante de Dios, sabremos con toda certeza que:
La justicia de Dios no tiene comparación con la de los hombres
•“Delante de Jehová que vino; porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad” (Salmos 96:13) •“El juzgará a tu pueblo con justicia, y a tus afligidos con juicio” (Salmos 72:2) •“Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos” (Salmos 103:17)
Las características de nuestras vidas ponen aún más en evidencia Su Carácter y su manera de juzgar
•“Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre) De ninguna manera; de otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo?...” (Romanos 3:5-8) •"Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus iniquidades" (Hebreos 8:12)
Sin embargo, y a pesar de sus falencias, debemos colocarnos bajo la justicia humana, obedeciendo así a Dios mismo:
•“Por causa del Señor, someteos a toda institución humana, ya sea al rey como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios...” (1 Pedro 2:13-15)
Recordemos: Aún cuando pudiéramos eludir la justicia humana, jamás lo lograríamos con la justicia divina.
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