miércoles, 26 de junio de 2013

De qué murió Jesucristo, según los forenses






 Por Fernanda Jara


La muerte de Jesús fue analizada por médicos que concluyeron que la agonía provocada por la tortura romana fue muy dolorosa. Qué sufrió el cuerpo de Cristo durante su calvario por la humanidad. Infografía interactiva

Desde el siglo I se buscó alguna respuesta clara a los motivos que desencadenaron la muerte de quien, según las Sagradas Escrituras, diera su vida para limpiar los pecados de toda la Humanidad como supremo Más allá de lo que sostiene la fe cristiana, la existencia de Jesús fue probada por científicos e historiadores y desde la medicina clínica y forense se hicieron innumerables estudios sobre las verdaderas causas de su muerte y del "milagro" ocurrido cuando, al ser atravesado por una lanza, brotó agua de su cuerpo en lugar de sangre.
Renombrados especialistas coinciden en que Jesús debió soportar un tremendo dolor: "Él sufrió una de las formas más duras y dolorosas de pena capital jamás imaginada por el hombre", dice una investigación del portal Christian Answers.

Y agrega: "Incluso antes de que la crucifixión empezara, Jesús mostraba claros síntomas físicos relacionados con un intenso sufrimiento. La noche previa a la ejecución sus discípulos dijeron haberlo visto en agonía sobre el Monte de los Olivos. No sólo no durmió en toda la noche, sino que además parece haber estado sudando abundantemente. Tan grande era el sufrimiento, que había pequeños vasos sanguíneos que se rompían en sus glándulas sudoríparas y emitían gotas rojas tan grandes que caían al suelo (Lucas 22:44). Este síntoma de intenso sufrimiento se llama hematohidrosis o sudor de sangre".
Según ese estudio, el hijo de Dios "estaba físicamente agotado y en peligro de sufrir un colapso". 
Después de la flagelación, el largo vía crucis y la dolorosa crucifixión, "Jesucristo murió por asfixia, insuficiencia cardíaca aguda y finalmente un infarto de miocardio pero, si hubiera necesidad de realizar un informe final de las causas clínicas de su fallecimiento, serían al menos diez", dijo el doctor Jorge Fuentes Aguirre, en la conferencia Las Causas Clínicas de la Pasión y Muerte de Jesucristo, realizada en la Parroquia del Perpetuo Socorro, en México.
La secuencia sería: síndrome de estrés agudo, hipertensión arterial de origen psicosomático, anemia aguda por pérdida sanguínea, insuficiencia cardíaca congestiva, insuficiencia respiratoria aguda, síndrome pleural con derrame, shock por hipotensión, infarto de miocardio, ruptura de ventrículo y muerte.

Los tres momentos clave y de mayor sufrimiento a los que Jesús fue sometido
La flagelación

El doctor Rubén Darío Camargo, especialista en cuidados intensivos, analizó en una conferencia realizada en Barranquilla (Colombia) en 2003 el tipo de castigo que usaban los romanos: "La flagelación era un preliminar legal a toda ejecución. A la víctima le desnudaban la parte superior del cuerpo, lo sujetaban a un pilar poco elevado y con la espalda encorvada, de modo que al descargar sobre ésta los golpes no perdiesen fuerzas. Golpeaban, sin compasión ni misericordia alguna".
El instrumento era un azote corto (flagrum o flagellum) con varias cuerdas o correas de cuero, a las cuales se ataban pequeñas bolas de hierro o trocitos de huesos de oveja, que causaban profundas contusiones y hematomas. Los huesos de oveja –que las cuerdas de cuero tenían en las puntas– desgarraban la piel y el tejido celular subcutáneo.

Al continuar los azotes, las laceraciones cortaban hasta los músculos, desgarrando la carne, lo que producía una pérdida importante de líquidos (sangre y plasma). Hay que tener en cuenta que la hematohidrosis (sudoración de sangre) previa había dejado la piel muy sensible en Jesús.

