miércoles, 4 de abril de 2012

Los que apoyan a Torres Queiruga la están arreglando…:


Dicen en su manifiesto de apoyo a Queiruga:

b. No es de recibo que el "Catecismo de la Iglesia Católica" sea uno de los referentes desde el que se evalúa y se juzga la consonancia de la teología de Andrés Torres Queiruga con la verdad de la fe. Las afirmaciones dogmáticas de la Iglesia son el referente de todo trabajo teológico y deben siempre mantenerse como tales. Pero sus manifestaciones catequéticas han ido variando y seguirán variando a lo largo de los tiempos. Es más que discutible que dicho Catecismo en todos sus apartados exprese en su integridad y con toda la necesaria riqueza la verdad de la fe.

firmado por:

Fi Joaquín Perea, Josep Antoni Comes, Jesús Conill, Adela Cortina, Rafael Díaz-Salazar, Antonio Duato, Teresa Forcades, Carlos García de Andoin, Joaquín García Roca, Mª Dolors Oller, José Miguel Rodríguez, Demetrio Velasco, Javier Vitoria y José Antonio Zamora.

http://www.periodistadigital.com/religion/espana/2012/04/04/religion-iglesia-teologos-apoyo-tores-queiruga-censura-obispos.shtml

Para que estos señores se enteren:

124. Es importante descubrir el género literario del Catecismo de la Iglesia Católica para respetar la función que la autoridad de la Iglesia le atribuye en el ejercicio y renovación de la actividad catequética en nuestro tiempo.

Los rasgos principales que definen el género literario del Catecismo de la Iglesia Católica son:

• El Catecismo de la Iglesia Católica es, ante todo, un catecismo; es decir, un texto oficial del Magisterio de la Iglesia que, con autoridad, recoge de forma precisa, a modo de síntesis orgánica, los acontecimientos y verdades salvíficas fundamentales, que expresan la fe común del pueblo de Dios, y que constituyen la referencia básica e indispensable para la catequesis.

• Por ser un catecismo, el Catecismo de la Iglesia Católica recoge lo que es básico y común en la vida cristiana, sin proponer como doctrina de fe interpretaciones particulares, que no son sino opiniones privadas o pareceres de alguna escuela teológica. 433

• El Catecismo de la Iglesia Católica es, por otra parte, un catecismo de carácter universal, ofrecido a toda la Iglesia. En él se presenta una síntesis actualizada de la fe, que incorpora la doctrina del Concilio Vaticano II y los interrogantes religiosos y morales de nuestra época. Pero, "por su misma finalidad, este catecismo no se propone dar una respuesta adaptada, tanto en el contenido como en el método, a las exigencias que dimanan de las diferentes culturas, de las edades, de la vida espiritual y de situaciones sociales y eclesiales de aquellos a quienes se dirige la catequesis. Estas indispensables adaptaciones corresponden a catecismos propios de cada lugar, y más aún a aquellos que toman a su cargo instruir a los fieles". 434

El depósito de la fe y el Catecismo de la Iglesia Católica

125. El Concilio Vaticano II se propuso como tarea principal la de custodiar y explicar mejor el depósito precioso de la doctrina cristiana, con el fin de hacerlo más accesible a los fieles de Cristo y a todos los hombres de buena voluntad.

El contenido de este depósito es la Palabra de Dios, custodiada en la Iglesia. El Magisterio de la Iglesia, habiéndose propuesto elaborar un texto de referencia para la enseñanza de la fe, ha elegido de este precioso tesoro las cosas nuevas y antiguas que ha considerado más convenientes para el fin pretendido. El Catecismo de la Iglesia Católica se presenta así como un servicio fundamental: ayudar a que el anuncio del Evangelio y la enseñanza de la fe, que toman su mensaje del depóstio de la Tradición y de la Sagrada Escritura confiado a la Iglesia se realicen con total autenticidad. El Catecismo de la Iglesia Católica no es la única fuente de la catequesis, ya que, como acto del Magisterio, no está por encima de la Palabra de Dios, sino a su servicio. Pero es un acto, especialmente relevante, de interpretación auténtica de esa Palabra, con el propósito de ayudar a que el Evangelio sea anunciado y transmitido en toda su verdad y pureza.

126. A la luz de esta relación del Catecismo de la Iglesia Católica respecto al depósito de la fe conviene esclarecer dos cuestiones de vital importancia para la catequesis:

• la relación de la Sagrada Escritura y el Catecismo de la Iglesia Católica como puntos de referencia para el contenido de la catequesis;

• la relación entre la tradición catequética de los Padres de la Iglesia, con su riqueza de contenidos y comprensión del proceso catequético, y el Catecismo de la Iglesia Católica.
La Sagrada Escritura, el Catecismo de la Iglesia Católica y la catequesis

127. La Constitución Dei Verbum del Concilio Vaticano II, subraya la importancia fundamental de la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia. La Sagrada Escritura es presentada, juntamente con la Sagrada Tradición, "como regla suprema de la fe", ya que transmite "inmutablemente la palabra del mismo Dios y, en las palabras de los Apóstoles y los Profetas, hace resonar la voz del Espíritu Santo".


435 Por eso la Iglesia quiere que, en todo el ministerio de la Palabra, la Sagrada Escritura tenga un puesto preeminente. La catequesis, en concreto, debe ser "una auténtica introducción a la 'lectio divina', es decir, a la lectura de la Sagrada Escritura, hecha según el Espíritu que habita en la Iglesia".


