Yo creo que el evangelio debe ser acompañado del poder y de la manifestación del Espíritu Santo ¡obrando milagros, demostrando que el evangelio es verdadero!
Pablo sostuvo con firmeza, “y ni mi palabra ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría humana, sino con la demostración del Espíritu y del poder” (1 Corintios 2:4). En griego aquí se refiere a tener “prueba.” Pablo está diciendo, “Yo predico el evangelio con prueba. ¡Dios y el Espíritu Santo me respaldan con señales y prodigios! Hebreos 2:4 dice que Dios en efecto confirmó el mensaje de Pablo con señales y prodigios: “testificando Dios juntamente con ellos, con señales, prodigios, diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.”
"Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio." (2 Timoteo 1:7)
El hombre que ha nacido de nuevo del Espíritu Santo y la Palabra de Dios tiene un espíritu de poder. Dios nos lo ha dado por medio de Cristo Jesús. Sólo por él podemos tener la confianza y la habilidad de hacer. La palabra griega que se traduce aquí es "dúnamis" y significa poder, poder milagroso, habilidad y fuerza. De ella viene nuestra palabra "dinamita." Los creyentes del Nuevo Testamento tenían una oración: “mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades, señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús” (Hechos 4:30). Estos apóstoles fueron por todas partes predicando el evangelio completo.
Actualmente el Espíritu Santo está revelando estas cosas espirituales a los santos con discernimiento. “Antes bien, como está escrito: “Cosas que ojo no vio ni oído oyó ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios” (1 Corintios 2:9-10).
En Troas, mientras Pablo predicaba un largo mensaje, un hombre joven se quedó dormido al encontrarse sentado en una ventana y se cayó desde el tercer piso. La Biblia dice que este joven “fue levantado muerto”(ver Hechos 20:9-12).
Cuando Pablo se acercó al joven, silenció a todos los que allí se encontraban. Y de pronto, así como Elías actúo, lo abrazó y repentinamente éste revivió. El joven había sido resucitado -¡levantado de los muertos! ¡Qué poderoso milagro!
Después de este suceso, Pablo no envió a nadie a que contara las noticias del milagro que acababa de suceder. No, esto no es lo que aconteció. Todos los presentes simplemente regresaron al tercer piso, tomaron comunión, y Pablo continuó predicando. La Escritura ni siquiera menciona a este joven nuevamente. ¿Por qué? ¡Porque la iglesia se encontraba en espera de que obras sobrenaturales sucedieran! Ellos predicaron todo el evangelio - ¡con la presencia de señales y prodigios!
El evangelio es el poder de Dios. ¿Quieres ese poder en tu vida? Es gratis. Solamente tienes que creer lo que dice el evangelio acerca de ti. En el libro de Daniel el profeta vio el tiempo en que estamos viviendo hoy en día y dijo que la gente que conoce a Dios se mantendrá firme y actuará. Ellos tendrán fuerzas y serán valientes por causa de su comunión con el Rey de reyes. Estamos viviendo en un tiempo cuando el miedo se está apoderando de los hombres. No ven respuestas ni una salida. Y a causa de ese miedo se están suicidando. Pero los que conocen a su Dios se mantendrán firmes y harán hazañas.
Los médicos no hallan una razón para la mejoría de una niña por la que rezaron las monjas carmelitas
MÓNICA ROS / VALENCIA La pequeña Carmen nació prematura y con múltiples patologías, entre ellas, una hemorragia cerebral y una doble septicemia. Su vida estaba en peligro desde el minuto cero. Por ello, su padre, al mirar el calendario y comprobar que la pequeña había nacido el 15 de octubre (de 2008), día de Santa Teresa de Jesús, buscó por internet un convento Carmelita en Valencia. Lo encontró en Serra y se fue para allí, de noche, nervioso, desesperado, buscando orientación o consuelo.
Allí, las monjas Carmelitas lo recibieron con los brazos abiertos y le explicaron que acababan de llegar unas estampas de un matrimonio francés al que acababan de beatificar: Louis Martín y Zélie Guerin, padres, además, de santa Teresita de Lisieux. La familia y amigos de Carmen se pusieron a rezar al matrimonio recién beatificado, mientras desde el monasterio de las Carmelitas descalzas de Serra iniciaron una novena y centraron sus pensamientos en la niña. Y la pequeña Carmen empezó a mejorar.
Hoy, la niña tiene 4 años y está sana y sin secuelas. Y la Iglesia está investigando su caso ante un posible "milagro" porque nadie tiene respuesta científica a la "inexplicable" curación de la pequeña. Ni tan siquiera ocho médicos valencianos que han testificado en la "inexplicable" curación de la niña, ni las otras diez personas que han declarado en un proceso que ha durado cinco meses.
Y es que ayer, el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, clausuró la fase diocesana del proceso canónico que inició el pasado 7 de enero, cuando se constituyó el tribunal que ha estado recogiendo la documentación y los testimonios. Ahora, el expediente se trasladará a Roma -de la mano del carmelita italiano Antonio Sangalli- para presentar ante la Congregación para las Causas de los Santos toda la documentación sobre el presunto milagro en la niña valenciana. La clausura de la fase diocesana -que se celebró en en el palacio Arzobispal- contó con la participación de los obispos de las diócesis francesas de Bayeux-Lisieux y de Séez, Jean-Claude Boulanger y Jacques Habert, así como del rector y el abad de la basílica de Lisieux, monseñor Bernard Lagoutte y Thierry Henault-Morel.
http://www.laopinioncoruna.es/sociedad/2013/05/22/curacion-inexplicable-nina-valenciana/724639.html
Hoy, la niña tiene 4 años y está sana y sin secuelas. Y la Iglesia está investigando su caso ante un posible "milagro" porque nadie tiene respuesta científica a la "inexplicable" curación de la pequeña. Ni tan siquiera ocho médicos valencianos que han testificado en la "inexplicable" curación de la niña, ni las otras diez personas que han declarado en un proceso que ha durado cinco meses.
Y es que ayer, el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, clausuró la fase diocesana del proceso canónico que inició el pasado 7 de enero, cuando se constituyó el tribunal que ha estado recogiendo la documentación y los testimonios. Ahora, el expediente se trasladará a Roma -de la mano del carmelita italiano Antonio Sangalli- para presentar ante la Congregación para las Causas de los Santos toda la documentación sobre el presunto milagro en la niña valenciana. La clausura de la fase diocesana -que se celebró en en el palacio Arzobispal- contó con la participación de los obispos de las diócesis francesas de Bayeux-Lisieux y de Séez, Jean-Claude Boulanger y Jacques Habert, así como del rector y el abad de la basílica de Lisieux, monseñor Bernard Lagoutte y Thierry Henault-Morel.
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