La corona de espinas

Después de la flagelación, los soldados solían burlarse de sus víctimas. A Jesús le fue colocada, como emblema irónico de su realeza, una corona de espinas que pudo irritar gravemente los nervios más importantes de la cabeza, causando un dolor cada vez más intenso y agudo con el paso de las horas.
De acuerdo a las Escrituras, no recibió ningún alimento durante muchas horas, lo que se habría agravado por la pérdida de líquidos tras las abundantes hemorragias. Eso permite suponer que estaría gravemente deshidratado y al borde de un colapso o shock.
Cuenta la Biblia que al momento de la "coronación" congregaron a toda la corte conformada por entre 400 y 600 hombres para burlarse de él: "Allí lo desnudaron, lo hicieron sentar sobre cualquier banco de piedra, le echaron en las espaldas una capa corta color grana y le encasquetaron la corona de espinas con fuerza sobre la cabeza, le pusieron una caña por cetro en la mano derecha y empezó la farsa… ¡Salve, rey de los judíos! Y le golpeaban la cabeza con una caña y lo escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias" (Mr.15:15; Mt.27:26-30; Jn 19:1-3).
La crucifixión


El dolor y el daño causado por la crucifixión fueron concebidos para ser sumamente intensos
, "al punto en que se anhelaría constantemente la muerte". Según el doctor Frederick Zugibe, la perforación del nervio medio de las manos por un clavo puede causar un dolor tan increíble que ni la morfina sería de ayuda.
"Por ser un dolor intenso, ardiente, horrible como relámpagos atravesando el brazo hacia la médula espinal. La ruptura del nervio plantar del pie con un clavo tendría un efecto asimismo horrible". Además, la postura del cuerpo sobre ese tipo de cruz alargaría por varios días la agonía, ya que ésta fue pensada "para hacer extremamente difícil la respiración".

El doctor Frederick Farrar escribió: "Una muerte por crucifixión parece incluir todo lo que el dolor y la muerte puedan tener de horrible y espantoso: vértigo, calambres, sed, inanición, fiebre, tétano, vergüenza, humillación, larga duración del tormento, horror de la anticipación, mortificación de las heridas no cuidadas...". Lo resumió como "una sinfonía del dolor" producida por cada movimiento, con cada inspiración, incluso una pequeña brisa sobre la piel podría haberle causado un dolor intenso.
Por su parte, Zugibe dijo creer que "Cristo murió de un colapso debido a la pérdida de sangre y líquido, más un choque traumático por sus heridas. Además de una sacudida cardiogénica que hizo que su corazón sucumbiera".


La Biblia dice que, cuando el soldado romano le atravesó el costado izquierdo a Jesús, "la lanza liberó un chorro repentino de sangre y agua" (Juan 19: 34). El médico James Thompson consideró que "esto no solo prueba que Jesús ya estaba muerto cuando fue traspasado, sino que también es una evidencia del rompimiento cardíaco", opinó. Cualquiera que fuese la causa final de la muerte, no hay duda de que fue extremadamente dolorosa.

Cerca del final de su agonía –dicen los Evangelios– un criminal crucificado junto a Él se burló: "Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros". Quizás no sabía que el hombre al cual él hablaba estaba colgado allí voluntariamente. Para los cristianos, Jesús permaneció en su agonía no porque era omnipotente sino por su increíble amor por la humanidad, por la salvación de todos, creyeran o no en él.
Si hoy tan solo existiera en algún lugar una persona que profesase la misma intensidad de amor y que se dijese capaz de sacrificar uno solo de sus días para ayudar al prójimo, entonces, todo el padecimiento que sufrió no habría sido en vano.


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JESÚS REALMENTE MURIÓ EN LA CRUZ.


            El hecho de la resurrección de Cristo es un asunto histórico, en cuanto a su muerte y enterramiento: El lugar se halla definido, el poseedor de la tumba era un hombre que vivía en la mitad del primer siglo, la tumba estaba hecha de la roca en un lugar cerca de Jerusalén, los guardias apostados de guardia eran reales...

            Hay amplia bibliografía paralela al respecto: Ignacio, obispo de Antioquía (50-115 d.C), Justino  Mártir (100-165 d.C) Clemente (160-220 d.C) Tertuliano, Josefo, ..., todos ellos relatan como un hecho histórico la realidad de la muerte y posterior resurrección de Jesús, clarificando el hecho de que la tumba está vacía.


Antes de que probemos que Jesús resucitó, es importante probar que efectivamente murió.

            (El Corán afirma que Jesús sólo fingió morir (Sura IV : 157))
Para que la resurrección tenga significado, Jesús tuvo que morir primero.

