jueves, 17 de noviembre de 2011

El Obispo de Bilabao y Torres Queiruga





Antes de que el anticristo sea revelado, habrá un misterio de impiedad funcionando. El que va a venir aparecerá después de una furiosa actividad de apostasía. Satanás y todos los poderes de las tinieblas estarán preparando el escenario – destruyendo la fe de muchos. Debido al desenfreno en el pecado, el amor de mucha gente de Dios se enfriará. Habrá creyentes náufragos por todos lados.

¡La mayor preocupación de Dios no es donde están cayendo los cristianos, sino de donde están cayendo! Hay multitud de cristianos, incluyendo sacerdotes y religiosos¡qué están perdiendo la fe y la confianza en el poder del nombre de Jesús!


¡Moisés profetizó que esto mismo ocurriría en los últimos días! Él predijo acerca de la gran apostasía del pueblo de Dios. “Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti. “Porque yo conozco tu rebelión y tu dura cerviz; he aquí que aún viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto? “Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal ante los ojos de Jehová, enojándole con la obra de vuestras manos” (Deut. 31:26, 27, 29). Él advirtió: “Ustedes se apartaran – el mal caerá sobre ustedes en los últimos días. Moisés profetizó: “Porque yo les introduciré en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel; y comerán y se saciarán y engordarán y se volverán a dioses ajenos y les servirán y me enojarán e invalidarán mi pacto” (Deut. 31:20).


“Porque así dijo Jehová, el Señor, el Santo de Israel: En la conversión y en el reposo seréis salvos; en la quietud y en confianza estará vuestra fortaleza. Pero no quisisteis, … sino que dijisteis: No,…” (Is. 30:15, 16). El mensaje de Dios a la iglesia ahora es este: “Tu última esperanza, la única fuerza que te queda, es volver a mi con todo tu corazón; arrepiéntete – ¡confía en mi solamente! ¡Vuélvete de Egipto, del mundo!

Isaías predice un derrumbe repentino de aquellos individuos y ministerios quienes rechazan el mensaje de arrepentimiento. “Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra y confiasteis en la violencia y en la iniquidad, y en ellas os habéis apoyado, por eso, este pecado os será como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene de pronto, repentinamente. Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; …” (Is. 30:12-14).


¡Créeme, todo se quebrara! ¿Está mintiendo Isaías? Escúchalo: “Porque rechazaste esta palabra de santidad, arrepentimiento y avisos proféticas, tus muros altas desarrollaran un bulto; caerá de repente – ¡todo estará hecho y terminado en un momento!” . ¿Quién puede creerlo?

Los teólogos apóstatas y sus ovejas indefensas temblaran en vergüenza y terror! “Un millar huirá ante la amenaza de uno; ante la amenaza de cinco, huiréis vosotros todos, hasta que quedéis como un mástil en la cumbre de un monte y como una bandera sobre una colina.” (Is. 30:17).
Esto significa que el temor los abrumara. Ellos correrán de un lado a otro, sin lugar de escondite, sin descanso, sin confianza en quietud, sin fuerza interior – ¡aterrorizados! ¡Ellos se convertirán en una sombra de lo que una vez fueron! ¡El reino del yo, de orgullo, de ambición, se viene abajo! Las advertencias de Isaías no serán escuchadas – mis advertencias serán mofadas.

Dijo San Hipólito Mártir que los mártires de los últimos tiempos serán mayores que los mártires primeros, porque éstos lucharon con los Césares, mas los venideros habrán de luchar contra Satán. Y también lo repitió San Agustín añadiendo que lso mártires postrimeros ni siquierea serán reconocidos como mártires; algo que no deja de darse un poco hoy en día.

Estamos viendo que en la vida de la Iglesia se van dando una serie de herejías cada vez más grandes y dañinas hasta que lleguemos a una herejía o apostasía universal.

Se va abriendo camino para los Reyes del Oriente, que esta vez no son los Reyes Magos. Se seca el simbólico Eufrates: Europa Apóstará amenazada por la barbarie.

Sobre Torres Queiruga todavía no pesa ninguna nota doctrinal de la CEE ni de Roma. Pero esa es una situación que puede y debe cambiar en cualquier momento. Sin embargo, nadie duda que Queiruga, como poco, es un teólogo controvertido. Mons. Iceta es consciente de ello y eso es, por sí solo, motivo más que suficiente para no admitirle como ponente en el IDTP. De hecho, si don Mario ha leído libros del teólogo gallego, no necesita ninguna nota de Añastro para hacerse un juicio la ortodoxia o heterodoxia de Queiruga. Él, como obispo, tiene la autoridad e incluso el deber de juzgar magisterialmente la obra de cualquier teólogo que vaya a dar clase en su diócesis. Y si alguien tiene alguna duda sobre su juicio, que apele a Roma.


Al parecer el obispo no ha censurado completamente a Queiruga. No se opone, por ejemplo, a que participe en una mesa de debate con otros teólogos sobre la temática que se crea oportuna. Pero lógicamente, en dicha mesa deberían de estar teólogos sobre cuya ortodoxia no haya el más mínimo asomo de duda. Así estaría asegurada la defensa de la fe católica desde la fidelidad plena al Magisterio. El obispo no se opone al debate teológico -donde pueden estar presentes incluso miembros de otras comuniones eclesiales no católicas- y sí a que el IDTP sea instrumento de difusión de una forma de hacer teología que, según su parecer, no es conforme al magisterio.

El problema es que Queiruga, aunque ya no da clases de teología en un centro católico, sigue enseñando sus teorías contrarias a la doctrina de la Iglesia por todo Galicia, prueba de ello es que hace pocos días hicieron pleno en el Foro Encrucillada llenando el auditorio de Galicia en Santiago, que tiene una capacidad de unas 600 personas, sin que su arzobispo mueva un solo dedo para evitarlo. Cuando se hizo público la posibilidad de que la comisión episcopal para la doctrina de la CEE sacara una nota sobre la teología de Queiruga, asomaron curas, religiosos y teólogos apoyándole y diciendo que era poco menos que su San Atanasio. Y su arzobispo, silente. Silencio, más silencio y… más silencio. La herejía avanza, se encarna en sectores de la iglesia gallega y la española… y silencio.

¿Cuál era la señal de la gente apóstata? Ellos no anhelan al Señor; sino que anhelaban tras Egipto, el mundo, la carne y lo mundano. ¡Esta es la triste carencia de la iglesia de hoy! Hay muy poco de este profundo deseo por Cristo. Muy poco de estar encerrado con él, deseándolo a él como la plenitud de vida. Los teólogos de la liberación como Queiruga se preocupan de los desamparados y de las necesidades humanas. ¡Pero muy pocos que pasen sus días anhelándolo a él! Dios dijo: “Mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días” (Jer. 2:32).

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