martes, 28 de agosto de 2018

Dos años sin Juan Cabo Meana




No hay palabras para expresar lo que tú has significado para tantas personas, solamente hay miles de corazones llenos de ese amor que tú nos diste.
A lo largo de este camino muchas veces duro de nuestra vida, ésta nos regala la presencia de un ser irrepetible como Juan Cabo al que muchos tuvimos la suerte de conocer. Una persona que su sola presencia irradiaba tanta paz y alegría, que todo aquel que estaba a su lado se sentía dichoso.
Cada palabra que pronunciaste, quedará sellada en nuestros labios.
 Cada gesto que hiciste, quedará grabado en nuestra retina.
 Cada abrazo que nos diste, quedará para siempre en nuestro cuerpo.
 El día que te fuiste mi corazón se ha llenado con una profunda tristeza, y ahora que ya no estás, te llevo siempre en mis pensamientos, recordando tu mirada y el sonido de tu risa, preguntándome cuando será el día en el que pueda volver a ver tu mirada limpia. Cuando somos pobres y humildes, tenemos la mirada limpia e inocente de un niño, y somos capaces de trabajar y esperar por un mundo más humano. La contemplación que es esa sabiduría que hace del hombre el amigo de Dios.  Cuando será también el día que pueda volver escuchar reírte a carcajadas como solías hacerlo cuando estabas a mi lado.
Todos los que te conocimos, sufrimos por tu muerte, ese día fue de los más tristes de nuestra vida, sentimos una enorme pena por tu familia y seres más queridos.
Porque hoy, nos asaltan los misterios más profundos de la historia de los hombres. ¿Por qué tú? ¿Por qué te fuiste de esa manera tan en silencio,  sin ni siquiera una queja?
 Los que te hemos conocido y querido sabemos de tu enorme amor por los demás. Amor por tu familia, amor por los compañeros de tu comunidad religiosa a los que siempre tratabas de animar y ayudar en los momentos de dificultad.
No se me ocurre otra cosa que recordar la canción de Alberto Cortez, cuando un amigo se va, algo se muere en el alma, también se nos muere algo dentro de cada uno de nosotros.
Una vez más se nos confirma que los humanos, no sabemos nada del misterio de la vida, del porqué Dios no evita que personas buenas y en plenitud, nos dejen en este valle de lágrimas, por qué suceden las injusticias como la de perder a un gran amigo que nos ha querido con todo su ser, por qué tan trágicamente se paralizan las ilusiones y los planes del futuro.
Aquí estamos hoy Juan para expresarte nuestro respeto, cariño y agradecimiento.
Gran compañero y amigo, guíanos desde el cielo. Guárdanos un lugar para que en un futuro, a fin de cuentas todos somos del tiempo, nos volvamos a encontrar con tu alegría, tu cariño y tu buen hacer hacia los hombres, en su camino hacia Dios.
Escuchaste el clamor de los pobres y respondiste lo más ajustadamente que supiste marchándote de misionero al Perú. El amor cristiano no se deja entrampar por el egoísmo o por el ocio y tiene una vocación de servicio. Son los señores de este mundo los que quieren dominar y ser servidos, mientras que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida por los demás (Mt 20, 25-26).
Mi confidente y mi amigo del alma. Nada puede llenar el vacío que me has dejado  al marcharte. Pero incluso sin estar, aún me sacas una sonrisa cada vez que pienso en ti.
Me quedo con lo afortunado que he sido al poder compartir con  Juan Cabo grandes momentos de mi vida. 
Lo fundamental que me ha dejado es que nada hay más esencial que el ejercicio de la misericordia y nada más humano y humanizante que la fe.

Siempre recordaré su capacidad de entrega, siempre gratuita, pero lo que más recuerdo fue el amor que  nos transmitía y a través de su amor los que le conocimos pudimos conocer más a Dios, porque todo aquel que ama nació de Dios y conoce a Dios
A pesar del dolor, como cristiano tengo la certeza que, gracias a la inmensa y gozosa verdad de la fe, gracias a Cristo, la muerte, su último enemigo en esta tierra (1 Cor 15, 26), no será el final de todo: tras ella alcanzará la visión eterna de Dios y la resurrección del cuerpo al final de los tiempos, cuando todas las cosas se cumplan en Cristo.
Estoy también convencido de que el mismo Jesús, al que ha servido, imitado y amado en esta tierra, le ha recibido ya en el Cielo, colmándole de gloria y felicidad.
La vida no termina aquí; estamos seguros de que el sacrificio escondido y su entrega generosa a los más pobres tienen un sentido y un premio que, por la misericordia magnánima de Dios, van más allá de lo que el hombre podría esperar con las propias fuerzas.
José Carlos Enríquez Díaz

