lunes, 26 de junio de 2017

Monseñor Gerardo Valencia Cano, un obispo que ha dejado huella


 

Monseñor Gerardo Valencia Cano: no siendo afrodescendiente su obra apostólica en favor de los negros del pacifico colombiano es irrefutable. Nace en Santo Domingo Antioquia el 26 de agosto de 1917, en el seno de una humilde familia de orígen paisa profundamente religiosa de donde hereda su gran sentimiento de sacrificio y servicio por el bienestar de los desprotegidos y desarraigados. Se ordenó como sacerdote misionero en el Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, el 29 de noviembre de 1942. En 1949 fue nombrado Prefecto Apostólico del Vaupés, donde ejerció por más de tres años. Entre 1956 y 1959 actuó también como Superior General de los Misioneros Javerianos de Yarumal.
Gerardo, vivió, su diaconado, su presbiterado, su episcopado, como un Diaconado Permanente al servicio del Pueblo de Dios y de los más necesitados.
Él  tenía muy claro que toda jerarquización del magisterio en línea patriarcal resulta anticristiana, estaba convencido de que sólo en el margen  podía plantarse la obra de Dios, la nueva humanidad porque el Reino pertenece a los pobres ( Mt  23) El evangelio de Mateo insiste en la mayoría de edad de los creyentes, que no necesitan jerarcas superiores, que les enseñen desde fuera, pues todos los creyentes tenemos un dirigente interior que es Cristo (1 Jn 2,27) según esto cada uno de nosotros, cada creyente, podemos dialogar con Cristo sin necesidad de unos maestros entendidos como intermediarios superiores. Recordemos que Pablo nos hablaba de apóstoles- profetas-maestos (1 Cor12)
Gerardo Valencia Cano fue, ante todo, un Testigo del Evangelio. La radicalidad de su testimonio le trajo persecuciones y sufrimientos que desembocaron en el misterio de su muerte violenta.
Lo mismo que Cristo,  obispos como Gerardo aman a la Iglesia: "Cristo amó a la Iglesia y se entregó a si mismo por ella" (Ef 5, 25). Este amor, hasta dar la vida, fue  para Gerardo un punto de referencia. Sólo un amor profundo por la Iglesia puede sostener el celo de llevar a Cristo a cada hogar y a cada familia; su preocupación cotidiana —como dice san Pablo— es "la solicitud por todas las Iglesias" (2 Cor 11, 28). Para todo hombre o mujer y para toda comunidad "la fidelidad a Cristo no puede separarse de la fidelidad a la Iglesia".
Viviendo las Bienaventuranzas este obispo experimenta y demuestra concretamente que el Reino de Dios ya ha venido y que él lo ha acogido. La característica de toda vida misionera auténtica es la alegría interior. Alegría que viene de la fe. En un mundo angustiado y oprimido por tantos problemas, que tiende al pesimismo, los misioneros de la "Buena Nueva" son hombres y mujeres  que han encontrado en Cristo la verdadera esperanza.
El verdadero cristiano está por encima de toda ideología o religión y se halla donde el hombre se abre a Dios y al otro, siempre que se da verdadero amor y superación del egoísmo, siempre que el hombre busca la justicia, la solidaridad, la reconciliación y el perdón, existe cristianismo y emerge la estructura crística dentro de la historia humana. Por tanto, el cristianismo no se realiza tan sólo allá donde es profesado explícitamente y es vivido ortodoxamente, sino que se manifiesta siempre y allá donde el hombre dice si al bien, a la verdad y al amor.
La creación de un nuevo cielo supone lograr la presencia de Dios entre los hombres, lo cual permite transformar la vieja Babilonia en la nueva Jerusalén.

Después  de leer el artículo de Olga Lucía Álvarez Benjumea en el blog de Evangelizadoras de los apóstoles llego cada vez más a la convicción de que el servir a los pobres es lo que ha dado ultimidad a su vida. En uno de sus artículos dice de su obiso Gerardo: “Él fue el que me enseñó, me formó, me cuestionó, me impulsó al servicio de los más necesitados, en la Iglesia Pueblo de Dios”. “El que decidiera no llevar vestimentas diferentes, o clericales, no le hizo perder su dignidad, y autoridad como pastor. Toda la gente del Puerto de Buenaventura le quería, con todas sus veredas incluidas, a todos nos dejó, impresa la huella, de cómo es el sentir, y vivir el compromiso de Iglesia.”
Cierto Olga, Siempre se dijo que la iglesia convoca a través da palabra y de los sacramentos pero rara será una celebración litúrgica de los ricos que convoque espontáneamente a los pobres pero sin embargo lo contrario si ocurre.
 La raíz de capacidad de convocatoria está en que desde los pobres la liturgia y la palabra tienen la capacidad de evocar el origen de la fe y provocar a su misión correcta.

