viernes, 31 de mayo de 2013

Para Xabier Pikaza Jesús de Nazaret fue más que un profeta

Artículo extractado del libro de Xabier Pikaza:  Historia de Jesús. ¡Es un libro excelente!  En su  libro sobre Jesús hace una meditación muy personal de la vida y enseñanzas de Cristo, en la que critica la "crueldad" de la explotación capitalista del pobre.
En el libro del Xabier Pikaza, no hay esnobismo, ni falsa erudición. En estas páginas, brillan en cambio, la sencillez, la pulcritud y la profundidad.
Sus libros  y sus artículos publicados en su blog constituyen un verdadero tesoro para el pueblo cristiano de estos tiempos, y la señal de que Dios habla en este tiempo buscando  siervos y siervas que le respondan.

Publicado en la Editorial Verbo Divino.
Me han preguntado algunos amigos cómo se puede adquirir el libro de Xabier Pikaza, así que les remito a la siguiente página a todos aquellos que tengan interes por el libro de Xabier:
Quisiera agradecer también a las mujeres por el sacerdocio la difusión que hacen de los artículos de mi blog. A ellas también les recomiendo el libro de Xabier Pikaza. Estoy seguro de que les gustarán los comentarios que hace en su libro sobre la mujer en la iglesia.


Nació en Israel, inspiración primera


1. Moisés. La tradición afirmaba que Dios le salvó de forma milagrosa de las aguas, y que así pudo ver al Invisible y escuchar el Nombre impronunciable (Yahvé), en la montaña, para liberar, legislar y guiar por el desierto a los hebreos hasta la tierra prometida (cf. Ex 1-21). La historia de ese Moisés, muerto sin haber entrado la tierra y enterrado en un lugar desconocido, fuera de ella (Dt 34, 6), seguía viva en la conciencia israelita, pues se le dijo: «Yahvé, tu Dios, te suscitará un profeta como yo de en medio de ti, de tus hermanos… Yo pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mande» (Dt 18, 15-19).
Cada nuevo profeta era por tanto un sucesor de Moisés, pero también lo eran los escribas-rabinos, pues «se sientan en la cátedra de Moisés» (cf. Mt 23, 2), actualizando su doctrina y recreando su obra. Lógicamente, Jesús asumió la herencia y misión de Moisés, legislador de los hebreos, como seguiremos viendo (cf. Lc 9, 30-31; cf. Mc 9, 2-8).

2. Elías. Fue profeta del juicio y la salvación de Dios (cf. 1 Rey 18-19), hombre carismático, sanador de enfermos, incluso fuera de Israel, acompañado de su discípulo Eliseo. Su historia (cf. 1 Rey 17-21 y 2 Rey 1-8) contiene rasgos de violencia contra los adversarios de Yahvé, pero también recuerdos de curaciones misericordiosas (1 Rey 17, 17-24). Por un lado, fue profeta del fuego (juicio), en una línea que parece más cercana a Juan Bautista (cf. Mt 3, 9-12); por otro fue mensajero carismático de Dios, igual que su discípulo Eliseo. El recuerdo de su vida y curaciones circulaba en Galilea, tierra en cuyo entorno él había realizado su tarea.
Desde ese fondo entenderemos a Jesús, como nuevo Elías, no sólo en Galilea, cuando hacía sus milagros, como muchos afirmaron (cf. Mc 6, 15; 8, 28), sino después en Jerusalén, donde subió para anunciar el cumplimiento de la promesas (profecía) de Elías. Lógicamente, algunos pensaron que murió llamando a Elías desde la cruz (Mc 15, 35-36), a fin de que el profeta prometido le ayudara (cf. Mal 3, 23-24; Eclo 48, 1-11), aunque el evangelio indicara que llamaba a Dios desde su abandono.

3. David. Estableció el Reino de Israel y conquistó Jerusalén (2 Sam 5, 6-9), convertida pronto en ciudad sagrada, con un templo vinculado a su nombre, aunque construido por Salomón, su hijo (cf. 1 Rey 6-9; cf. 1 Cron 29). El recuerdo de David ha perdurado en Israel, vinculado a la esperanza mesiánica, que se expresa de un modo especial en la palabra de Natán: «Cuando tus días se hayan cumplido… afirmaré a tu descendiente, que saldrá de tus entrañas, yo consolidaré el trono de su realeza…» (cf. 2 Sam 7, 9-16).
Pienso que Jesús formaba parte de la tradición de los “nazoreos”, vinculados por familia a la esperanza del “nezer” o estirpe de David, aunque él haya preferido presentarse y actuar en Galilea con los rasgos proféticos de Elías. Pues bien, en un momento dado (quizá a partir de la “confesión de Pedro”: Mc 8, 29; cf. cap. 22), él vino a presentarse de una forma cada vez más clara como “Cristo”, es decir como el Rey Ungido, el Mesías davídico. De esa forma él vino a Jerusalén, para instaurar el reino davídico (cf. Mc 11, 1-16), siendo rechazado por los sacerdotes del templo y crucificado por Pilato, gobernador romano, bajo la acusación de hacerse rey de los judíos (cf. Mc 15, 26), es decir, heredero mesiánico de David. No todos los hilos de la trama de Jesús se encuentran claros, pero es evidente que (habiendo actuado como profeta en Galilea) él subió a Jerusalén como Mesías, para asumir el reino de David.

4. Otras figuras ejemplares. Al lado de esos, había en Israel otros personajes importantes que han marcado también la identidad de Jesús, situándole no sólo en la historia especial del judaísmo, sino del conjunto de la humanidad, pues no han sido sólo judíos, sino humanos en el sentido profundo de ese término. Éstos son las principales:

1. Adán (Eva). La genealogía de Lc 3, 28 (que hace a Jesús hijo de Adán) parece tardía, pero el mismo Jesús histórico ha querido vincularse con Adán (primer humano), como muestra su palabra sobre el matrimonio: «En el principio de la creación Dios los hizo varón y mujer…» (Mc 10, 4-8). Utilizando una estrategia exegética propia de su tiempo, él reinterpreta una palabra de Moisés (permitiendo el divorcio: Dt 24, 1-3), con otra más antigua, del libro del Génesis, donde Adán y Eva aparecen vinculados de manera indisoluble (Gen 1, 27).
Jesús apela así a la historia de los primeros hombres, más allá de Moisés y Abraham, para retomar desde esa base (en el principio de la creación) el camino de Dios, como indican otros momentos de su vida: tentaciones (prueba universal del ser humano: cf. Mc 1, 12-13; Mt 4; Lc 4) y exorcismos (cf. Mc 3, 23.27 par). Parece evidente que ha querido recuperar el principio de la historia humana, de manera que Pablo ha podido verle pronto como Adán, el nuevo ser humano (cf. 1 Cor 15; Rom 5).

