miércoles, 19 de junio de 2013

Xabier PIkaza recibe el IV premio Juan Andres



El Premio Juan Andrés, de carácter puramente académico, lo concede la Universidad de Alicante, para recordar y actualizar la figura y obra de Juan Andrés, y para reconocer el trabajo de investigadores que, en los diversos campos del saber humano (literatura, ciencia, filosofía y cultura en general), han puesto y ponen de relieve el carácter comparativo (y global) de los saberes humanos.
El año pasado (2012) el premio fue concedido al Prof. Dr. José Luis Villacañas, de la Universidad Complutense, por su trabajo sobre Dificultades con la Ilustración. Este año se lo concedieron a Xabier PIkaza , por sus trabajos en el campo de la Comparación entre las religiones.


Le conceden el premio, de un modo especial, por el trabajo que ha realizado sobre Religión y Globalización , y por las obras que ha publicado ya en el campo de las religiones comparadas, en especial por:
‒ Diccionario de las tres religiones (con A. Aya, Verbo Divino, Estella 2009)
− El Fenómeno Religioso (Trotta, Madrid 2000).
− Hombre y mujer en las religiones (Verbo Divino, Estella 1996)
− Monoteísmo y Globalización. Moisés, Jesús, Mahoma (Verbo Divino, Estella 2002)

XABIER PIKAZA IBARRONDO

– Nació el 12 del VI de 1941 en Orozko, Euskadi.
– Ha cursado estudios en la Universidad Pontificia de Salamanca (Doctor en Teología), en la Universidad de Santo Tomas (doctor en Filosofía) y en Instituto Bíblico (Roma); ha ampliado estudios en las universidades de Hamburg y Bonn (Alemania).
– Ha sido religioso de la Orden de la Merced y presbítero de la Iglesia católica, siendo catedrático de la Universidad del Episcopado Español. Ha debido abandonar la enseñanza oficial y ha renunciado a la vida religiosa. Actualmente está casado con M. Isabel Pérez Chaves.

 1. Titulación:
– Doctor en Teología por la Univ. Pontificia de Salamanca (1965), con una tesis sobre Dialéctica del Amor en Ricardo de San Víctor
– Doctor en Filosofía  por la Univ. de  Santo Tomás de Roma (1972), con una tesis sobre Exégesis y filosofía en R. Bultmann
– Licenciado y candidato a doctor en Sagrada Escritura por el Instituto Bíblico de Roma (1972)

2. Docencia básica:
  1972: Profesor contratado por la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de  Salamanca
 – 1975-1984: Profesor numerario de Misterio de Dios (Teodicea y Trinidad)   en la misma Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de  Salamanca
  1985-1989. Le niegan el Nihil Obstat para la enseñanza y durante cinco años amplía su labor investigadora en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma y en otros centros de América, preparando algunas publicaciones que más tarde se detallan
– Desde 1989 a 2003 ha sido Catedrático Numerario de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de  Salamanca, impartiendo clases de Fenomenología de la Religión y Teodicea, pero sin autorización para la enseñanza de materias puramente dogmáticas.
Desde el año 2003 cesa como catedrático por diferencias doctrinales y se retira a la vida privada con su esposa, como investigador en ciencias de las religiones. Se dedica a escribir libros de su especialidad y dicta conferencias en diversos lugares de España y América.
 Ha venido organizando, en los últimos 10 años, un seminario de investigación sobre temas fronterizos: Judaísmo y Cristianismo, Análisis social y fe religiosa etc.