            La teoría del soponcio, la popularizó un hombre llamado Venturini y presupone que Jesús no murió, sino que sufrió un desmayo, por cansancio y pérdida de sangre. Todo el mundo pensó que estaba muerto, , pero más tarde recuperó el conocimiento y sus discípulos pensaron que había resucitado. Otros han sugerido que e propio Jesús planeó su arresto, juicio, y crucifixión, haciendo  los arreglos para que fuera drogado en la cruz, y entonces fingir para recuperarse posteriormente de los latigazos, de la pérdida de sangre por la lanza, y por los agujeros en sus manos y pies...

            Tenemos que considerar:

  1. Jesús sufrió tanto que no pudo concluir el viaje transportando la cruz hasta el lugar de su muerte
  2. No hay evidencia alguna de que Jesús hubiese sido drogado. De hecho el rechazó el analgésico que normalmente se le administraba a las víctimas de la crucifixión Mr 15:23. Su evidente agonía y muerte no encajan en el cuadro de un hombre que está por quedar como muerto en un estado inducido por la droga.

  3. La abundante hemorragia confiere alta probabilidad a la muerte. Su extremo estado emocional, le hizo sudar grandes gotas de sangre mientras oraba en el huerto.No sólo no durmió en toda la noche, sino que además parece haber estado sudando abundantemente. Tan grande era el sufrimiento, que había pequeños vasos sanguíneos que se rompían en sus glándulas sudoríparas y emitían gotas rojas tan grandes que caían al suelo (Lucas 22:44). Este síntoma de intenso sufrimiento se llama hematohidrosis o sudor de sangre". (lc 22:44) Probablemente Jesús estaba  ya en un estado grave antes de que lo crucificaran, pues la noche anterior a la crucifixión, fue golpeado y azotado repetidas veces con un látigo romano “flagrum” (de tres puntas recubiertas con pedazos de hueso o metal) que habría desgarrado los músculos, y prepararía las condiciones para un colapso circulatorio. El Obispo Eusebio de Cesárea, en referencia a los que eran azotados antes de la crucifixión declara: “las venas de la víctima quedaban al descubierto, y los músculos, tendones e intestinos quedaban totalmente expuestos”  Además le habían insertado en su cabeza una corona de espinas. Después entre las 9,00 de la mañana y el ocaso sufrió cinco heridas importantes de las cuales cuatro fueron los clavos usados para fijarlo en la cruz. Restos hallados de palestinos crucificados permiten saber que esos clavos eran de 12 a 17 cms. de largo y 1 cm de grosos.
  4. Agua y sangre  salieron de su costado cuando lo atravesaron con una lanza. La mejor evidencia señala que esto fue realizado por un soldado romano para cerciorarse de su muerte. La lanza penetró  sus costillas, perforando su pulmón derecho, el pericardio y el corazón dejando salir el líquido pleural y la sangre. Este golpe era fatal, sin contar con las heridas en sus muñecas y pies que habría seccionado nervios principales.
  5. El hecho de que saliese sangre y agua, es explicado por muchos médicos especialistas como un fenómeno que se produce por la rotura del corazón, y que si estuviese vivo, saldrían borbotones de sangre, pero el caso de que saliese un coágulo rojo oscuro, separado del suero acuoso que lo acompañaba demuestra que se había producido una coagulación masiva en las arterias, y es un prueba médica concluyente que Jesús estaba muerto.
  6. El proceso normal incluía quebrar las piernas, para que no pudieran levantarse y respirar. Los crucificados  se asfixiaban pues sus pulmones se llenaban con CO2 A todos los crucificados les quebraban las piernas, pero los verdugos romanos, profesionales, sin dudar un momento, declararon a Cristo muerto sin quebrar sus piernas...

En suma la muerte por crucifixión suponía que: el dolor y muerte se produce después de horribles mareos, calambres, sed, hambre, falta de sueño, fiebre traumática, tétanos, vergüenza, continuidad del tormento, horror de anticipación, mortificación por heridas no atendidas,..., La postura no acostumbrada hace que cada movimiento sea muy doloroso, las venas desgarradas y los tendones deshechos palpitan con incesante angustia, las heridas infectadas gangrenan poco a poco; las arterias especialmente en la cabeza y el estómago se inflaman enviando descargas de sangre, y mientras gradualmente incrementa cada variedad de miseria, se le añada la angustia intolerable de la quemante y sofocante sed; todas estas complicaciones físicas causan una ansiedad interna que hacen a la persona ver la muerte, en lugar de un enemigo desconocido, como la liberación del tormento (Frederick  Farrar)