            2. Hijo del Hombre. En principio, esa expresión tiene el mismo sentido de Adán, pues para los judíos el hombre (varón o mujer) no se define por compartir una esencia (cuerpo y alma), sino por su origen, esto es, por ser “hijo de…”, y en último sentido “hijo de hombre” (cf. Ez 2, 1; 3, 1; 4, 1 etc.).       Jesús se presentó a sí mismo como “hijo de hombre” (cf. cap. 20), y muchos de los textos que le describen así muestran simplemente que él era un ser humano, como los demás (come y bebe, está desamparado sobre el mundo; cf. Mt 11, 19; 8, 20).
            Pero hay lugares donde esa expresión puede aludir simbólicamente al hombre final, es decir, a la humanidad culminada, en la plenitud de la historia, a, una especie de “Adán del futuro”, Hijo de Hombre (con mayúscula, en la línea de Dan 7, 13; 1 Hen 37-71 y 4 Esd 13). En otros lugares, esa expresión evoca el destino de muerte de Jesús, que ha de poner su vida al servicio de los demás, como “mesías” (a partir de Mc 8, 31). Sea cual fuera el sentido de esa expresión en cada caso, siendo hijo de hombre, Jesús se ha vinculado con el destino de la humanidad, por encima las diferencias nacionales de judíos o gentiles.

            3. Abrahán. Según la tradición, vivió entre el siglo XV y XII aC y rechazó el politeísmo de su entorno (de su tierra y gente) para seguir con fidelidad al único Dios verdadero. Los judíos del tiempo le consideraban patriarca del pueblo (con Isaac, Jacob y los Doce patriarcas), iniciador de la historia de los creyentes (cf. Gen 12, 1-3). En esa línea, algunos judíos podían entender su estirpe como expresión de orgullo y de supremacía, siendo criticados ya por Juan Bautista: «No andéis diciendo: nuestro padre es Abrahán…» (Mt 3, 9; Lc 3, 8).
            En contra de una tradición cerrada en el propio pueblo, Jesús dirá que «muchos vendrán de oriente y occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos, pero los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de afuera», rompiendo así un posible exclusivismo de estirpe (Mt 8, 11). En una línea convergente, Jesús añade que el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob, es Dios de vivos y garante de resurrección de los que mueren (cf. Mc 12, 26-27). Sea como fuere, es evidente que Jesús retoma y matiza las tradiciones del patriarca israelita y se siente vinculado a ellas.

4. Jeremías. Algunos compararon a Jesús no sólo con Elías y, en general, con un profeta (cf. Mc 6, 15; 8, 28), sino con Jeremías (cf. Mt 16, 14), cuya figura ha jugado un papel importante para interpretar la historia de su muerte, a partir de la entrada en Jerusalén, con la palabra de condena contra el templo, entendido como cueva de bandidos (cf. Jer 7, 3-11; Mc 11, 17 par). Jeremías criticó el antiguo templo y se opuso a la política de guerra de los “nobles” judíos, pero pudo escapar de la muerte porque le ayudaron luego algunos amigos influyentes, y en especial un eunuco no judío, ministro del rey (cf. Jer 26, 17-24; 38, 1-13).
Jesús actuó de manera semejante a la de Jeremías (aunque quizá más intensa), al criticar el templo, pero no tuvo amigos influyentes que pudieran defenderle y fue condenado a muerte. La tradición cristiana ha visto pronto la semejanza entre Jesús y Jeremías, de manera que sus dos “historias” pueden mirarse en paralelo. Pero Jesús era más radical que Jeremías, pues no buscaba una simple purificación del templo, ni una política social y militar más justa, sino el fin de este templo y la instauración de un Reino de Dios, por encima de todos los pactos políticos; lógicamente no tuvo amigos que pudieran defenderle.

5. Siervo de Yahvé. No sabemos si interpretó su vida en el trasfondo de esa figura, diciendo, por ejemplo, ¡yo soy el Siervo de Yahvé!, pero es indudable que ella ha influido en su camino y ha marcado la interpretación posterior de su mensaje y destino, dentro de la Iglesia (cf. Mt 12, 18; Hech 3, 13.26). Había otros “modelos” que pudieron inspirarle, marcando su trayectoria: Los profetas perseguidos, el justo sufriente de Sab 2. Pero el personaje que más ha influido en la conciencia de muchos cristianos posteriores ha sido este siervo, cuyos cantos (Is 42, 1-7; 49, 1-9; 50, 4-11; 52, 13 – 53, 12) pueden verse como centro de la Biblia israelita.

Este Siervo, que puede ser un hombre o un signo del pueblo (o de parte del pueblo) israelita, aparece como representante de Dios y como portador de su mensaje, precisamente por las autoridades que quieren matarle. Él puede entenderse no sólo como signo de Israel, sino como expresión de humanidad sufriente. Sin duda, el destino de ese siervo ayuda a descifrar la historia de los hombres y en especial la de Jesús, como veremos desde cap. 23.

Estos cinco personajes nos permiten situar a Jesús en el trasfondo de una visión de conjunto, no sólo de Israel (con Abraham), sino de la humanidad (Adán, Hijo de Hombre…). En ese contexto han sido fundamentales Jeremías y el Siervo de Yahvé, que sitúan a Jesús ante el principio de la teodicea, el sufrimiento y fracaso de los justos, que marcará la segunda parte de su historia (que estudiaré a partir de cap. 21 ss).


LIBRE POR EL REINO, HIJO DE HOMBRE

            He presentado a Jesús como discípulo de Juan (cap. 5-6) y profeta del Reino de Dios en Galilea, con rasgos que parecen vincularle a la tradición de Elías (cf. cap. 7). Siguiendo en esa línea, he de añadir que, en un momento dado, él ha venido a presentarse (sin negar lo anterior) como Mesías, que no sólo anuncia el Reino, sino que lo instaura y define, en Jerusalén, con rasgos vinculados a la tradición de David.
No es fácil trazar el paso o trayectoria que le lleva de Elías a David, de profeta a mesías, ni fijar un momento clave en ese cambio (si es que lo hubo), aunque es importante la confesión de Pedro en Cesárea de Felipe, con la rectificación posterior de Jesús (cap. 22). En este contexto, avanzando en lo dicho sobre Mamón (cap. 19), plantearé el tema de su identidad, como célibe e hijo de hombre.
Éste será un capítulo denso donde destacaré el despliegue activo de su identidad a partir de su misión como profeta, enviado de Dios, sanador, exorcista, rabino (maestro moral) y poeta (creador de parábolas…). Así mostraré el despliegue de su conciencia, no en sentido intimista (desde lo que él piensa, en clave psicológica), sino desde lo que hace (la forma en la que vive): (1) Célibe, un hombre para todos. (2) Hijo del Hombre, un simple y denso ser humano. (3) Hombre al servicio del Reino, un camino.