436 En este sentido, "hablar de la Tradición y de la Escritura como fuentes de la catequesis es subrayar que ésta ha de estar totalmente impregnada por el pensamiento, el espíritu y las actitudes bíblicas y evangélicas, a través de un contacto asiduo con los mismos textos; y es también recordar que la catequesis será tanto más rica y eficaz cuanto más lea los textos con la inteligencia y el corazón de la Iglesia".


437 En esta lectura eclesial de la Escritura, hecha a la luz de la Tradición, el Catecismo de la Iglesia Católica desempeña un papel muy importante.
128. La Sagrada Escritura y el Catecismo de la Iglesia Católica se presentan como dos puntos de referencia para inspirar toda la acción catequizadora de la Iglesia en nuestro tiempo:
• En efecto, la Sagrada Escritura, como "Palabra de Dios escrita bajo la inspiración del Espíritu Santo"


438 y el Catecismo de la Iglesia Católica, como expresión relevante actual de la Tradición viva de la Iglesia y norma segura para la enseñanza de la fe, están llamados, cada uno a su modo y según su específica autoridad, a fecundar la catequesis en la Iglesia contemporánea.

• La catequesis transmite el contenido de la Palabra de Dios según las dos modalidades con que la Iglesia lo posee, lo interioriza y lo vive: como narración de la Historia de la Salvación y como explicitación del Símbolo de la fe. La Sagrada Escritura y el Catecismo de la Iglesia Católica han de inspirar tanto la catequesis bíblica como la catequesis doctrinal, que canalizan ese contenido de la Palabra de Dios.

• Es importante que, en el desarrollo ordinario de la catequesis, los catecúmenos y catequizandos puedan apoyarse tanto en la Sagrada Escritura como en el Catecismo local. La catequesis, en definitiva, no es otra cosa que la transmisión, vital y significativa, de estos documentos de la fe. 439
La tradición catequética de los Santos Padres y el Catecismo de la Iglesia Católica

129. En el "depósito de la fe", junto con la Escritura, está contenida toda la Tradición de la Iglesia. "Los dichos de los Santos Padres atestiguan la presencia vivificante de esta Tradición, cuyas riquezas se infunden en la práctica y la vida de la Iglesia creyente y orante". 440
En referencia a tanta riqueza doctrinal y pastoral, algunos aspectos merecen destacarse:
• La importancia decisiva que los Padres atribuyen al Catecumenado bautismal en la configuración de las Iglesias particulares.

• La concepción gradual y progresiva de la formación cristiana, estructurada en etapas. 441 Los Padres configuran el catecumenado inspirándose en la pedagogía divina. En el proceso catecumenal, el catecúmeno, como el pueblo de Israel, recorre un camino para llegar a la tierra de la promesa: la identificación bautismal con Cristo. 442

• La estructuración del contenido de la catequesis según las etapas de ese proceso. En la catequesis patrística, la "narración" de la historia de la salvación era lo primero. Después, avanzada la Cuaresma, se hacían las entregas del Símbolo y del Padre nuestro y se procedía a su "explicación", con todas sus implicaciones morales. La catequesis mistagógica, una vez celebrados los sacramentos de la iniciación, ayudaba a interiorizarlos y gustarlos.
130. El Catecismo de la Iglesia Católica, por su parte, aporta a la catequesis la gran tradición de los catecismos. 443 De la gran riqueza de esta tradición, también aquí algunos aspectos merecen destacarse:

• La dimensión cognoscitiva o veritativa de la fe. Esta no es sólo adhesión vital a Dios sino también asentimiento intelectual y de la voluntad a la verdad revelada. Los catecismos recuerdan constantemente a la Iglesia la necesidad de que los fieles, aunque sea de modo sencillo, tengan un conocimiento orgánico de la fe.

• La educación de la fe, enraizada en todas las fuentes de las que brota, abarca diferentes dimensiones: una fe profesada, celebrada, vivida y hecha oración.

La riqueza de la tradición patrística y la de los catecismos confluye en la catequesis actual de la Iglesia, enriqueciéndola tanto en su misma concepción como en sus contenidos. Recuerdan a la catequesis los siete elementos básicos que la configuran: las tres etapas de la narración de la Historia de la salvación: el Antiguo Testamento, la vida de Jesucristo y la historia de la Iglesia; y los cuatro pilares de la exposición: el Símbolo, los Sacramentos, el Decálogo y el Padre nuestro. Con estas siete piezas maestras, base tanto del proceso de la catequesis de iniciación como del proceso permanente de maduración cristiana, pueden construirse edificios de diversa arquitectura o articulación, según los destinatarios o las diferentes situaciones culturales.

1 comentario:

  1. La Real Academia Gallega Hace sacudir los cimientos de la Iglesia con el apoyo a Queiruga.

    Del Prólogo del Catecismo de la Iglesia Galaica Galleguista y Gallegana.

    “Torres, esta es la vida terrena: que te sigan a ti, el único teólogo-padre-fundador y a tu enviado Jairo del Agua (Hechos gallegos 15,15). “Queiruga, nostro fundador… quiere que todos los gallegos se salven y alcancen el conocimiento verdadero de la fe gallega” (2 Torres 3, 1). “Non hay debaixo do celo outro Nome dado aos homnes per a salvar-sen” (Hechos gallegos, 15, 16) que el Nome de Queiruguin.

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