viernes, 3 de agosto de 2018

Carta abierta de un cura a Pablo Casado sobre los inmigrantes




Me dirijo a ti, Pablo, pensando que eres una persona que no pertenece a la Iglesia Católica, y me atrevo a pensar esto por tu discurso lleno de racismo, de xenofobia y rechazo y desprecio al pobre. ¿Sabes que para el Dios de Jesús de Nazaret los inmigrantes son hijos e hijas de Dios? Has ido a la valla de Ceuta a dar abrazos a la Guardia Civil y a la Policía Nacional, ¿piensas que estos cuerpos de seguridad no son conscientes de tu oportunismo y de que lo vas a utilizar sin otra pretensión de ganar votos provenientes de la extrema derecha?
Permíteme una pequeña ironía: Cuando la Guardia Civil o la Policía Nacional detienen a políticos corruptos, en este caso del Partido Popular, ¿también has ido o vas a ir a darles abrazos por defender la democracia que está siendo deteriorada por la corrupción? Me llama poderosamente la atención vuestra alabanza a los jueces que dictan sentencias que os gustan y, en cambio, ponéis en tela de juicio la integridad moral de jueces que dictan sentencias que no os gustan nada, como ha sido la sentencia del caso Gürtel que dio origen a la moción de censura. ¿Queréis ocultar vuestra corrupción con el discurso racista? Reconozco que lo estáis consiguiendo.
En este país, en nuestro querido país, los enemigos no son los empobrecidos, no nos invaden, sencillamente huyen del horror de la violencia, del hambre y la sed. Los que nos han invadido y nos han conquistado son los inversores, los especuladores, los financieros y los banqueros que han puesto nuestro país de rodillas. Éstos sí nos han conquistado con la deuda. También tenemos una deuda por la corrupción que nos cuesta 87.000 millones de euros al año, que ha supuesto privatizar los servicios públicos elementales. Sin embargo, cuando se arruinan las empresas privadas que obtuvieron el concurso de la gestión de hospitales o autopistas de peaje, las rescatamos, les pagamos sus deudas y se las volvemos a dar.
Te voy a dar un pequeño consejo que creo que te puede ayudar. Has ido a la valla de Ceuta, ¿por qué no vas a la otra parte de la valla y te encuentras y dialogas con estas personas y que te cuenten por qué y cómo han llegado allí? Como eso es complicado directamente, podrías contactar con el Obispo de Tánger, Santiago Agredo, un creyente y una persona extraordinaria, para que te acompañe y te facilite el encuentro. Estoy seguro de que tu perspectiva y tu mentalidad cambiarían, por lo menos, algo. Por cierto, no falsees los datos sobre estos temas tan complicados y difíciles. Además, recuerda que el delito es personal e intransferible. Cuando un político comete un delito, ¿son todos los políticos? No, solo quien lo comete y, en todo caso, quien lo encubre. Cuando un sacerdote comete un delito de pederastia, ¿todos los sacerdotes son pederastas? No, solo quien lo comete y quien lo encubre. Cuando un agente de las Fuerzas de Orden Público comete un delito, ¿son todos delincuentes? No, solo quien lo comete y quien lo encubre. Cuando un juez dicta una sentencia sabiendo que es injusta, ¿todos los jueces prevarican? No, solo quien prevarica y quien lo encubre. Cuando un periodista falsea y manipula una información, ¿son todos los periodistas manipuladores de la realidad y mentirosos? No, solo quien manipula y lo encubre. Cuando alguien nacido en nuestro país comete un delito, ¿somos todos los españoles delincuentes? No, solo quien lo comete y lo encubre.
En vuestro discurso habláis de la vida y la familia, habláis del aborto y de la eutanasia, del principio y del final de la vida; pero, ¿qué pasa durante ese tiempo de vivir? ¿Qué pasa durante los años de existencia? Decís que defendéis la vida y la familia, entonces ¿por qué habéis vetado leyes que impedían que las familias fueran desahuciadas? Son miles de familias desahuciadas cuyas vidas se han truncado, el paro les hizo pasar al mundo de la pobreza. Decís que defendéis la vida y la familia, entonces, ¿por qué habéis aprobado leyes laborales que empobrecen a la familia y los abocan a la precariedad y a la eventualidad? A mucha gente joven le gustaría formar una familia, tener hijos, pero no pueden por las condiciones laborales, sin obviar los miles jóvenes que se han ido a otros países, donde, muchos de ellos, encuentran también el rechazo porque son considerados pobres que vienen de otros países. No defendéis la vida y la familia, defendéis a las élites sociales y económicas. Al hilo de todo esto, si defendéis la vida, ¿por qué no habláis de los miles de muertos, de explotación, de las violaciones que sufren estas personas que vienen huyendo de una violencia y una crueldad terrible? ¿Por qué no apoyáis los corredores humanitarios demandados por las ONG para garantizar sus vidas y que no tengan que utilizar a las mafias?
He visto también que avalas el pasado del Partido Popular, ¿avalas todo el pasado? Has insistido en avalar a José María Aznar, ¿también avalas la guerra contra Irak que se basó en la fabricación de la gran mentira de la posesión de armas de destrucción masiva? Se utilizaron los atentados de 11-S en Estados Unidos para destruir Iraq, un país que no tenía nada que ver, pero las grandes potencias y las multinacionales querían su petróleo. Quienes cometieron los atentados fueron ciudadanos saudíes, ¿por qué no se atacó Arabia Saudí? Una guerra que asesinó a miles de personas, de niños y niñas, era la guerra de petróleo por sangre. ¿Avalas matar a gente para conseguir sus recursos naturales, como está ocurriendo en África? Todos sabemos que, si se respetara a los países, su soberanía, sus recursos naturales o si se apoyaran sus procesos democráticos y la instauración de derechos y relaciones comerciales justas, prácticamente nadie sabría de su país.
Espero que te mires al espejo y no te conviertas en un político monstruo, son políticos muy educados, muy bien vestidos y con aplomo. Personalmente, me das miedo, mucho miedo, porque estás alimentado el odio y quien fomenta el odio fomenta la violencia y una humanidad “sin humanidad”, con un futuro oscuro. Si ganaras las elecciones en su momento, incluso si consigues la mayoría absoluta, con estas actitudes y forma de pensar, para mí antievangélicas y anti doctrina social de la Iglesia y en contra del humanismo que emana de Los Derechos Humanos, te sentirás muy contento, pero habrá perdido la dignidad humana y el bien común. Espero por el bien del ser humano que cambies ¿Puedes hacerlo? ¿Quieres hacerlo? ¿O vas a seguir por la deriva de fomentar el odio y, por tanto, la violencia?
https://www.eldiario.es/murcia/murcia_y_aparte/Carta-abierta-Pablo-Casado-inmigrantes_6_799030106.html