 1. Célibe: Un hombre para todos

La Iglesia ha centrado su mirada en la conciencia de Jesús, a quien llama Cristo, Señor, Hijo de Dios, venerándole incluso como ser divino. Pero Jesús no se centró en sí mismo, sino en los pobres, marginados, enfermos y hambrientos de su entorno galileo a quienes anunciaba y ofrecía el Reino. Probablemente, se consideraba hijo de David, pero no en línea de superioridad, por encima de otros, sino de servicio, de Reino.
Invocó a Dios como Padre, y se consideró su hijo, pero eso no le distanció o separó, sino que le unió con otros hombres y mujeres, pues se sintió llamado a compartir con ellos su experiencia. Fue un hombre para los demás, hijo de Dios, siendo hermano y amigo de todos, de forma que tras su muerte en cruz «aquellos que antes le habían amado, no dejaron de hacerlo…» (Josefo, Ant. XVIII, 63-64). En ese contexto se entiende su celibato, como forma de ser y vivir para el Reino.

1. Proyecto de Reino y familia. La tradición israelita suponía que tanto el varón como la mujer han de casarse, pero ya Sab 3, 13-4, 6 incluye un canto al eunuco y a la mujer soltera/estéril, si son fieles a Dios (cf. Is 56, 3-5). En esa línea, algunos movimientos judíos, helenistas y palestinos (terapeutas, esenios), habían podido aceptar e incluso apoyar un tipo de celibato, vinculado al encuentro espiritual con Dios o a motivos de pureza y cercanía escatológica. No parece que Jesús haya sido célibe por de pureza o espiritualismo (huída de este mundo), sino para identificarse con los pobres, en especial con aquellos que en aquellas condiciones sociales no podían tener una familia.
Era artesano (tektôn, cf. cap. 4), pero no conocemos su estilo de vida anterior, y la tradición (cuidadosa en fijar el lugar de su madre y hermanos en la iglesia; cf. cap. 3) no ha transmitido la memoria de su esposa o de sus posibles hijos, como habría hecho si los hubiera tenido. Ciertamente, es posible que estuviera casado antes de hacerse discípulo del Bautista, pero no se ha conservado recuerdo de ello, en un contexto donde su matrimonio no hubiera supuesto dificultad para la Iglesia posterior (que tuvo, sin embargo, dificultades para situar y entender la función de su madre y sus hermanos).
 Eso, unido a su modo de vida, muestra a, mi entender, que era célibe, no para cultivar unos valores interiores, sino por experiencia concreta, en comunión con miles de personas que habían perdido su familia (o no podían tenerla), y porque buscó otro tipo de comunión donde cupieran los excluidos, solitarios y enfermos de diverso tipo. Su celibato no importaba en sí mismo (¡los evangelios ni lo mencionan!), sino por la forma concreta en que Jesús lo vivió, como expansión y consecuencia de su opción de Reino, al servicio de todos. En contra de cierta iglesia posterior (que lo exige a sus ministros), el celibato no fue para Jesús un punto de partida, ni expresión de una condena de los lazos familiares (o del sexo), sino un estado de vida que le permitió expresar y cumplir su tarea, al servicio del Reino, como supone el texto sobre los eunucos (Mt 19, 12)[i].
Parece que Juan Bautista, su maestro, había sido célibe por “presura” de tiempo (¿cómo crear una familia si este mundo acaba?), y así puede haberlo sido Pablo (cf. 1 Cor 7, 29-31). En contra de eso, Jesús no lo ha sido porque el mundo acaba, sino porque empieza un tiempo nuevo, abierto a nuevas formas de amor y de apertura al Reino, que le impulsan a crear otro tipo de familia. Por eso, no rechazó el matrimonio por ascesis, sino por felicidad de Reino, no para aislarse como solitario, sino para compartir la Palabra con otros hombres y mujeres, no por carencia o miedo, sino por desbordamiento, en unión con otros carentes de familia, ante la llegada del Reino[ii].
Su condición responde no sólo al contexto de desintegración que se extendía en Galilea tras la ruptura del orden antiguo (pérdida de tierra de muchos campesinos), sino que ha de entenderse desde su servicio de Reino. Los nuevos impulsos sociales y laborales habían destruido un orden secular, fundado en la estabilidad e independencia de cada familia, entendida como unidad de vida y generación para hombres y mujeres. En consecuencia, una parte considerable de la población (sin heredad, ni trabajo estable, es decir, sin casa/tierra) tenía dificultad para fundar una familia en sentido antiguo. Pero él buscó y puso en marcha un tipo de fidelidad y familia que superaba el orden patriarcal antiguo.
En esa línea, decimos que ha sido célibe por solidaridad con los pobres sin casa, e incluso con los pobres sexuales (leprosos, prostitutas, enfermos, abandonados), que no podían mantener una relación familiar estable, socialmente reconocida como indica su palabra sobre los eunucos por el Reino (cf. Mt 19, 12), que se sitúa (y le sitúa) en un espacio de marginación sexual, de tipo biológico, psicológico o social. En su forma actual esa palabra puede haber sido recreada por una comunidad posterior, con tendencias ascéticas, pero ella conserva un recuerdo de Jesús y de su grupo, pues el celibato (eunucato) del Jesús no nace de en un tipo de ascesis, sino por aceptación de una sexualidad distinta (no patriarcal), en solidaridad con marginados y pobres.

