Suscribo las palabras de Luis Fernando en Infocatólia:
"El coordinador de Atrio, que es uno de los portales de referencia del progresismo eclesial (negritas mías):
Y estos han aprobado y publicado ayer una Notificación muy dura, diciendo que en los libros recientes de Torres Queiruga se contienen afirmaciones que no concuerdan con la lo que sobre la fe de la Iglesia dicen El catecismo de la Iglesia Católica, algunas declaraciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe (sobre todo la Dominus Iesus) y otras de Juan Pablo II o de la Conferencia Episcopal Española (sobre todo la desdichada Teología y Secularización en España). Eso ya lo sabíamos. ¡Pero no se atreven a declararlo hereje, por más que les gustaría!
"El coordinador de Atrio, que es uno de los portales de referencia del progresismo eclesial (negritas mías):
Y estos han aprobado y publicado ayer una Notificación muy dura, diciendo que en los libros recientes de Torres Queiruga se contienen afirmaciones que no concuerdan con la lo que sobre la fe de la Iglesia dicen El catecismo de la Iglesia Católica, algunas declaraciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe (sobre todo la Dominus Iesus) y otras de Juan Pablo II o de la Conferencia Episcopal Española (sobre todo la desdichada Teología y Secularización en España). Eso ya lo sabíamos. ¡Pero no se atreven a declararlo hereje, por más que les gustaría!
“si la teología de Torres Queiruga fuera catolicismo, yo tendría que preguntarme si en verdad soy católico. Lo que yo creo sobre la Revelación, sobre la gracia, sobre los milagros, sobre la condición salvadora de Cristo, sobre su resurrección y sobre la comunión de los santos, no tiene, ni por asomo, nada que ver con lo que cree Torres Queiruga. Por tanto, o él -y todos los que apoyan su teología- es católico y yo no lo soy, o yo -y todos los que apoyamos la nota de la CEE- lo soy y él no lo es.
El silencio es complicidad con el mal. Si calláis, teólogos ortodoxos, seréis cómplices. Ya muchos de vosotros lo habéis sido durante todo el tiempo en que apenas habéis plantado cara a los errores que han destruido la fe de una gran parte del pueblo de Dios. Va siendo hora de que demostréis un poco más de valentía, de que seáis mártires -testigos- de la verdad, de que pongáis a trabajar los talentos que el Señor os ha regalado y “contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3). Si no, ya sabéis lo que os ocurrirá cuando os toque rendir cuentas ante el Señor.”
Queiruga ha llegando a la audacia de decir que él sería feliz el día que se encontrase el Cuerpo de Nuestro Señor JESUCRISTO: Yo no sé si será consciente de que con tal afirmación está materialmente en situación material ya no sólo de herejía, sino ya de Apostasía con respecto a lo que la Iglesia de Cristo ha creído unánimemente desde la época apostólica. Su pensamiento es lo más alejado a San Irenneo o a San Hipólito que he visto en mi vida. De hecho, está más cercano al pensamiento de algunos grupos heréticos gnósticos que al Católico y Patrístico. De hecho, es igual al del Evangelio gnóstico de Judas-que es muy diferente al docetismo de Marción, Valentín, los Maniqueos y otros gnósticos (hay muchos docetismos, como afirma el Padre Antonio Orbe) o al de los Testigos de Jehová. El cuerpo del Señor fue una simple vestidura que en la Resurrección no tuno ningún papel-lo que diferencia a los Testigos de Jehová y a Queiruga de los los diferntes grupos gnósticos (cainitas.Evangelio en copto de Judas-, Carpócrates, Cerinto, barbelognósticos, setianos, ofitas, naasenos, Basílides, Valentinianos, Bardesanes-véase cualquier manual de Patrística o Biblioteca Gnóstica de Nag Hammadi, Trotta-, así como los Maniqueos, es que aceptan el Antiguo Testamento. Con todo esto, ataca el corazón de la FE, su auténtica esencia (la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo), por lo que no podría considerarse jamás como un teólogo católico con semejantes ideas, a pesar de que se retracase de las mismas. No condeno su obra en bloque. Reconozco que hay cosas valiosa en ella, pero con este libro ha pasado la barrera del Cristianismo para situarse en otro nivel religioso-es algo en lo que debería pensar nuestro autor. Esto no es un ataque personal.
Jesús nos advirtió que vendrían “falsos Cristos y falsos profetas” e intentarían engañar aún a los elegidos (Mateo 24:23-27; ver también 2 Pedro 3:3 y Judas 17-18). La mejor defensa que puedes tener contra la falsedad y los falsos maestros es – conocer la verdad. Para descubrir lo falso, estudia lo verdadero. Cualquier creyente “… que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15), y que hace un cuidadoso estudio de la Biblia, puede identificar la falsa doctrina. Por ejemplo, un creyente que ha leído las actividades del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en Mateo 3:16-17 cuestionará inmediatamente cualquier doctrina erronea. Por lo tanto, el “paso uno” es estudiar la Biblia y juzgar toda enseñanza bajo la luz de lo que dice la Escritura.
Miriam se rebela y como resultado de su pecado, contrae la lepra. La queja de Miriam se parece mucho a los sentimientos que expresan muchos cristianos de hoy día que ponen en duda la autoridad de la jerarquía eclesiástica. Como ya sabemos, la Biblia se refiere al "reino" de Dios y no al "comité" de Dios o la "cooperativa" de Dios.
Miriam se rebela y como resultado de su pecado, contrae la lepra. La queja de Miriam se parece mucho a los sentimientos que expresan muchos cristianos de hoy día que ponen en duda la autoridad de la jerarquía eclesiástica. Como ya sabemos, la Biblia se refiere al "reino" de Dios y no al "comité" de Dios o la "cooperativa" de Dios.