jueves, 2 de agosto de 2018

El maltrato a los hombres, una mayoría silenciada





Parece que hay un tipo de feminismo que se ha convertido en puro fascismo, un movimiento intolerante y excluyente, que pisotea sin piedad los derechos de quienes no se venden a sus ideales de dominación.

Esta doctrina está ya en el poder, generando en todos los países instituciones y leyes discriminatorias, y absorbiendo subvenciones con el único objetivo de discriminar cada vez más a la población masculina. Algunas fuerzas políticas también juegan con esto con el fin de manejar importantes subvenciones.
Parece que hoy en día la ortodoxia en este país la representa el pensamiento feminista más radical, que en menos de una década se ha incrustado en el poder y ha logrado que se denuncie por maltrato a más de un millón de varones, muertos civilmente, despojados de sus hogares, de sus hijos y de sus medios de vida, marginados por el Estado y señalados como apestados que hay que expulsar de la familia. Cada día para ellos es un infierno y se les va quitando el sentido de vivir. Saben muy bien que sus hijos nunca pensarían ni dirían lo que les dicen sin la influencia de sus madres, pero no pueden hacer nada. Muchas veces sin casi poder levantarse por la mañana, quedándose casi sin lágrimas, luchan diariamente para seguir, por si acaso Dios obra un milagro y cambia su historia.
Un puñado de ellos, quizás varios miles,  tal vez más de los deseados, son merecedores de su condena, pero la inmensa mayoría sólo son víctimas inocentes de las mentiras y de las falsedades de un sistema legal que permite de la forma más sencilla expulsarlos sin más de la sociedad. Lo más penoso es que las consecuencias de esto no las pagan solo los desgraciados varones, sino los cientos de miles de hijos e hijas que se ven privados repentinamente de la presencia de sus padres y los cientos de miles de abuelos y abuelas que se ven privados en muchas ocasiones del cariño de sus nietos.
La responsabilidad padre-madre es de cajón. El derecho de parir no es derecho de exclusividad con lo parido. El derecho de engendrar en una hembra (mujer, esposa, amante) no es derecho tampoco de exclusividad. Por encima del mío-tuyo está el hijo, la persona humana, el valor que nadie pone, sino Dios mismo que nos lo confía. Así lo veo yo.
La definición del síndrome de alienación parental es la proporcionada por el Dr. Lowenstein que la define como la acción consciente de uno de los padres en contra del otro para que pierda el afecto, el amor, el respeto y la consideración de sus hijos. La Alienación Parental se refiere a las acciones que un progenitor lleva a cabo sobre sus hijos, como la crítica, la denigración y el ataque al otro progenitor con el posible resultado de desarrollar posteriormente el Síndrome de Alienación Parental en los hijos. Por esta razón al progenitor alejado se le denomina también “progenitor objetivo” haciendo que todos estos comportamientos parezcan que han surgido por la animadversión de los hijos.
 Para muchos de estos padres que pueden estar sufriendo esta alienación, el camino es tenebroso, triste y la esperanza de volver a recuperar el cariño de sus hijos poco a poco se va perdiendo y se va transformando en dolor al pensar que los han perdido para siempre. El hombre maltratado también existe. No es un  concepto nuevo, ni una nueva expresión, ni un símbolo, ni un ejemplo. El maltrato a los hombres es una realidad, igual de feroz que el maltrato a las mujeres. No hay diferencia.
Pero la presión social a la que están sometidos en muchas ocasiones los jueces es tan grande que la inocencia absoluta no asegura a los hombres la libre absolución en un caso en que no hay pruebas contra él, como debería obligar la presunción de inocencia que existe desde el Derecho Romano (“in dubio pro reo”) y que aparece en el artículo 24.2 de nuestra Constitución. De tal modo que una mujer puede maltratar al hombre con absoluta impunidad, amparada en el sistema judicial.
Queda pendiente por tanto, la elaboración de unas leyes y la aplicación de las mismas de manera que sean más justas y equitativas en la problemática que se produce entre hombres y mujeres de manera que no perjudiquen a los hijos y que intentando dar a la mujer lo que históricamente se le ha negado no dejen al hombre en una indefensión absoluta y total.
José Carlos Enríquez Díaz