b. Con los expulsados sexuales. No ha sido célibe por alejamiento y pureza espiritualista (para contemplar el misterio sin mancha), sino para desarrollar una forma distinta de amor, superando las limitaciones del orden patriarcal, para vivir con personas del último estrato humano y afectivo, carentes de familia, sexualmente marginadas. Entendido así, su gesto es extrañamente fuerte, pues le une a los que nadie unía (eunucos: Mt 19, 10-12), abriendo nuevas formas de relación, comunidad de Reino, con varones y mujeres sin familia o que la habían abandonado por un tiempo, para crear nuevos tipos de solidaridad y comunión humana (cf. Lc 8, 1-3; Mc 15, 40-41).
Rompe así los moldes de su entorno, pues no acepta la función de “padre de familia”, ni los esquemas de relación social de su entorno, caminando rodeado de varones y mujeres, sin miedo a mantener con ellos/ellas unas relaciones que muchos juzgaban ambiguas y acogiendo con afecto real a los niños (cf. Mc 9, 10-13 par.). No sabemos lo que habría hecho si el Reino hubiera llegado en Galilea o en Jerusalén, en un sentido histórico y social, y debemos evitar las especulaciones; pero sabemos lo que hizo mientras buscaba y promovía el Reino.
No quiso recrear una sociedad patriarcal, con superioridad de varones (padres), sino una comunidad donde cupieran todos (varones y mujeres, casados y solteros, niños y mayores…; cf. cap. 15, 16), Sólo en ese trasfondo se entiende su celibato, que no es signo de carencia o debilidad (iba contra el mandato de ¡creced, multiplicaos!: Gen 1, 28), sino principio de abundancia, una forma de solidarizarse con los más pobres, abriendo para y con ellos una esperanza de familia y resurrección, donde hombres y mujeres serán «como ángeles del cielo», en libertad de amor (Mc 12, 15[iii].

Amó a sus los discípulos, con rasgos de fuerte intimidad dramática. Mc 4, 10-12 supone que Jesús mantenía con ellos una intensa relación de intimidad personal. En ese contexto es significativo (perturbador) el modo en que Jn 23, 23; 19, 26: 20, 22; 21, 7. 20 ha planteado su relación afectiva con “aquel a quien amaba”. Sin duda, esa relación ha de entenderse en un contexto simbólico donde el trato del maestro/iniciador con sus discípulos aparecía marcado de tintes afectivos. Pero esa forma de presentar los datos hubiera sido imposible si Jesús no hubiera mantenido una intensa relación de amor con ellos (cf. Flavio Josefo, Ant XVIII, 63-64).
− Se relacionó con varones de fuera de su grupo. Mc 10, 21 afirma que “amó” al hombre rico que estaba dispuesto a seguirle. Tanto Mt 8, 5-13 como Lc 7, 1-10 suponen que no criticó al “siervo querido” del centurión, que en aquel contexto parece amante homosexual. Ciertamente, el joven que le seguía y escapó desnudo del Monte de los Olivos, cuando le arrestaron (Mc 14, 51-52) puede ser una figura simbólica de Jesús o de los creyentes, a quienes nadie puede prender, pero ofrece rasgos que se sitúan (nos sitúan) en un plano.
− Se vinculó con mujeres. Jn 11, 5 sostiene que “amaba” a Marta y a su hermano Lázaro, y Lc 10, 38-39 supone que amaba de un modo especial a María, hermana de Marta, que escuchaba su palabra. Las relaciones de Jesús con María Magdalena han sido objeto de especulaciones sin base, pero es evidente que en el fondo de ellas se conserva el recuerdo de una amistad especial, que la tradición no ha podido (ni querido) borrar. Por estos y otros datos sabemos que no ha sido célibe por odio (o miedo) a las mujeres, sino para establecer con ellas una relación de respeto, intimidad y diálogo que, en aquel tiempo, resultaban infrecuentes en un contexto patriarcal[iv].
− Sólo en ese fondo se entiende el tema de su orientación sexual. Ciertamente, no fue machista (o mejor dicho patriarcalista) en el sentido ordinario del término, como lo avala su forma de oponerse al poder masculino en el divorcio (Mc 10, 1-7) y su manera de referirse a los “eunucos”, solidarizándose con ellos (Mt 19, 10-12). Los evangelios le presentan valorando las mujeres, amando a varones y relacionándose con el discípulo amado (cf. Mc 10, 21; Mt 8, 5-13; textos de Jn ya citados), de manera que algunos han podido decir que tenía una tendencia homosexual (o bisexual). Pero esa interpretación va más allá de lo que dicen los textos. Lo único que podemos afirmar es que mostraba un amor abierto a varones y mujeres, y que su celibato ha de entenderse en forma de potenciación afectiva[v].


c. Celibato al servicio del Reino. No rechazó el matrimonio, que era signo del Reino de Dios (cf. Mc 2, 19), lugar y camino de fidelidad humana (cf. Mc 10, 7-9; cf. cap. 11), y por eso su celibato no pudo entenderse en clave de rechazo, sino de creación de una familia abierta a todos, especialmente a los más necesitados. Por eso, no excluía, sino que incluía en su Reino el signo de filiación y bodas, la comunión del Reino, con madres, hermanos, hermanas e hijos (cf. Mc 2, 18-19; Mc 3, 31-35; 10, 30). Había en aquel tiempo muchos que no podían casarse, por razón económica, social o personal. Pues bien, Jesús pudo convertir esa situación en medio para la creación de un tipo más alto de familia, en fidelidad personal de hombre y mujer (cf. Mc 10, 11), donde hubiera un espacio afectivo de cien madres, hermanos e hijos (cf. Mc 10, 30), como aparece al compararle con Juan y con otros personajes significativos (cf. cap. 1)[vi].
Asumiendo y transformando la tarea de algunos israelitas anteriores (Moisés, David, Elías, Juan…), Jesús despertó gran amor y entusiasmo, pues le escucharon y siguieron multitudes de pobres y enfermos, excluidos de la vida, que provenían, casi siempre, de las clases oprimidas de Galilea. De esa forma, él pudo ser signo de familia para muchos sin familia, tanto varones como mujeres. No le podemos presentar como patriarca y progenitor ejemplar (como Adán o Abrahán), pues no engendró hijos por su semen (de su misma carne), pero pudo presentarse como hermano universal, por la Palabra, capaz de abrirse en amor mas extenso, especialmente hacia a los rechazados del sistema.