3. Otras actividades:
Como profesor invitado, ha impartido cursos sobre cultura y religiones en diversas universidades y centros culturales de Europa y América, como en le Universidad Iberoamericana de México, en el Centro Arqueológico Español de Jerusalén y en diversas Universidades Católicas de Guatemala, Costa Rica, El Salvador y Argentina. 
– Ha colaborado en la preparación y publicación de diversos diccionarios y obras de investigación en el campo de la Filología Bíblica, la Teología, la Filosofía y la Ciencia de las religiones. Ha dirigido con N. Silanes la enciclopedia El Dios cristiano. Diccionario Teológico (Sec. Trinitario, Salamanca 1992)
– Ha colaborado habitualmente en revistas de especialidad como Estudios, Estudios Trinitarios, Salmanticensis, Carthaginensia, Marianum, Ephemerides Mariologicae y pertenece al consejo redactor de algunas de ellas. 
– Divide su tiempo entre la docencia universitaria, la investigación bíblica y los trabajos de campo sobre tema sociales y culturales, tanto en España como en diversos países de América Latina (donde viene residiendo algunas semanas al año, desde 1978). Tiene diez libros traducidos al portugués, nueve al italiano y, al menos, uno al chino, al inglés y al polaco.
        Le interesan los temas interdisciplinares, especialmente en los campos del estudio bíblico, las cuestiones filosóficas y los temas sociales.


D. J. Ignacio Postigo,
Provincial de la Merced
de Castilla aparece en el centro con él


¿Cuándo se va hacer justicia en la Iglesia con Xabier Pikaza?


A Xabier Pikaza  Le gusta decir que es un "católico sin más" pero es un teólogo de referencia con más de 30 libros publicados. Acostumbrado a hacer oír su voz discordante y decir que la Iglesia se ha creído en el derecho de imponer, de afirmar lo que está limpio y lo que no.

No estás sólo Xabier te han acompañado  amigos y compañeros mercedarios  que lo son de verdad.

Detrás de esta “cruzada” contra los teólogos de la moral  está el conflicto que supone la pérdida del poder, ante la irrupción de  ideas nuevas, por parte de los supuestos garantes de la verdad. Es el eterno problema entre el poder y la verdad que plantea bien Michel Foucault: “Estamos sometidos a la producción de la verdad desde el poder y no podemos ejercitar el poder más que a través de la producción de la verdad”. Si el poder no es el “productor” de las ideas verdaderas se ve amenazado, pierde el poder. Sucede lo mismo con la ortodoxia en la producción del pensamiento teológico y en la interpretación de las “verdades” de la fe. Los heterodoxos, los herejes, ponen en duda el orden establecido, en la media que con su pensamiento cuestionan al poder.

 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Roma, Roma, que sistemáticamente rechazas el vino nuevo que reventaría tus odres viejos! Tembláis de miedo ante la irrupción del aire puro y limpio que ventile los siniestros rincones de nuestra anciana Iglesia y se lleve la podredumbre acumulada de tantos siglos, y cerráis puertas y ventanas con cancelas al Espíritu de Dios. ¡Cuántas veces he querido reunir a vuestros hijos como la clueca reúne a sus pollitos bajo las alas, pero no habéis querido! Vosotros, que sólo sois capaces de unir en el miedo al fuego eterno, disfrazáis el cisma con juegos de mano ecuménicos en los que sólo guardáis “vuestra verdad”. Nos hace falta otra casa de Dios, mucho más de todos y menos de sus administradores. Con más ternura y menos dogma. Con perdón a fondo perdido. Con la renuncia explícita al poder y la gloria. Con el corazón abierto y la ley del amor. Con la confianza infinita en Dios y su obra. Con el respeto a lo diverso y sus formas de expresión. Con mucha más sencillez formal y sin dobleces interiores. Pues mirad, vuestra casa se os quedará desierta. El Padre no mira como vosotros y todo se derrumba. Se desvanecen vuestras líneas y el desencanto impregna la vida de fe. Se deshacen vuestras vocaciones y habéis perdido el rastro del mundo. Y os digo que no volveréis a verme hasta que exclaméis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

Utilizando la imagen orteguiana de la iglesia como arca de Noe, diría que en ella cogen todos: los que hacen la crítica y los criticados, porque la iglesia es de todos los que navegan hacia Dios. En está arca de salvación no hay lugar para las excomuniones, los silencios impuestos, ni las pescudas inquisitoriales, que nos retroceden al diluvio universal, ignorando el sacrificio de Cristo en la Cruz. La iglesia de Jesús sabe navegar, remontando suavemente todas las tempestades que se puedan presentar en su travesía (Gs28).
           