Números 16, 1-35 — Coré, hijo de Yishar, hijo de Quehat, hijo de Leví, Datán y Abirón, hijos de Eliab y On, hijo de Pélet, hijos de Rubén, se enorgullecieron y se alzaron contra Moisés junto con doscientos cincuenta israelitas, principales de la comunidad, distinguidos en la asamblea, personajes famosos. Se amotinaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: "Esto ya pasa de la raya. Toda la comunidad entera, todos ellos están consagrados y Yahvé está en medio de ellos. ¿Por qué, pues, os encumbráis por encima de la asamblea de Yahvé?" Lo oyó Moisés y cayó rostro en tierra. Dijo luego a Coré y a toda su cuadrilla: "Mañana por la mañana hará saber Yahvé quién es el suyo, quién es el consagrado y le dejará acercarse. Al que Yahvé haya elegido le dejará acercarse. Mirad, pues, lo que habéis de hacer: Tomad los incensarios de Coré y de toda su cuadrilla, ponedles fuego y mañana les echaréis incienso ante Yahvé. Aquel a quien elija Yahvé, será el consagrado; ¡esto ya pasa de la raya, hijos de Leví!" Dijo Moisés a Coré: "Oídme, hijos de Leví. ¿Os parece poco que el Dios de Israel os haya apartado de la comunidad de Israel para ponerlos junto a sí, prestar el servicio a la Morada de Yahvé y estar al frente de la comunidad atendiendo al culto en lugar de ella? Te ha puesto junto a sí, a ti y a todos tus hermanos, los hijos de Leví y ¡todavía se os ha antojado el sacerdocio! Por eso, contra Yahvé os habéis amotinado, tú y toda tu cuadrilla; porque ¿quién es Aarón, para que murmuréis contra él?" Mandó Moisés llamar a Datán y Abirón, hijos de Eliab. Pero ellos respondieron: "No queremos ir. ¿Te parece poco habernos sacado de una tierra que mana leche y miel para hacernos morir en el desierto, que todavía te eriges como príncipe sobre nosotros? No nos has traído a ningún país que mana leche y miel, ni nos has dado una herencia de campos y vergeles. ¿Pretendes cegar los ojos de estos hombres? ¡No iremos!" Moisés se enojó mucho y dijo a Yahvé: "No mires a su oblación. Yo no les he quitado ni un solo asno, ni le he hecho mal a ninguno de ellos." Dijo Moisés a Coré: "Tú y toda tu cuadrilla presentaos mañana delante de Yahvé: tú, ellos y Aarón. Que tome cada uno su incensario, le ponga incienso y lo presente delante de Yahvé; cada uno su incensario: doscientos cincuenta incensarios en total. Tú también y Aarón, presentad cada uno vuestro incensario." Tomaron cada uno su incensario, le pusieron fuego, le echaron incienso y se presentaron a la entrada de la Tienda del Encuentro, lo mismo que Moisés y Aarón. Coré convocó ante éstos a toda la comunidad a la puerta de la Tienda del Encuentro y se apareció la gloria de Yahvé a toda la comunidad. Habló Yahvé a Moisés y Aarón y les dijo: "Apartaos de esa comunidad, que los voy a devorar en un instante." Ellos cayeron rostro en tierra y clamaron: "Oh Dios, Dios de los espíritus de toda carne: un solo hombre ha pecado, ¿y te enojas con toda la comunidad?" Respondió Yahvé a Moisés: "Habla a esa comunidad y diles: Alejaos de los alrededores de la morada de Coré." Se levantó Moisés y fue donde Datán y Abirón; los ancianos de Israel le siguieron. Y habló a la comunidad diciendo: "Apartaos, por favor, de las tiendas de estos hombres malvados y no toquéis nada de cuanto les pertenece, no sea que perezcáis por todos sus pecados." Ellos se apartaron de los alrededores de la morada de Coré. Datán y Abirón habían salido y estaban a la puerta de sus tiendas, con sus mujeres, hijos y pequeñuelos. Moisés dijo: "En esto conoceréis que Yahvé me ha enviado para hacer todas estas obras y que no es ocurrencia mía: si mueren estos hombres como muere cualquier mortal, alcanzados por la sentencia común a todo hombre, es que Yahvé no me ha enviado. Pero si Yahvé obra algo portentoso, si la tierra abre su boca y los traga con todo lo que les pertenece y bajan vivos al seol, sabréis que esos hombres han rechazado a Yahvé. Y sucedió que, nada más terminar de decir estas palabras, se abrió el suelo debajo de ellos; la tierra abrió su boca y se los tragó, con todas sus familias, así como a todos los hombres de Coré, con todos sus bienes. Bajaron vivos al seol con todo lo que tenían. Los cubrió la tierra y desaparecieron de la asamblea. A sus gritos huyeron todos los israelitas que estaban a su alrededor, pues se decían: "No vaya a tragarnos la tierra." Brotó fuego de Yahvé, que devoró a los doscientos cincuenta hombres que habían ofrecido el incienso.
El antiguo relato de la rebelión de Koré contiene estos mismos lemas que bien coinciden con los lemas de los reformadores del siglo XVI.
Romanos 10, 3 — Pues desconociendo la justicia de Dios y empeñándose en establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios.
La sumisión a la autoridad de Dios y a las autoridades que Dios ha puesto en la tierra es una de las claves para una sana vida espiritual. Las personas que tratan de encontrar su propio camino corren un grave riesgo al confiar en su propio entendimiento de la revelación divina en vez de prestar atención a la sabiduría colectiva, conservada en la Iglesia a través de los siglos.
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