[i] Su situación de célibe responde al proyecto y tarea del Reino. Ciertamente, no puede demostrarse de un modo absoluto que lo fuera, y algunos investigadores han supuesto que podía haber sido viudo y sin hijos. Otros, más fantasiosos, han hablado de sus relaciones con Magdalena o de su apertura afectiva más extensa (habría desarrollado un tipo de “amor” extendido hacia hombres y mujeres, de forma no genital). Otros, en fin, aseguran que, tras la venida del Reino (si hubiera llegado, sin que le hubieran matado), él se habría casado, iniciando un matrimonio distinto…Pero nada de eso sabemos, nada se puede apoyar en las fuentes. Lo único cierto es que en el tiempo de su ministerio de Reino, desde su misión con Juan, pasando por su mensaje en Galilea, hasta su muerte, fue célibe, sin que tuviera que defender o comentar su opción (a no ser de un modo indirecto, en Mt 19, 12), a diferencia de Pablo (1, Cor 7, 7). En esa línea, algunos han supuesto que, si Pablo hubiera sabido que Jesús fue célibe, se hubiera apoyado en ello para defender el celibato, y al no hacerlo se puede suponer que pensaba que Jesús estuvo casado. Pero ese argumento no prueba, pues Pablo apenas apela a Jesús para defender sus posturas.
De todas formas, esta reflexión sobre el celibato y familia de Jesús no puede absolutizarse, pues él podría haber sido Hijo de Dios y Redentor con mujer e hijos. Pero, si los hubiera tenido, ello se hubiera conocido, pues la tradición cristiana ha sido cuidadosa en mantener la memoria de sus familiares (cf. Mc 3, 20.31-35; d, 1-6). En la iglesia de Jerusalén, sus familiares han recibido el título honorífico de «hermanos del Señor», que les reconoce el mismo Pablo (cf. Gal 1, 19; 1 Cor 9, 5), y María, su madre, aparece como Gebîra o Madre del Señor (Lc 1, 43); en esa línea, si los hubiera tenido, su esposa e hijos, hubieran cumplido una función importante.
[ii] Cf. J. P. Meier, Un judío marginal I, Verbo Divino, Estella 1997, 341-354. Cf. también H. Hübner, Zöllibat in Qumrán: NTS 17 (1970/1971) 153-167; H. Stegemann, Los esenios, Qumrán, Juan Bautista y Jesús, Trotta, Madrid 1996. En otra línea, cf. H. Cáceres, Jesús, el varón. Aproximación bíblica a su masculinidad, Verbo Divino, Estella 2011; Cf. D. B. Martin, Sex and the Single Saviour: Gender and Sexuality in Biblical Interpretation, J. Knox, London 2006; M. Broshi, Matrimony and poverty. Jesus and the Essenes: Rev. Qumran 19 (2000) 629-634; J. D. Amador, Eunuchs and the gender Jesus: Matthew 19.12 and transgressive sexualities: JSNT 28 (2005) 13-40; X. Tilliette, Unverwundete Natur? Über die Keuschheit Jesu: IKZ Communio 34 (2005) 90-94.
[iii] Fue varón, y aparece relacionándoles con varones y mujeres (y niños), de manera que se le puede presentar como ejemplo de una sexualidad masculina que no está hecha de represiones o limitaciones, sino de apertura afectiva y de comunicación en igualdad con varones y mujeres. Un tipo de moralidad posterior de la Iglesia ha silenciado esta novedad de su figura.
[iv] Hay mucha bibliografía sobre el tema y es difícil valorarla. A modo de ejemplo, cf. H. Moxnes, Poner a Jesús en su lugar, Verbo Divino, Estella 2005 y H. Cáceres, Jesús, el varón, Verbo Divino, Estella 2011; Th. Matura, Radicalismo Evangélico, I. Vida Religiosa, Madrid 1980. Cuando algunos apócrifos, como Ev. Felipe 55, dicen que quería y besaba en la boca a Magdalena, han de entenderse en sentido figurado, pues son de tendencia gnóstica.
[v] Cf. T. W. Jennings, The Man Jesus Loved: Homoerotic narratives from de New Testament, Pilgrim Press, Cleveland 2003; S. van Tilborg, Imaginative Love in John, Brill, Leiden 1993.
[vi] Sobre la experiencia de fondo de Jesús, cf. Th. Matura, El radicalismo evangélico, Claretianas, Madrid 1980; J. M. R. Tillard, El proyecto de vida de los religiosos, Claretianas, Madrid 1974; L. Legrand, La doctrina bíblica sobre la virginidad, Verbo Divino, Estella 1976. S. Guijarro ha estudiado el tema desde diversas perspectivas: Fidelidades en conflicto. La ruptura con la familia por causa del discipulado y de la misión en la tradición sinóptica, Pontificia, Salamanca 1998; La familia en el movimiento de Jesús: Estudios Bíblicos 61 (2003) 65-83; Dios Padre en la actuación de Jesús: Estudios Trinitarios 34 (2000) 33-69; Reino y familia en conflicto: una aportación al estudio del Jesús histórico: Estudios Bíblicos 56 (1998) 507-541; La familia en la Galilea del siglo primero: Estudios Bíblicos 53 (1995):461-88; Kingdom and Family in Conflict. A Contribution to the Study of the Historical Jesus, en: J. J. Pilch (ed.), Social Scientific Models for Interpreting the Bible. Essays by the Context Group in Honour of Bruce J. Malina, Brill, Leiden 2001, 210-238.

Sr Pagola: Jesús fue más que un profeta...



José Antonio Pagola se dio un baño de multitudes en el coelgio mayor Chaminade -marianistas- de Madrid. 600 personas dicen en RD, aunque otros aseguran que en el lugar donde pronunció su charla solo caben la mitad. En todo caso aquello estaba lleno.

Dijo Pagola lo siguiente:
“…es preciso retornar a entender a Jesús no como un Padre o como un Rey, sino fundamentalmente como lo que fue: un Profeta".

¿Quién es Jesús?

Lo cierto es que el cristianismo depende por entero de esta veracidad ¡JESUCRISTO!


            Mateo 16:15  “¿Y vosotros quien decís que soy YO?”

Dios se ha revelado. El hombre no está sólo en la naturaleza. Dios no solo nos ha hablado por medio de la naturaleza, sino que ha extendido su mano hacia nosotros por medio de Jesucristo.
Y esta realidad es la realidad que tenemos que vivir hoy, aunque vamos a estudiar la persona de Jesús, la realidad que tiene que subyacer a todo este estudio es que Jesús está con nosotros, y que su historia aporta elementos a nuestra fe,  como lo aporta la vida nueva que tenemos cada día, el corazón nuevo, la vida plena del Espíritu Santo...

            Vamos a ver el Jesús histórico, pero Jesús está aquí, con nosotros ahora en la reunión y en cada uno de nosotros ¡es un misterio! Pero ES REAL....

            Hablamos de Jesús ..., pero deberíamos percatarnos como Pablo la 1ª vez que vio a Jesús cayó ante su presencia, como la cuidó, y le dirigió, esa obra también quiere hacerla Dios con cada uno de nosotros. Caminamos en la salvación, pero la salvación es la vida.