 Pero lamentablemente, sigue siendo actual la crítica profética que Ortega le hace: La iglesia  católica que se proclama ministro de la vida, encadena y ahoga a todos aquellos que se presentan dentro de ella como nuevos, en cambio apuntala todas  sus ruinosas anticuallas.
           
Ella que proclama renovar todo en Cristo, es hostil a renovarse a sí misma.

Hay épocas en que se hace necesario tener oídos ansiosos de novedad para evitar que desaparezca el espíritu de Jesús (Mt 11,15; Mc8;18). Muchas veces el mayor peligro con que se enfrentan los jerarcas no es el de las ideas nuevas, si no la no existencia de ideas.
           
 Cada generación debe aportar  su particular experiencia con Cristo, sino quiere ser rechazada por perezosa, como el sirviente de la parábola (Mt25,24-30). La fidelidad al pasado en las epístolas pastorales no es bien interpretada muchas veces, sobre todo de cara al dinamismo misionero.
     
 ¿Me pregunto si los teólogos deben de callar ante prácticas y doctrinas que alejan a millones de personas de los  la Iglesia y de los sacramentos? ¿Deben preferir un sueño placentero y una vida tranquila y fácil a la sinceridad necesaria para obtener un mejor ejercicio de la autoridad de la Iglesia? ¿El Magisterio seguirá  decidiendo sin o  la ayuda de la reflexión y de la competencia teológica?

¿Serán útiles los teólogos que no son audaces ni sinceros en la reflexión y en la expresión o más bien lo será la comunidad de teólogos sinceros y estudiosos? ¿Será mayor la ayuda que recibe el Magisterio de un grupo al que le es impuesta una estrecha uniformidad o de la comunidad de teólogos de diversas escuelas y culturas y de competencia no tanto de autoridad cuanto de ciencia y sinceridad? ¿Recibirá el Magisterio más ayuda de teólogos seriamente comprometidos en el apostolado y en la evangelización de la presente generación o de teólogos cuya respuesta está sacada de los archivos del Santo Oficio?

He aquí un creyente, un teólogo más, que necesita salir “del marco institucional” de la Iglesia para ser fiel al espíritu de la Vida. Es muy fuerte para el que debe hacerlo, y es muy fuerte para la institución eclesial que un maestro espiritual como Xabier Pikaza deba abandonarla para poder seguir siéndolo. Amigo Xabier, también lo hizo Jesús de Nazaret: fiel al corazón de la Vida y dispuesto a lo que viniera, rompió con su familia, con su profesión y su digno salario de carpintero, con sus relaciones sociales, y también en el fondo –lo más duro de todo- con el sistema religioso del Templo y de la Ley.

Pikaza renunció a los ministerios y a la vida religiosa institucional, descubriéndome así cristiano a secas, y se encontró a Mabel (y ella le encontró a él) e hicieron un proyecto de vida en matrimonio, casados por la Iglesia, en la que quieren estar y están gozosamente.

Cuando un sacerdote pide la dispensa del celibato como hizo Xabier Pikaza y la Iglesia se la concede no está rompiendo nada, no rompe una promesa porque tiene dispensa.

Los teólogos que proponen cambios a los planteamientos tradicionales de la moral que sostiene la Iglesia, cada vez más lejana de la realidad cotidiana de los creyentes, se proponen dialogar con la cultura de la modernidad y desde la teología encontrar respuestas a la nueva realidad social y a los cambios en la manera de vivir la sexualidad, las relaciones de pareja y la paternidad, entre otras cosas. Todos temas que por siglos han permitido, se quiera o no, el control desde la estructura del poder eclesial sobre la conciencia de los fieles de la Iglesia.

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