Imaginar que un hombre había sobrevivido a tal experiencia y presentarse a más de 500 como el conquistador de la muerte y el príncipe de la vida requiere de mucha voluntad para rescribir la historia e ignorar esta simple VERDAD “ Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las ESCRITURAS, y que fue sepultado, y resucitó al 3º día conforme a las Escrituras” 1ª Cor 15: 3,4


  1. Pilatos pidió pruebas de su muerte antes de entregar el cuerpo, “Cuatro ejecutores vinieron a examinarlo, antes de que José de Arimatea le fuese permitido llevar el cuerpo para la sepultura. Estos estaban acostumbrados a tratar con la muerte.
  2. “Y el centurión que estaba frente a Él, viendo que después de clamar había expirado dijo: Verdaderamente este hombre era HIJO de DIOS.
  3. El relato de la custodia del sepulcro es una clara evidencia de que los judíos pensaban que estaba muerto.
  4. Jesús fue embalsamado con 30 o 45 Kg. de especias y vendas (La naturaleza picante de la mirra y de los áloes, su fuerte olor, su amargura, el que su cuerpo fuera envuelto con vendas de lino, y que se pusiera en cabeza y rostro un mantel, según era costumbre enterrar, lo mataría si no lo hubiera estado..., y puesto en una tumba vigilada. Aunque hubiera despertado no podría haberse sacado las vendas solo, haber movido la piedra por su riel, y pasado entre los guardias sin que lo vieran.  La gran cantidad de especias utilizada tiene paralelos en la historia, pues a los grandes personajes se les daba un espléndido funeral, Gamaliel fue sepultado con 45 Kg de especias. Y Nicodemo utilizó tal cantidad, pues quizás quisiera compensar su cobardía que había mostrado durante la vida de Jesús...
  5. La mirra era una droga que se adhería tan firmemente al cuerpo que impediría quitar con facilidad las vestiduras fúnebres. El cuerpo se lavaba y luego se le vendaba apretadamente desde las axilas con tiras de lino de aproximadamente 30 cms. de ancho, entre las tiras de lino se colocaban especies aromáticas muy a menudo de consistencia gomosa. Actuaban como un cemento para pegar las envolturas de la tela de modo que formasen una cubierta rígida. JESÚS SE HABÍA DESVANECIDO, PERO LAS ENVOLTURAS ESTABAN ALLÍ TODAVÍA.
  6. Los áloes, una madera fragante machacada en polvo, se mezclaba con la mirra y con el ungüento semilíquido con el que se ungía el cuerpo se pegaban las tiras de lino, pero mucho de este polvo quedaría por encima seco, y si el cuerpo se incorporase, en posición vertical, el polvo de áloes, estaría en el suelo, en una cantidad considerable, y ninguno de los evangelio hace referencia a este hecho que sería importante (45 Kg. ...) Normalmente la cabeza y el cuello se ungían también con este ungüento, sin embargo, debido a la rápida puesta de sol, se acercaba el día del reposo, a las mujeres no le habría dado tiempo ni tampoco a ungir el cuerpo con otro ungüento que se acostumbraba, nardo; esta pudo haber sido la razón de que las mujeres volviesen a la tumba para reparar esta omisión, y el domingo por la mañana llevaban nardo, o algún otro costoso ungüento con el fin de completar la unción. Lucas dice que prepararon especias y ungüentos, Marcos dice que compraron especias para ungirle. Posiblemente no  intentaban provocar trastornos en las vestiduras fúnebres, sino simplemente ungir la cabeza y el cuello con los ungüentos.
  7. La caminata a Emaús, una caminata de 11 km. Desde Jerusalén habría sido imposible para uno que pasase por este proceso y que estuviese drogado (sus pies horadados...)
  8. Si Cristo no hubiese muerto en esta oportunidad, que se sabe después de él, mientras que su iglesia se estaba levantando a su alrededor. Además habría que invalidar todos los datos históricos referentes a su ascensión y aparición a muchos...
  9. Si Jesús hubiera controlado todo esto, su apariencia habría sido la de un miserable resucitado, no la de un SALVADOR. Sería improbable totalmente que eso hubiera trastornado al mundo.

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