            La persona de Jesucristo es la garantía del amor de Dios por cada uno de nosotros. Dios se revela a través de Jesús. Y lo que es importante que este Jesús a quien buscáis está vivo ha resucitado y ESTÁ CON NOSOTROS TODOS LOS DÍAS HASTA EL FIN DEL MUNDO...


 Podemos acercarnos a la figura histórica de Jesús.

Hoy por hoy nadie duda de que JESÚS existiera . Hay tanta confiabilidad documental que sería absurdo negarlo. Hacerlo supondría negar la existencia de Sócrates, Platón, o el mismo Napoleón, porque existe más evidencia histórica de la existencia de Jesucristo que de todos estos otros personajes...

            Hay no obstante cuatro conceptos MODERNOS acerca de Cristo:

1.      Jesús nunca existió: Los que tienen esta postura dicen que el apóstol Pablo inventó la idea de Jesús de historias antiguas y que los evangelios se escribieron posteriormente para dar veracidad a esta leyenda.
2.      Jesús existió, pero no realizó nada sobrenatural. Había necesidades en aquella época y Jesús fue la invención oportuna
3.      No importa, lo único trascendente es que cada uno crea lo que quiera. Lo importante es creer en algo, y no es importante que Jesús resucitase o no.

Pero debemos considerar que:

q       Hay bastante diferencia entre la idea que los judíos tenían con respecto al Mesías y el cuadro que pintó Jesucristo. (JESÚS FUE UNA SORPRESA...)
q       La vida de estos apóstoles y discípulos de todos los que se acercaban a Jesús cambiaba radicalmente. Y aun hoy...
q       Las evidencias históricas de la resurrección de Jesucristo no podrían haber sido invención de un grupo de fanáticos... como un intento de elevar a Jesús a la deidad.
q       Los discípulos eran hombres difíciles de convencer, abiertos a la duda ...



 Jesús demuestra su Divinidad por el testimonio escrito.

Pero podemos comprobar:

q       Los registros evangélicos fueron escritos por testigos oculares, en un lapso de 40 años siguientes a los sucesos referidos. Esto otorga credibilidad y exactitud. La gente aun recordaba a Jesús con claridad.
q       Hay cuatro relatos que concuerdan en los hechos principales.
q       Todos estos relatos concuerdan con la evidencia de los historiadores judíos y seculares del I y II siglos
q       La Biblia ha probado ser exacta en todo lo que dice. La Arqueología está hoy verificando muchos acontecimientos que narrados en la Biblia, se desconocían y se dudaba de su veracidad (Belsasar hijo de Nabonido) el rey Asuero, etc.

Se llegó a creer que Lucas se había inventado ciudades y nombres de gobernantes..., y hoy en día cada uno de ellos es corroborado por la historia: “Galión proconsul de Acaya” Hech 18:12-17, se dudaba de su existencia hasta que se encontró una inscripción en una roca en unas excavaciones que datan de 51 d.C, fecha en la que Pablo estaba en Corinto...

Uno de los malentendidos más corrientes acerca de Jesús es que no se le menciona en ninguna parte que no sea en la Biblia. Lo que es falso, pues muchos historiadores judíos y romanos lo nombran con la ocasión de  que murió en las manos de Poncio  Pilato.
      El historiador Tácito explica como Nerón culpó injustamente a los cristianos aclarando su origen en la persona de Jesús (55-120 d.C)
      El judío Flavio Josefo fariseo que vivió la destrucción de Jerusalén por los romanos, y muchos otros documentos totalmente de historiadores.

Sobre la veracidad del Nuevo Testamento hay 5.000 manuscritos que contienen el Nuevo Testamento completo. Las evidencias de los manuscritos del Nuevo Testamento son más abundantes que las de cualquier otro libro de la antigüedad




Comparar:

      Del Nuevo Testamento tenemos fragmentos de manuscritos con una distancia de 40 años más tarde que los originales (pero hay miles de copias posteriores que demuestran su fiabilidad)  Del documento de la “Guerra de las Galias”  de Julio César, existe una copia, pero con 900 años después que el original fuese redactado por primera vez.


Podemos verificar que la información de estos documentos históricos es veraz.
Por lo tanto Jesús existió.

Ahora bien ¿Quién fue Jesús?


 Jesús demuestra su Divinidad por su declaración sobre sí mismo.


            El que me ha visto a Mí, ha visto al Padre” Jn 14:9
Yo soy el camino la Verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por Mí” Jn 14:6
Jesús afirmaba que hablaba en el nombre de Dios, que venía en el nombre de Dios, que es Dios,..., y a pesar de todo muchos quieren pensar en Él como un gran maestro religioso.

            Pero lo que Jesús decía no tiene semejanza con ningún otro líder religioso.  Ni Moisés, ni Pablo, ni Buda, ni Mahoma, ni Confucio...

Sólo Cristo afirmó que es Dios. 


 Señalar aspectos de la divinidad de Jesús afirmada por el mismo:

Mar 14: 61-64  Y Jesús le dijo Yo soy, y veréis al Hijo del Hombre...”
 Y por este motivo le juzgaron y le mataron
Jn 10:33 “Por buena obra no te apedreamos, sino porque Tú siendo Hombre te haces Dios”
Jn 10:11  “Yo soy el Buen Pastor” “El Señor es mi Pastor” Salm 23
Jn 5:17,18 El concepto Mi Padre, no nuestro Padre era algo que reclamaba una relación particular con Dios, el Padre; Él es el Hijo de Dios...
Jn 14:1  No se turbe vuestro corazón,...,  creéis en Dios, creed también en Mí

Jn 14:9

Mt 5:20, 22, 26,28 diferencia con Así dice el Señor, y De cierto de cierto os digo...
Abba Padre, el término íntimo que nadie se atrevió jamás a relacionarse así con Dios, para los judíos ni siquiera mencionaban el nombre de Dios YHWH
Jn 8:58 “... antes que Abraham fuese Yo soy”  Este Yo soy tiene relación con Éxodo 3:14 “Yo soy el que soy”...



SI FUESE SOLAMENTE UN HOMBRE ¿PORQUE AFIRMARÍA QUE ES DIOS?
             
Jesús demuestra su Divinidad por la declaración de otros.