La iglesia de los pobres reconoce, admite que el bispo sea cabeza unificadora de la diócesis y ejercite el ministerio de la unidad pero ese ministerio es realmente unificante cuando el obispo escucha la voz de su pueblo este reconoce en el obispo su propia voz  y ve en el bispo el buen  pastor que está dispuesto a dar a su vida por las ovejas al contrario de lo que hacen muchos jerarcas que sólo están dispuestos a trasquilarlas  y a ordeñarlas

 

¿Quién puede subir al monte del señor, entrar en su vida, en su Santuario? El hombre y la mujer  de manos inocentes y de corazón puro.

José Carlos Enríquez Díaz

lunes, 12 de junio de 2017

Olga Lucía Alvarez Benjumea, una mujer que ama a su iglesia

 
Olga  Lucia Álvarez Benjumea
 
Soy un asiduo lector del blog “Evangelizadoras de los apóstoles” y he podido ver dos artículos que dan testimonio de esta mujer de Dios. Una mujer que me recuerda al Jesús de los Evangelios. Una mujer entregada a las circunstancias vitales de los demás.
Como dice en su primer artículo sigue el ejemplo de Maria, la madre de Jesús, que sale corriendo, llevándolo en su vientre, a compartirlo con su prima, pasando por terrenos peligrosos y Maria de Magdala, que tambien tiene prisa de llevar el anuncio, según le entregó Jesús, para llevarlo a sus amigos en Galilea.
“Voy a pie, en bus, en el Metro. o en el Transmilenio (Bogotá) . No tengo guardaespaldas.”
“Necesitamos curas, sí, pero diferentes de ellos”. “Muy fácil, ser cura, solo buscan el poder, y que les rindan pleitesia”
Cierto Olga “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo.” (GS n1) Por el momento, es la Iglesia de Base y las mujeres como tú la que lo poneís en práctica. La jerárquica se limita a dar consejos sobre el particular, a conservar y guardar celosamente sus tesoros, y a luchar por las prebendas.
“No hay en Cristo y en la Iglesia ninguna desigualdad por razón de la raza o de la nacionalidad, de la condición social o del sexo” (LG. 32, b).
Como ejemplo de la sutil mentalización de supeditación e infravaloración de la mujer llevada a cabo por la Iglesia Católica Romana a través de los siglos y mantenida hasta el día de hoy, a la que me estoy refiriendo, recuerdo  unas declaraciones de Mercedes Navarro del año 2008 – Mercedes Navarro es Doctora en Psicología (UP Salamanca) y Teología (PU Gregoriana, Roma) y licenciada en Ciencias Bíblicas (P.I. Bíblico)- en dichas declaraciones, denunciaba cómo en la traducción al latín de la Biblia, realizada por San Jerónimo en el s.V, llamada “Vulgata”y de la que hemos bebido toda la vida, este Santo Padre se permitió varias licencias poco éticas en dicho trabajo. Para empezar, al traducir los textos del Génesis sobre la relación Adán-Eva, según Mercedes Navarro, S. Jerónimo”no hace una traducción exacta del hebreo porque en ese idioma no aparece la subordinación sino la reciprocidad.”
Lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios, y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a los fuertes;” (1 Corintios 1:27).
Uno de los versículos más alentadores de la Biblia está en 2 Corintios 4:7: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros.” Luego Pablo procede a describir esas vasijas de barro, hombres que están muriendo, atribulados en todo, perplejos, perseguidos, derribados. Y aunque nunca abandonados ni desesperados, esos hombres y mujeres como tú sois usados por Dios y estáis  constantemente llevando la carga en vuestros cuerpos humanos, esperando ansiosamente ser revestidos con un cuerpo nuevo.
Dios se burla del poder del hombre. Él se ríe de nuestros esfuerzos ególatras de ser buenos. Él nunca usa al grandioso ni al poderoso, sino que usa a las cosas débiles de este mundo para confundir a los sabios. Viendo tu último artículo soy consciente de que Dios te está usando enormemente en la periferia, en este caso es un centro de rehabilitación de drogadictos.
 Dios todavía elige al débil para revelar Su fuerza.
Nuestro testimonio a un mundo maldecido por el pecado debe incluir tanto la predicación como la manifestación, tanto en Palabras como en hechos. Nuestra proclamación de Cristo no puede estar divorciada de nuestras obras de ayuda. Como Santiago dice, tales obras ayudan a demostrar el poder del evangelio.
En los dos artículos que he podido leer de Olga se ve claramente que es una mujer con convicción y decisión de caminar con los demás y ayudar al que lo necesita.

José Carlos Enríquez Díaz