Las preocupaciones por el uso de estas armas contra la
población civil son justificadas. Amnistía Internacional ha documentado el uso
de Paveway en varios incidentes en Yemen. Entre otros, el ataque a una vivienda
en Saná en la que murieron dos padres y cinco de sus hijos menores de edad en
agosto de 2017. En agosto de 2016, otro Paveway impactó en un hospital de
Médicos sin Fronteras, causando la muerte de 11 personas.
El 9 de agosto de este año, un bombardeo de la coalición
dirigida por Arabia Saudí en Yemen dirigido contra un autobús escolar mató a 50
personas, 29 de ellas niños de menos de 15 años. El ataque tuvo lugar cuando el
conductor del autobús, lleno de niños que volvían de excursión, paró en una
calle muy concurrida para comprar agua.
Observadores internacionales también han atestiguado que
las fuerzas saudíes han utilizado el mismo tipo de armamento, importado desde
países como EEUU, Reino Unido y Brasil, para bombardear de manera indiscriminada
a la población civil.
En la misma línea
se expresa el arzobispo de Tánger en las redes sociales: "Si matar da de
comer, matemos y comamos. Los muertos, no son de los nuestros. Y a los que
huyan de la muerte, ya nos encargaremos de que no vengan a molestar en nuestra
casa. Hermoso mundo, que decimos democrático, sólo porque todos nos ponemos de
acuerdo en matar y comer."
Frente a un pan “muerto”, que
lleva al dominio de unos, con la opresión de otros, y termina en la muerte,
Jesús habló en Cafarnaúm de un pan vivo que es Dios: en él vivimos,
pudiendo ser también pan vivo, dando así vida a otros. Pero hoy en día parece
que hay una economía que, en general, va en contra de este evangelio, pues hombres y pueblos no quieren descubrir las
enseñanzas del Maestro, sino que escuchan otras enseñanzas y convierten
su vida en una gran lucha por el pan material, con millones de muertos cada año.
La fuerza militar de las naciones desarrolladas se pone
al servicio de la riqueza y el beneficio prostituyéndose hasta límites
insospechados. Con ella trafican en especial los comerciantes del imperio, que
convierten la vida de los hombres en pura mercancía. Por eso, anhelamos su
destrucción y ver como los comerciantes
de armas llorarán, pues no podrán tener lo que tenía su mercado: Oro y plata;
piedras preciosas y perlas… La vida humana se compra y se vende en el Mercado
del dios dinero donde culminan y se expresan los poderes del imperio. Es muy
probable que estos comerciantes no tengan religión ni patria propiamente dicha.
Su patria es el negocio de las armas y de la muerte, su religión la ganancia.
En una de sus homilías el papa Francisco decía: "La
guerra viene del odio, de la envidia, del deseo de poder y también de aquel
afán de más poder". El papa se preguntaba porqué se pretende
"resolver" los problemas de la humanidad con una guerra. Y él mismo
respondía así a esta pregunta: "Porque para ellos, el dinero es más
importante que las personas. Y la guerra es precisamente eso: un acto de fe en
el dinero, en los ídolos del odio, en el ídolo que nos lleva a matar el hermano.
Todo el mundo habla de paz, pero la proliferación de armas nos lleva a una
dirección opuesta". Y añadía aún: "El comercio de armas complica y
evita la resolución de los conflictos, en tanto en cuanto se hace fuera de la
legalidad".
La venta de las 400 bombas que el gobierno español va a
suministrar a Arabia Saudit debería de ser uno de los problemas más graves
que preocuparan al gobierno de Pedro
Sánchez y que en general nos debería de preocupar a todos los españoles. Hay
amistades que matan. Las ONGS también
denuncian que España podría convertirse en cómplice de la comisión de crímenes de derecho internacional en Yemen debido al riesgo real de que las corbetas
se utilicen para llevar a cabo ataques
militares directos contra la población civil, ataques indiscriminados o para mantener el bloqueo aéreo
y naval impuesto a Yemen por la coalición saudí. Este bloqueo limita gravemente el flujo de alimentos,
combustible y medicinas, lo que viola el derecho internacional humanitario y ha
empeorado la catástrofe humanitaria en Yemen. Según el artículo 8.1. de la Ley española 53/2007 sobre comercio de armas,
las autorizaciones de exportación de armas serán denegadas “cuando existan
indicios racionales de que puedan ser empleados en acciones que perturben la
paz.
El Dios de Jesús no es sólo
defensor y activista de los Derechos Humanos, sino la encarnación
"divina" de esos derechos, oponiéndose a un tipo de
mundo actual que miente, engaña y mata, diciendo que defiende los Derechos
Humanos, mientras que los utiliza al servicio de su Dinero divinizado.
Mientras la vida física de un tercio de la población
mundial se encuentra amenazada por el hambre, el sistema capitalista y los
grandes estados siguen buscando su seguridad en el armamento y de esa forma
legitiman la violencia militar, pensando que es necesaria para garantizar la
paz del mundo.
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