Lo que dijeron otros:
Consideraron a Jesús como Dios.
Pablo; Filipenses 2:9-11; Tito 2:13
Juan el Bautista. Lc 3:22
Pedro Mat 16:15-17
Tomás Jn 20:28
Esteban Hech 7:59
Pilato “Ningún delito hallo en este hombre” Lc 23:4
Un soldado al pie de la cruz “Verdaderamente este hombre era justo” Lc 23:47
El ladrón “Este ningún mal hizo” Lc 23:41



Atribuyeron a Jesús los poderes de Dios ...

Rabí sabemos que has venido de Dios; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con Él” Jn 3:2

Pero ¿Cómo podía un hombre hacer que otros pensasen que es Dios?

  1. Afirmó poder perdonar pecados. Mr 2:7 “¿quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?”
  2. Jesús reclamó ser VIDA  Jn 14 6
  3. 1ª Jn 5:11,12 La vida está en Él
  4. Dijo tener igual autoridad que Dios Mt 5:21,22  “ Oísteis que fue dicho, pero Yo os digo...” Mt 28:18,19 “Toda potestad me es dada...”
  5. Dijo que oráramos en su nombre Jn 14:13,14
  6. Jesús realizó milagros que únicamente se pueden atribuir a Dios (sanó a enfermos, resucitó a muertos,...Jesús usó los milagros como prueba para apoyar lo que decía cuando le preguntaron si Él era el Mesías Mt 11:4,5 “ Id y haced saber a Juan las cosas que oís y veis...”
  7. El cumplimiento profético sobre su vida, nacimiento, obras, muerte  y resurrección.
Entonces nos quedan las siguientes opciones al respecto de la persona de Jesús:


            1 .- Es Dios
            2.- Es un mentiroso
            3.- Es un loco


Hay quien se atrevió a decir que está dispuesto a aceptar a Jesús como un gran maestro de moral y..., pero no que es Dios..., obviamente esto contradice con el personaje que representa....


 Por nosotros mismos.

Y Vosotros quien decís que SOY?  Mr 8:29


O es verdadera o es falsa.

Supongamos que es falsa:

 ¿Era un mentiroso?

Si cuando Jesús hizo todas estas afirmaciones sobre su persona y sabía que no eran ciertas; entonces era un mentiroso, y un hipócrita, porque le decía a los demás que fuesen honestos a cualquier precio, y él era un mentiroso...

Y pero aun si decía que debían confiar en él para su destino eterno y era una falsedad, entonces tenía que ser propio del maligno...

También tendría que ser un necio, porque estas afirmaciones llevadas hasta el final le condujeron a la muerte, y él conocía las reglas de aquella cultura...
            Jesús no podría haber sido de ninguna manera un mentiroso, de hecho es admirado como un hombre de altas normas éticas morales, incluso por los incrédulos. El que había declarado que “los que mienten son hijos del diablo” Jn 8:44 y que a si mismo afirmó ser HIJO de DIOS...

            En ningún caso tuvo la reputación de ser un mentiroso....

Leer

Mr 14:61-64;  Jn 19:7


La pureza de Jesús, su dignidad, su  enseñanza moral, revelada en cada una de sus palabras y obras no permiten semejante hipótesis...

Respondió con sabiduría a las preguntas más capciosas.
Con calma y deliberadamente predijo su muerte sobre la cruz.
Su resurrección al 3º día, la Venida del Espíritu Santo. Todas las profecías que anunció se cumplieron exáctamente.

¿Cómo podría ser un impostor, habiendo concebido un plan  de beneficencia de magnitud moral, y haber sacrificado su propia vida por ello, habiendo mantenido el carácter más puro que jamás nadie alcanzó en la historia de la humanidad.

            Aunque algunos enemigos de Jesús levantaron falsas acusaciones contra Él, y a pesar de la sentencia de aquel JUICIO Injusto. El mismo Pilato declaró: “Ningún delito hallo en este hombre” Lc 23:4; Un soldado al pie de la cruz exclamó “Verdaderamente este hombre era justo” Lc 23:47; y el mismo ladrón colgado a su lado dijo “Este ningún mal hizo” Lc 23:41


            El juicio fue un Juicio “injusto” .... “ A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar...”




Otra opción ¿un hombre Loco?

            Pensar que alguien se hiciese pasar por Dios en una cultura extremadamente monoteísta,  y que hubiese contado a otros que su destino eterno dependían de que creyesen en Él ¿ no puede ser el pensamiento de un loco....

¿Dónde hay en algún lugar de su historia encontrar algún signo de fluctuación, de desequilibrio, de no cabalidad?...

            La profundidad de su enseñanza, de su propósito no permite albergar ninguna duda al respecto...

            Sería una locura el presuponer que la persona distinguida entre los hombres más grandes que jamás han existido decir que era una desequilibrada mental... 

Ha habido muchos en la historia que han afirmado ser dios, pero la evidencia, de su estilo de vida negaba sin lugar a dudas lo que afirmaban...

            Sin embargo el mensaje de Jesús, su obra, su Palabra, y su vida sigue aun hoy sanando y salvando VIDAS.... esta es la realidad...


Si rechazamos cualquiera de estas dos opciones, nos queda el camino de que JESÚS ES DIOS

            Cada uno de nosotros tenemos que estar totalmente convencidos de este hecho tanto intelectual como emocionalmente, antes de comprender el impacto de Jesucristo en nuestra vida

            Jesucristo es el mismo ayer hoy y por los siglos Heb 13:8


            SI DIOS SE HICIESE HOMBRE....


Podríamos esperar que:

  1. Hiciera su entrada de una manera desacostumbrada de la vida.
  2. Fuera sin pecado. (Jn 8:46; 29; fue tentado, pero sin pecado...)
  3. Manifestara su condición sobrenatural con milagros.
  4. Hablara las más grandes palabras que jamás se hayan hablado. ..., pero mis palabras no pasarán Lc 21:33; Jn 7:46)
  5. Tuviera una influencia duradera e universal.
  6. Satisficiera el hambre espiritual del hombre. (Jn 6:35; 7:37; 4:14) Mt 11:28
  7. Ejercitara poder sobre la muerte.



 Jesús demuestra su Divinidad por el cumplimiento profético.


Hubo docenas de profecías en el Antiguo Testamento referentes al Mesías, aunque algunos de esos pasajes no hayan ido reconocidos como tales cuando fueron escritos, como los que dicen que tal seria Nazareno (Mateo 2.23), o que iba a huir a Egipto (v. 15). En cambio, hay otros pasajes que tienen sentido solo si se refieren a Dios Mesías.