Mons. Agrelo, carta abierta




Hoy he recibido en mi correo electrónico un mensaje que parecía enviado desde la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC)»
Me preguntaban: «Santiago, ¿quién defiende a la Guardia Civil?»
Y me pedían que, para defenderla, exigiese al Ministro del Interior una serie de cosas contra las que llevo luchando desde que tuve delante de mis ojos al primer emigrante.
Dado que a la Guardia Civil no sólo le tengo respeto sino que le he tenido siempre cariño, pinché donde dice responder, con el sencillo propósito de compartir con los Guardias unas ideas sobre su defensa y protección.
Cuál no sería mi sorpresa cuando, hecho el clic, resulta que mi interlocutor no es la AEGC, sino el Sr. Ignacio Arsuaga, y la Organización HazteOir, por él fundada.
Desistí de responder allí al Sr. Ignacio –para él sirve también lo que voy a decir aquí-, e intentaré hacerlo desde este muro a los Guardias de la AEGC. Si no lo supiesen ya, estoy seguro de que lo sospechan:

1.- Más personal, más concertinas, más medios –más escudos o más vehículos-, no significa más protección para ustedes: significa sólo más riesgo para los emigrantes, y en la misma medida, significará cada vez más riesgo para ustedes.
2.- A la Guardia Civil no la ayudará en modo alguno ver aumentada su capacidad de represión de los emigrantes, sino ver disminuida la presión inicua que la política ejerce sobre hombres y mujeres y niños necesitados de todo y entregados en manos de las mafias.
3.- Ustedes conocen a los emigrantes mejor de cuanto pueda conocerlos yo. Ustedes los atienden muchas más veces y con más dedicación de cuanto yo pueda hacerlo jamás. Yo he visto emigrantes mutilados, porque han perdido un ojo, o un brazo, o un pie. Yo los he visto golpeados –brechas abiertas en la cabeza, golpes en cualquier parte del cuerpo-, los he visto mordidos por los perros, ateridos de frío, hambrientos y sucios y enfermos y descalzos y andrajosos. He enterrado emigrantes en fosas comunes. He celebrado funerales en esta catedral de Tánger. He hecho mil veces el recuento de los muertos en el Mediterráneo. Ustedes seguramente han visto mucho más que yo. Y es eso lo que me lleva a pedirles, porque son la autoridad competente, que sean precisamente ustedes la imagen y la voz de lo que ven. Ustedes saben que en esta guerra contra los pobres, la primera víctima es la verdad. Yo les pido que digan lo que hay, como intento decirlo día a día. Ustedes tienen sentido de la justicia, y estarán de acuerdo conmigo si digo que no se pueden denunciar las heridas de los Guardias Civiles si no se denuncian con más fuerza aún las heridas de los emigrantes, el sufrimiento de los emigrantes, la vejación a la que son sometidos los emigrantes, la esclavitud que padecen los emigrantes.
4.- Acusar a los emigrantes, no protege a la Guardia Civil. Esa protección sólo puede llegar desde una política que respete los derechos de los emigrantes, una política justa, equitativa, acogedora, solidaria, generosa y humana.
5.- Si en su día los ciudadanos alemanes hubiesen protegido con sus propias vidas la vida de los judíos, además de salvar a éstos, se habrían salvado a sí mismos y habrían salvado el mundo que conocían.
Créanme si les digo que éste y sólo éste –el del respeto de los derechos de todos- es el camino en que todos podremos sentirnos seguros.
Créanme también si les digo que les habla un amigo.