            Hay más de 300 profecías en el Antiguo Testamento que hacen referencia al Mesías y que se cumplieron fielmente en Jesús:

Algunas de estas son:


 1 . Nacido de mujer (Génesis 3.15; Gálatas 4.4).

2. Nacido de una virgen (Isaías 7.14; Mateo 1.21).

3. Habría 483 años desde la declaración de reconstruir el templo efectuada en el año 444 a.C. hasta el Mesías Príncipe (La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén) (Daniel 9.24)  (Desde el 14 de marzo del 445 a.C. hasta el 6 de Abril de 32 d.C, que es la fecha que se estima en la que entó Jesús en Jerusalén

4. De la simiente de Abraham (Génesis 12.1-3; 22.18; Mateo 1. 1; Gálatas 3.16).

5. De la  tribu de Judá (Génesis 49.10; Lucas 3.23,33;Hebreos 7.14).

6. De la casa de David (2 Samuel 7. 12; Mateo 1. 1).

7. Nacería en Belén (Miqueas 5.2; Mateo 2.1; Lucas 2.4-7).

8. Ungido por el Espíritu Santo (Isaías 11.2; Mateo3.16,17).

9. Precedido por el mensajero del Señor (Isaías 40.3; Malaquías 3. 1; Mateo 3.1,2).

10. Obraría prodigios (Isaías 3 5.5,6; Mateo 9.3 5).

11. Limpiaría el templo (Malaquías 3. 1; Mateo 21.12).

12. Seria rechazado por los judíos (Salmos 118.22;1 Pedro 2.7).

13. Murió de una manera humillante (Salmos 22; Isaías 53), lo que incluye:

a. rechazo (Isaías 5 3.3; Juan 1. 10, 11; 7.5,4 8)

b. silencio ante sus acusadores (Isaías 53.7; Mateo 27.12-19).

c. ser escarnecido (Salmo 22.7, 8; Mateo 27.3 1).

d. perforaron sus manos y pies (Salmo 22.16;Lucas 23.33).

e. crucificado con ladrones (Isaías 53.12; Mateo 27.38).

f. ora por sus perseguidores (Isaías 53.12; Lucas 23.43).

g. Su costado fue atravesado (Zacarías 12. 10; Juan  19.34).

h. sepultado en la tumba de un rico (Isaías 53.9;Mateo 27.57-60).

i. echaron suertes por sus vestiduras (Salmo22.18; Juan 19.23, 24).

14. Se levantaría de entre los muertos (Salmo 16.10;Marcos 16.6, Hechos 2.3 1).

15. Asciende al cielo (Salmo 68.18; Hechos 1.9).

16. Se sentaría a la diestra de Dios (Salmo 110 . 1.Hebreos 1.3).

Algunas más:

1.      Hijo de Dios Salm 2:7 Mt 3:17
2.      Homenajeado con regalos Sal 72:10; Mt 2:1,11
3.      Será llamado Señor Salm 110:1; Lc 2:11; Lc 20:41-44
4.      Será Enmanuel Isaías 7:14; Mt 1:23
5.      Será Profeta Deut 18:18 Mt 21:11
6.      Será Sacerdote Salm 110:4; Heb 3:1; 5:5,6
7.      Será Juez Isaías 33:22; Jn 5:30
8.      Será Rey Salm 2:6; Mt 27:37
9.      Iniciará el ministerio en Galilea Isaías 9:1; Mt 4:12,13,17
10. Ministerio de Milagros Salm 78:2; Mt 13:34
11. Maestro de Parábolas Salm 78:2; Mt 13:34
12. Había de entrar en el Templo Mal 3:1; Mt 21:12
13. Había de entrar en Jerusalén sobre un asno Zacarías 9:9; Lc 19:35
14. Piedra de Tropiezo a los judíos Salm 118:22; 1ª Pedro 2:7
15. Luz a los gentiles Isaías 60:3; Hech 13:47
16. Traicionado por un amigo Salm 41:9; Mt 10:4
17. Vendido por 30 piezas de plata Zacarías 11:12; Mt 26:15
18. Dinero arrojado en la casa de Dios Zacarías 11:13b; Mt 27:5ª
19. Precio dado al campo del alfarero Zac 11:13b; Mt 27:7
20. Olvidado por sus discípulos Zac 13:7; Mr 14:50
21. Acusado por falsos testigos Salm 35:11; Mt 26:59-61
22. Mudo ante sus acusadores Isa 53:7; Mt 27: 12-19
23. Herido y Magullado Isaías 53:5; Mt 27:26
24. Herido y escupido Isa 50:6;  Mt 26:67
25. Objeto de Mofa Salm 22:7,8; Mt 27:31
26. Manos y pies horadados Sal 22:16; Lc 23:33
27. Crucificado con ladrones Isa 53:12; Mt 27:38
28. Intercedió por sus perseguidores Isa 53:12; Lc 23:34
29. Rechazado por su propio pueblo Isa 53.3; Jn 7:5, 48
30. Aborrecido sin causa Sal 69:4; Jn 15:25
31. Vestiduras repartidas y rifadas Salm 22:18; Jn 19:23,24
32. Sufrió Sed Sal 69:21; Jn 19:28
33. Le ofrecieron hiel y vinagre Salm 69:21; Mat 27:34
34. Su clamor de abandono Salm 22:1; Mt 27:46
35. Se encomendó a Dios Sal 31:15; Lc 23:46
36. Huesos no quebrados Salm 34:20; Jn 19:33
37. Corazón roto Salm 22:14; Jn 19:34
38. Su costado abierto Zac 12:10; Jn 19:34
39. Tinieblas sobre la tierra Amós 8:9; Mt 27:45
40. Sepultado en la tumba de un rico Isa 53:9; Mt 27:57-60


Es importante entender aquí que estas profecías fueron escritas siglos antes de que naciera Cristo. Nadie podría haber estado leyendo los signos de los tiempos o estableciendo supuestos inteligentes como las ((profecías>> de las revistas sensacionalistas que vemos hoy cuando estamos esperando algo o a alguien en algún sitio.  Es preciso recordarnos que el Antiguo Testamento se completó en el 450 a.C. (La traducción al griego, la que se conoce como Septuaginta se realizó en el 285-246 a.C. en el reinado de Tolomeo Filadelfo


Hasta los críticos más liberales reconocen que los libros proféticos de la Biblia fueron completados unos cuatro siglos antes de Cristo, y el de Daniel hacia el año 167 a.C


 Hay quien se ha atrevido a objetar que la profecía de Jesús ha sido deliberada..., pero debemos notar que muchas de ellas son totalmente fuera de todo control humano...